Lenguas originarias
 
Por Kalu Tatyisavi
 
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La lengua  tu’un  savi  y su literatura han tenido cierto desarrollo reciente a través de la poesía y algunas publicaciones de narrativa; la lengua camina como una gota a través de algunos poetas como Celerina Sánchez, Rolando Marín, Lorenzo Hernández y un servidor. Por el número de hablantes, cercano al medio millón y un poco más de una veintena de variantes, podría conservarse por cierto tiempo.

Su permanencia, obviamente, dependerá de sus hablantes, de la insistencia en su enseñanza a los niños, de su desarrollo literario, de la autoreflexión, del conocimiento de su riqueza. En cuando a la literatura, deberá tomar como base la historia, la lengua y la cultura con profundidad, además, tiene que leerse desde sí misma. Además, debe dejar de ser mixteco para ser realmente la Palabra de la lluvia, pues el primer término lo utilizan los no hablantes de la lengua.

No. 63 / Octubre 2013


Lenguas originarias
 
Por Kalu Tatyisavi
 

 

La lengua  tu’un  savi  y su literatura han tenido cierto desarrollo reciente a través de la poesía y algunas publicaciones de narrativa; la lengua camina como una gota a través de algunos poetas como Celerina Sánchez, Rolando Marín, Lorenzo Hernández y un servidor. Por el número de hablantes, cercano al medio millón y un poco más de una veintena de variantes, podría conservarse por cierto tiempo.

Su permanencia, obviamente, dependerá de sus hablantes, de la insistencia en su enseñanza a los niños, de su desarrollo literario, de la autoreflexión, del conocimiento de su riqueza. En cuando a la literatura, deberá tomar como base la historia, la lengua y la cultura con profundidad, además, tiene que leerse desde sí misma. Además, debe dejar de ser mixteco para ser realmente la Palabra de la lluvia, pues el primer término lo utilizan los no hablantes de la lengua.

Pero, ¿qué es esta lluvia? Parece una respuesta sencilla, tan sencilla como lo cotidiano y lógico, por eso pasamos sin advertir su fuerza, por eso a todo lo desconocido se le sigue llamando Dios, por eso la historia oficial le endilga sacrificios. No estoy hablando obviamente de ningún dios occidental u oriental, sino de una fuerza natural que merece respeto. Todo esto lo sabían nuestros antepasados por eso se consideraron Ñuu Savi “País de la Lluvia”, nosotros somos los descendientes.

Lo anterior es parte de la filosofía y sirve de inicio para escudriñar los poemas de Rolando Marín, quien en su primer libro Ita iñu (Flor de espinas), edición del autor, 2012, hace un vaciamiento interno; producto de crisis y reflexiones, producto de la palabra contenida, sufre una implosión y lo vierte con extrema fuerza hacia los poemas. Quizá el primer libro es significativo en el sentido de indicar el camino,  pero también suele ser inocente.

Los hablantes de la lengua nos tratamos como ñani ‘hermano’, pero aún no estamos acostumbrados a la crítica y a escuchar, suele molestarnos cualquier comentario con el que no pudiéramos estar de acuerdo. A Rolando le digo,  ñani  o yani  que, de ninguna manera significa hermano en la concepción occidental y menos en el sentido religioso, mucho menos es un calificativo de algo carnal, genealógico. Significa solidaridad, resquicio de búsqueda del otro, respiro ante la mirada del otro.

La poesía no es recitación ni forma parte de la oratoria, la poesía es pensamiento reflexivo, es sentimiento profundo que intenta rebasar su tiempo. Su destino —como todo— es incierto, pero puede ser la chispa que prende el ocote y nos puede alumbrar una noche. Por eso no lo llamo poesía, desde la lengua puede ser  Tu’un  yukun  itu “Palabra del surco”, en el sentido de siembra, cuidado y trabajo, además de incierto.

En los poemas de Rolando Marín está presente la crisis, la historia y la búsqueda del Ñuu Savi; en sus poemas se siente la brisa marina en su choque con las montañas, en estos poemas está presente el yo social.

Cuestiona el amor único considerado como natural: “No hagas caso […] que si los amorosos no lo son / porque fueron pintados / con el pincel del mismo sexo.” Es evidente su enojo lírico: […] “por dentro, / justo ahí donde a veces ni tú puedes ver, / gruño, enseño los dientes, muerdo / y destrozo todo a mi paso.” Pero también hay algo mayor, su preocupación por el ser humano, el espacio individual que no lo es porque somos animales sociales, su preocupación por el presente y el futuro lo muestra en su poema Giramos: “Giramos sobre un trompo / caminamos tanto sobre el mismo sitio / corrimos tanto a ningún lado, / que dejamos de ser transparentes, / nos convertimos en agua sucia, / que cayó del cántaro / y corrió un poco por el suelo / para dividirse sin remedio / y secarse en la tierra / sin dejar huella.”

Por ahora, las instituciones burocráticas han publicado la mayoría de nuestros libros, es su obligación porque viven de nuestros impuestos. La solución sería que no dependamos de ellos. El Ñuu Savi ha sido colonizado en todos los sentidos, nos  cuesta mucho levantar la cabeza y proponer, siempre hemos sido objetos; cuando nos convirtamos en sujetos comenzaremos a crear nuestra historia. Hay un hecho que corrobora lo anterior, el reciente Congreso de la lengua tu’un savi en el mes de julio en Tlaxiaco, Oaxaca, donde los protagonistas fueron las instituciones oficiales, por ello, no hubo discusión, tampoco se abarcaron otros aspectos como la historia, la cultura, el arte o la política, pero desde un punto de vista crítico.

Retomando los poemas de Marín, tienen que profundizarse porque a él le importa la poesía, ya lo decía poeta y crítico T. S. Eliot: “Un pueblo puede ser apartado de su lengua y se le puede imponer otra en la escuela, pero a menos de que se enseñe a ese pueblo a sentir en una lengua nueva no se habrá erradicado la primera, y reaparecerá en la poesía, que es el vehículo del sentimiento.” Sirva este breve comentario para desearle lo mejor a Rolando Marín.

Vichin  nye’eyu  kañita’an  nu  ina
Vichin  nye’eyu  kañita’an  nu  ina  ityi  ka’nu,
nduxaat+,  ana’at+  nu’ut+,  tsatsi  y+’+t+  tsit+,
nyanda’at+  tu’un  tu’un  tsiyo,
anduvat+,  ndatat+,  ta’vit+
tand+’+  maa  tsa  nyaku  nu  ya’at+.
Uvin  ñi  nye’eyu  kanat+  tsi  inga  ina
tan  tand+’+  raanu  kañi  tsi  tu’un  ñi  inga  nu.
Nye’eyu  tsiraanu  nu  nuve’eyu
tsi’iyu  kaveeyu  tan  tsika  iñiyu,
tsika  iñiyu  tsiun  tan  tsi  maayu.
Maaun  vichin  kuee  xaa  maa  tsaun  tan  kaa’anyu
¿Kuvi  natu’unyo?
Tsikonduviun  tan  kua’an  ñi  un.
Ndoo  tu’ñiyu, kuii’ya, xaan, tsakuyu…
tan  vasu  nduve  ñi  na  ikayu,
ichi  itsi,
ikan  nu  ndi  maaun  ña  kuvi  nye’e,
nduxaan  yu, ana’ayu  nu’uyu, tsatsi  y+’+yu
tan  at+v+yu  nd+’+  maa  nu  ya’ayu

Hoy he visto a los perros pelear
Hoy he visto a los perros pelear en la calle,
gruñen, enseñan los dientes, se muerden,
se corretean de un extremo a otro,
tirando, rompiendo, destrozando
todo lo que encuentran a su paso.
También los he visto llamar a la jauría
y todos juntos atacar al único agresor.
Los miro por la ventana
tomo mi café y pienso,
pienso en ti y en mí.
Tú hoy llegas demasiado tarde y te digo
¿Podemos hablar?
Te das media vuelta y te vas.
Yo me quedo solo, triste, enojado, llorando…
y aunque no hago nada,
por dentro,
justo ahí donde a veces ni tú puedes ver,
gruño, enseño los dientes, muerdo
y destrozo todo a mi paso.

Tsikonduviyo
Tsikonduviyo  tsata  ndikacha
iin  ñi  maa  nu  tsika  xaayo
tsinu  xaayo  nduve  vi’i  maa,
ndatsa  ña  nd++  ka  kaayo,
nduviyo  nducha  nya’yu,
tsa  kee  nu  k+y+
tan  tsinu  luxu  nu  ñu’u
tan  nata’vi  kuii  maa
tan  naichi  nu  ñu’u
tan  ndi  ña  ndoo  tsa  kaa  un  ya’atsi.

Giramos
Giramos sobre un trompo
caminamos tanto sobre el mismo sitio
corrimos tanto a ningún lado,
que dejamos de ser transparentes,
nos convertimos en agua sucia,
que cayó del cántaro
y corrió un poco por el suelo
para dividirse sin remedio
y secarse en la tierra
sin dejar huella.

Ña  aka’un  un
Ña  aka’un  un
tsa  kaa’an  nuu  tsa  kaa’an
tsa  ña  tuvi  iñi  tsa  chituñi  iñi,
chin  tu  ñi  tsa  kuñi  tsiñi
ña  induku  maa  kuiya,
chin  tu  xu’un  tu’un  ñi
ata  tsa  kuñi  inga  ñi,
chin  tu  ñi  tsa  kuñi  ta’an  ña  kuuñi  an
chin  natava  tsiiñi
tsi’in  uvin  ñi  tsa  naka’y+.
Tsi  tsa  tsatsi  maa  ñi  maa  kua  koo  na  kuenda
tsa  chi’i  xee’e  tsa  tu’un  ñi  kuñitsi  tan  tsa  ndaa’vitsi.
Ña  aka’un  un,
tu  kaa’an  raanu  chin  ña  kuñiyu  tsiun,
ña  aka’un  un…
Maayu  kua’a  ka’an  an  tsa  tsitoun,
ña  aka’nu  un  tsa  y+’+  nuuraanu,
tsa  kaa’an  kaya  raanu,
tsa  ikaraanu
tan  tsa  kaa’an  raanu…
Nduve  naa  kuuyo  an,
nduve  naa  kuu  un  an,
nduve  naa  kuuyu  an,
nduve  naa  kuñitsi  tsiyo,
maaun  tan  maañi  yu  kuñitsi
tan  kuvi  kuñiyo  tsiyo.

No hagas caso
No hagas caso
las miradas siempre juzgan
lo que la mente no siente,
que si los amantes tienen
edades tan disparejas,
que si el dinero de uno
compra el interés del otro,
que si los amorosos no lo son
porque fueron pintados
con el pincel del mismo sexo.
La envidia siempre tendrá escusas
para ocultar su tristeza y soledad.
Tú no hagas caso,
si te dicen que no te quiero,
no hagas caso…
Yo te diría y los sabes
no hagas caso de las miradas,
los murmullos,
los gestos
y las palabras…
No sirven,
no te sirven,
no me sirven,
nada nos sirve,
sólo bastamos tú y yo
para querernos.



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