La lengua tu’un savi y su literatura han tenido cierto desarrollo reciente a través de la poesía y algunas publicaciones de narrativa; la lengua camina como una gota a través de algunos poetas como Celerina Sánchez, Rolando Marín, Lorenzo Hernández y un servidor. Por el número de hablantes, cercano al medio millón y un poco más de una veintena de variantes, podría conservarse por cierto tiempo. Su permanencia, obviamente, dependerá de sus hablantes, de la insistencia en su enseñanza a los niños, de su desarrollo literario, de la autoreflexión, del conocimiento de su riqueza. En cuando a la literatura, deberá tomar como base la historia, la lengua y la cultura con profundidad, además, tiene que leerse desde sí misma. Además, debe dejar de ser mixteco para ser realmente la Palabra de la lluvia, pues el primer término lo utilizan los no hablantes de la lengua. Pero, ¿qué es esta lluvia? Parece una respuesta sencilla, tan sencilla como lo cotidiano y lógico, por eso pasamos sin advertir su fuerza, por eso a todo lo desconocido se le sigue llamando Dios, por eso la historia oficial le endilga sacrificios. No estoy hablando obviamente de ningún dios occidental u oriental, sino de una fuerza natural que merece respeto. Todo esto lo sabían nuestros antepasados por eso se consideraron Ñuu Savi “País de la Lluvia”, nosotros somos los descendientes. Lo anterior es parte de la filosofía y sirve de inicio para escudriñar los poemas de Rolando Marín, quien en su primer libro Ita iñu (Flor de espinas), edición del autor, 2012, hace un vaciamiento interno; producto de crisis y reflexiones, producto de la palabra contenida, sufre una implosión y lo vierte con extrema fuerza hacia los poemas. Quizá el primer libro es significativo en el sentido de indicar el camino, pero también suele ser inocente. Los hablantes de la lengua nos tratamos como ñani ‘hermano’, pero aún no estamos acostumbrados a la crítica y a escuchar, suele molestarnos cualquier comentario con el que no pudiéramos estar de acuerdo. A Rolando le digo, ñani o yani que, de ninguna manera significa hermano en la concepción occidental y menos en el sentido religioso, mucho menos es un calificativo de algo carnal, genealógico. Significa solidaridad, resquicio de búsqueda del otro, respiro ante la mirada del otro. La poesía no es recitación ni forma parte de la oratoria, la poesía es pensamiento reflexivo, es sentimiento profundo que intenta rebasar su tiempo. Su destino —como todo— es incierto, pero puede ser la chispa que prende el ocote y nos puede alumbrar una noche. Por eso no lo llamo poesía, desde la lengua puede ser Tu’un yukun itu “Palabra del surco”, en el sentido de siembra, cuidado y trabajo, además de incierto. En los poemas de Rolando Marín está presente la crisis, la historia y la búsqueda del Ñuu Savi; en sus poemas se siente la brisa marina en su choque con las montañas, en estos poemas está presente el yo social. Cuestiona el amor único considerado como natural: “No hagas caso […] que si los amorosos no lo son / porque fueron pintados / con el pincel del mismo sexo.” Es evidente su enojo lírico: […] “por dentro, / justo ahí donde a veces ni tú puedes ver, / gruño, enseño los dientes, muerdo / y destrozo todo a mi paso.” Pero también hay algo mayor, su preocupación por el ser humano, el espacio individual que no lo es porque somos animales sociales, su preocupación por el presente y el futuro lo muestra en su poema Giramos: “Giramos sobre un trompo / caminamos tanto sobre el mismo sitio / corrimos tanto a ningún lado, / que dejamos de ser transparentes, / nos convertimos en agua sucia, / que cayó del cántaro / y corrió un poco por el suelo / para dividirse sin remedio / y secarse en la tierra / sin dejar huella.” Por ahora, las instituciones burocráticas han publicado la mayoría de nuestros libros, es su obligación porque viven de nuestros impuestos. La solución sería que no dependamos de ellos. El Ñuu Savi ha sido colonizado en todos los sentidos, nos cuesta mucho levantar la cabeza y proponer, siempre hemos sido objetos; cuando nos convirtamos en sujetos comenzaremos a crear nuestra historia. Hay un hecho que corrobora lo anterior, el reciente Congreso de la lengua tu’un savi en el mes de julio en Tlaxiaco, Oaxaca, donde los protagonistas fueron las instituciones oficiales, por ello, no hubo discusión, tampoco se abarcaron otros aspectos como la historia, la cultura, el arte o la política, pero desde un punto de vista crítico. Retomando los poemas de Marín, tienen que profundizarse porque a él le importa la poesía, ya lo decía poeta y crítico T. S. Eliot: “Un pueblo puede ser apartado de su lengua y se le puede imponer otra en la escuela, pero a menos de que se enseñe a ese pueblo a sentir en una lengua nueva no se habrá erradicado la primera, y reaparecerá en la poesía, que es el vehículo del sentimiento.” Sirva este breve comentario para desearle lo mejor a Rolando Marín.
Vichin nye’eyu kañita’an nu ina Vichin nye’eyu kañita’an nu ina ityi ka’nu, nduxaat+, ana’at+ nu’ut+, tsatsi y+’+t+ tsit+, nyanda’at+ tu’un tu’un tsiyo, anduvat+, ndatat+, ta’vit+ tand+’+ maa tsa nyaku nu ya’at+. Uvin ñi nye’eyu kanat+ tsi inga ina tan tand+’+ raanu kañi tsi tu’un ñi inga nu. Nye’eyu tsiraanu nu nuve’eyu tsi’iyu kaveeyu tan tsika iñiyu, tsika iñiyu tsiun tan tsi maayu. Maaun vichin kuee xaa maa tsaun tan kaa’anyu ¿Kuvi natu’unyo? Tsikonduviun tan kua’an ñi un. Ndoo tu’ñiyu, kuii’ya, xaan, tsakuyu… tan vasu nduve ñi na ikayu, ichi itsi, ikan nu ndi maaun ña kuvi nye’e, nduxaan yu, ana’ayu nu’uyu, tsatsi y+’+yu tan at+v+yu nd+’+ maa nu ya’ayu
Hoy he visto a los perros pelear Hoy he visto a los perros pelear en la calle, gruñen, enseñan los dientes, se muerden, se corretean de un extremo a otro, tirando, rompiendo, destrozando todo lo que encuentran a su paso. También los he visto llamar a la jauría y todos juntos atacar al único agresor. Los miro por la ventana tomo mi café y pienso, pienso en ti y en mí. Tú hoy llegas demasiado tarde y te digo ¿Podemos hablar? Te das media vuelta y te vas. Yo me quedo solo, triste, enojado, llorando… y aunque no hago nada, por dentro, justo ahí donde a veces ni tú puedes ver, gruño, enseño los dientes, muerdo y destrozo todo a mi paso.
Tsikonduviyo Tsikonduviyo tsata ndikacha iin ñi maa nu tsika xaayo tsinu xaayo nduve vi’i maa, ndatsa ña nd++ ka kaayo, nduviyo nducha nya’yu, tsa kee nu k+y+ tan tsinu luxu nu ñu’u tan nata’vi kuii maa tan naichi nu ñu’u tan ndi ña ndoo tsa kaa un ya’atsi.
Giramos Giramos sobre un trompo caminamos tanto sobre el mismo sitio corrimos tanto a ningún lado, que dejamos de ser transparentes, nos convertimos en agua sucia, que cayó del cántaro y corrió un poco por el suelo para dividirse sin remedio y secarse en la tierra sin dejar huella.
Ña aka’un un Ña aka’un un tsa kaa’an nuu tsa kaa’an tsa ña tuvi iñi tsa chituñi iñi, chin tu ñi tsa kuñi tsiñi ña induku maa kuiya, chin tu xu’un tu’un ñi ata tsa kuñi inga ñi, chin tu ñi tsa kuñi ta’an ña kuuñi an chin natava tsiiñi tsi’in uvin ñi tsa naka’y+. Tsi tsa tsatsi maa ñi maa kua koo na kuenda tsa chi’i xee’e tsa tu’un ñi kuñitsi tan tsa ndaa’vitsi. Ña aka’un un, tu kaa’an raanu chin ña kuñiyu tsiun, ña aka’un un… Maayu kua’a ka’an an tsa tsitoun, ña aka’nu un tsa y+’+ nuuraanu, tsa kaa’an kaya raanu, tsa ikaraanu tan tsa kaa’an raanu… Nduve naa kuuyo an, nduve naa kuu un an, nduve naa kuuyu an, nduve naa kuñitsi tsiyo, maaun tan maañi yu kuñitsi tan kuvi kuñiyo tsiyo.
No hagas caso No hagas caso las miradas siempre juzgan lo que la mente no siente, que si los amantes tienen edades tan disparejas, que si el dinero de uno compra el interés del otro, que si los amorosos no lo son porque fueron pintados con el pincel del mismo sexo. La envidia siempre tendrá escusas para ocultar su tristeza y soledad. Tú no hagas caso, si te dicen que no te quiero, no hagas caso… Yo te diría y los sabes no hagas caso de las miradas, los murmullos, los gestos y las palabras… No sirven, no te sirven, no me sirven, nada nos sirve, sólo bastamos tú y yo para querernos.
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