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portada-oaxaca.jpgVoix et lumière de la montagne. Quatre poètes contemporains de Oaxaca
Marie-Agnès Palaisi Robert
Rilma 2-Adehl
Francia, 2008 

Por Kalu Tachisavi

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Desde la periferia se requiere un doble esfuerzo para tocar las puertas de la metrópoli, es decir, el lugar que ocupan las letras en lenguas originarias* en la historia de México es el del silencio. Cuestiones de la posmodernidad. Es la impresión que causa cuando se lee una antología de poemas trilingües, publicada en Francia sobre las llamadas ‘lenguas indígenas de México’, me refiero a Voix et lumières de la montagne. Quatre poètes contemporains de Oaxaca.

Sin duda, es destacable el interés que tuvieron los autores en hacer la reescritura de sus poemas de su lengua y, cuya corrección sintáctica y gramática final en lengua castellana estuvo a cargo de la poeta Grissel Gómez Estrada. La ardua labor de compilación, traducción y edición fue de la rulfista Marie Agnès Palaisi-Robert, catedrática de la Universidad de Toulouse. Hay que reconocer la visión que tuvieron estas investigadoras de entender el plurilingüismo existente, comprendiendo la diversidad como riqueza, fuera de todo racismo.

A través de Voix podemos leer a dos poetas Ñuu Savi: Celerina Sánchez y  Karlos Tachisavi; y dos poetas Diidxazá: Natalia Toledo y Esteban Ríos. El libro nos ofrece una muestra del trabajo que llevan haciendo desde hace años. Los autores hablan desde su lengua y su cultura, por ello, no utilizan el genérico impuesto por desconocimiento que los denomina ‘mixtecos’ y ‘zapotecos’, respectivamente.

La búsqueda de caminos y del decir son una temática constante, también están presentes las imágenes, el ritmo; en los poemas encontramos un lenguaje directo y contemporáneo. Percibimos la nostalgia y la relación con la naturaleza, es decir, en su escritura está la búsqueda de la voz y palabra.

Desde lo urbano duele la distancia, desde la emigración es insistente la pregunta: ¿Por qué? Celerina Sánchez sueña:  “[…] machya  ta  na  ndakasi  nduchi  nuu  ra  tsini  so’o  /  nishi  kana  yaa  ndaá  ndikiso  ta  kú  tsikuà.  […] mis ojos se cierran y escucho / una orquesta perfecta / cada atardecer”.Natalia Toledo nos certifica el desamparo en su poema  Xcu  badudxaapa’  huiini’ / Niña con raíces. Esteban Ríos refrenda la relación hombre-naturaleza, es decir, humanización del sol en su pueblo: “[…] raze  yudé  sica  ti  xcuidi,  /  ruxidxi  ra  rugadxe  niaa  ruaa  nisa  guiigu’.  […] se baña de polvo como los niños / sonríe al mojar sus pies a la orilla del río”.

La lengua Ñuu Savi tiene su antecedente en los códices mesoamericanos. Era ideográfica y pictográfica. Con el inicio de la Colonia, esta escritura fue interrumpida, pero la lengua continuó practicándose de manera oral y comunitaria. La lengua Diidxazá sí tiene una tradición poética, aunque regional. Sin embargo, en las dos lenguas se percibe el regreso, la escritura desde la orilla, el naufragio del poeta moderno; el colonialismo interno existente en el país.

Creo que el interés de los poetas radica en ‘hacerse’ un espacio; algunos lo han logrado desde la ciudad letrada que tolera lo folclórico, por ello, escriben en verso libre y es poca la experimentación o búsqueda de formas. Cabe hacerse una pregunta, ¿cuál es la repercusión del trabajo de estos poetas en su comunidad; en el territorio de su nación? Ahí puede comenzar el diálogo y corroborar si las imágenes, los ritmos y metáforas pueden conjugarse con la realidad cotidiana. Ahí puede estar el sentido social de la poesía, que señaló Alfonso Reyes.

Estos poemas son una forma de resistencia, pero insisto, deben probar su fuerza desde la lengua, fuera de los festivales, premios, becas y publicaciones. Los cuatro autores que reúne el volumen nos dicen que lo único que no se puede perder es la memoria, y por ello toman la pluma; la historia es también el presente, aunque duela repetirlo de frente; sus versos son la muestra. En su escritura está implícita la aculturación; para tener un lugar en la historia literaria es menester el parricidio.

Hay que repetir: si los poetas tratan de ocupar el lugar vacío de la mercancía, su labor estará perdida. Las lenguas originarias deben mostrar la riqueza de su cultura, desde la lengua misma, luego, la búsqueda de formas, ya que no deben ser calca de la poesía occidental o de la lengua española. Éstos deben ser los principios y la responsabilidad moral y ética del poeta.





* Se omite el genérico estigmatizante y discriminatorio indígena(s).


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