{play}www.archivopdp.unam.mx/media/cernudahombre.mp3{/play} En esta ocasión, la sección Archivo/Voz viva ofrece cuatro poemas del poeta andaluz y universal |
Ensimismado, retraído, erudito en sí mismo y en los demás, su poesía no desatiende lo externo aunque, en amplia porción, se nutre del autoanálisis. El influjo de autores, modas y corrientes apenas deja huellas en sus poemas. No se parece a los poetas de su momento: posee la originalidad del destino plenamente aceptado, de la fidelidad insobornable a sus creencias y apetencias. Al contrario de Rimbaud, trata de buscar lo que ama en lo que escribe. Vive en la realidad y, también, en el deseo.
Emmanuel Carballo
{play}www.archivopdp.unam.mx/media/cernudaescondido.mp3{/play} Escondido en los muros Escondido en los muros Este jardín me brinda Sus ramas y sus aguas De secreta delicia. Qué silencio. ¿Es así El mundo? Cruza el cielo Desfilando paisajes, Risueño hacia lo lejos. Tierra indolente. En vano Resplandece el destino. Junto a las aguas quietas Sueño y pienso que vivo. Mas el tiempo ya tasa El poder de esta hora; Madura su medida Escapa entre sus rosas. Y el aire fresco vuelve Con la noche cercana, Su tersura olvidando Las ramas y las aguas. {play}www.archivopdp.unam.mx/media/cernudacansado.mp3{/play} Estoy cansado Estar cansado tiene plumas, Tiene plumas graciosas como un loro, Plumas que desde luego nunca vuelan, Mas balbucean igual que loro. Estoy cansado de las casas, Prontamente en ruinas sin un gesto; Estoy cansado de las cosas, Con un latir de seda vueltas luego de espaldas. Estoy cansado de estar vivo, Aunque más cansado sería el estar muerto; Estoy cansado de estar cansado Entre plumas ligeras sagazmente, Plumas del loro aquel tan familiar o triste, El loro aquel del siempre estar cansado. {play}www.archivopdp.unam.mx/media/cernudahombre.mp3{/play} Si el hombre pudiera decir Si el hombre pudiera decir lo que ama, Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo Como una nube en la luz; Si como muros que se derrumban, Para saludar la verdad erguida en medio, Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, La verdad de sí mismo, Que no se llama gloria, fortuna o ambición, Sino amor o deseo, Yo sería aquel que imaginaba; Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos Proclama ante los hombres la verdad ignorada, La verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; Alguien por quien me olvido de esta existencia Mezquina, Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu Como leños perdidos que el mar anega o levanta Libremente, con la libertad del amor, La única libertad que me exalta, La única libertad porque muero. Tú justificas mi existencia: Si no te conozco, no he vivido; Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido. {play}www.archivopdp.unam.mx/media/cernudaolvido.mp3{/play} Donde habite el olvido Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa sus insomnios. Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde el deseo no exista. En esa gran región donde el amor, ángel terrible, No esconda como acero En mi pecho su ala, Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. Allá donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, Sometiendo a otra vida su vida, Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. Donde penas y dichas no sean más que nombres, Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de niño. Allá, allá lejos; Donde habite el olvido. Estos cuatro poemas así como las líneas de Emmanuel Carballo pertenecen al disco compacto Luis Cernuda. Antología poética, editado por la Dirección de Literatura de la UNAM en febrero de 2002. La primera edición en acetato de estas grabaciones fue realizada por la Universidad en 1975. |