Escribir contra la guerra: Ingeborg Bachmann y la fuerza del “llegará un día” |
Por Antonio Puente Méndez |
La posición que debe adoptar un escritor ante un conflicto político, tanto nacional como internacional, siempre ha sido motivo de discusión. Algunos críticos están a favor de la obra que abiertamente hace referencia al ambiente turbulento en el que se desarrolla porque creen en el compromiso social del autor para con su entorno. Otros están en contra porque, desde su punto de vista, los textos pierden su “universalidad” y/o porque se convierten en meros panfletos ideológicos escudados en un supuesto valor artístico. La realidad es que cuando un escritor se ve rodeado de problemas sociales, es inevitable que, de manera directa o indirecta, los incluya en su obra, porque forman parte de su realidad. Ingeborg Bachmann (1926-1973) fue una escritora austriaca que nació cuando los problemas territoriales con Yugoslavia que iniciaron durante la Primera Guerra Mundial seguían presentes en Austria; creció durante la llegada al poder de los partidos nazi y fascista, vivió en su juventud la Segunda Guerra Mundial. En su edad adulta se expresó abiertamente en contra de las armas nucleares desarrolladas en los sesenta y siguió de cerca la guerra de Vietnam (aunque murió antes de que terminara). Formó parte del Gruppe 47 (grupo literario formado en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial que buscaba apoyar escritores jóvenes de la posguerra), trabajó en Rot-Weiß-Rot (una estación de radio durante la ocupación de los aliados en Austria), escribió columnas sobre política en diferentes periódicos y dio una serie de famosas conferencias en Frankfurt en las que habló del papel vital que las mujeres tenían (pero parecían reusarse a adoptar) en la posguerra. |
Escribir contra la guerra: Ingeborg Bachmann y la fuerza del “llegará un día” |
Por Antonio Puente Méndez |
![]() Franz Joseph Schneider
Aún así, Bachmann no se satisface haciendo evidente esta característica del mundo que la rodea. Cuando en su poema Vuelo de noche (Nachtflug) presenta a la noche como una amenaza porque permite que se sueñe “con el Gólgota y con piras funerarias”, la voz poética se atreve a expresar, con la insolencia de los soñadores, “¿Quién, cuando venga la noche, […] / quién se atreverá a recordar la noche?”. Bachmann reta al lector a revivir lo sentido durante la guerra, a traerlo de vuelta cuando conoce bien las consecuencias que acarrea consigo. En eso basa su pensamiento del “llegará un día”, en la seguridad de que inevitablemente se estará consciente de que la guerra sólo causa dolor, nada más y por eso, lo vivido servirá una lección para las futuras generaciones aunque en su realidad, en el momento en el que ella escribe: “La guerra ya no es declarada / más bien continuada. El estupor / se ha vuelto cotidiano. El héroe / está ausente de la batalla. Los débiles / se han mudado a la zona de fuego” (Cada día [Alle Tage]).
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