No. 67 / Marzo 2014


Introducción
 
 
Fernando Nieto Cadena forma parte de una estirpe de escritores que son a la vez inubicables y profundamente arraigados, con garfios anclados en distintos países, lenguas o culturas. Como Malcolm Lowry, como Augusto Monterroso, como Álvaro Mutis, como Juan Gelman, Fernando Nieto Cadena, que por supuesto pertenece al despliegue de la poesía ecuatoriana, pertenece también a la poesía mexicana, aunque hasta ahora nadie se ha tomado la molestia, el interés o la curiosidad de incorporarlo. Radicado desde hace varias décadas en Villahermosa, a donde llegó distraído y sedentable, su presencia en Tabasco modificó definitivamente la tradición poética de uno de los estados de México con mayor herencia y efervescencia poéticas. Quizás por eso en las órdenes del Centro no se ha dado cuenta de su existencia. Sin embargo la estafeta, y en consecuencia la historia literaria de Tabasco, va de Carlos Pellicer a José Gorostiza a José Carlos Becerra a Fernando Nieto Cadena a Jeremías Marquines. Sin el eslabón que es él no se entiende de dónde viene la poesía que se ha escrito en Tabasco en los últimos treinta años. Y la poesía mexicana, sin su incorporación, volvería a quedar trunca e inexplicable, domesticada por sus silenciadores. Desde la atalaya de sus poemas podemos regresar a otra corriente poética que en México sigue estando desenfocada o falta de crítica y prestigio: la que une las escrituras del ya mencionado Jeremías Marquines, de Max Rojas, de Eduardo Lizalde y de Efraín Huerta, la que de ahí viaja a a Washington Benavides en Uruguay y a Nicanor Parra en Chile. Con estos siete nombres está dada más de media alineación de un equipo equivalente a cualquier otro en las mejores ligas poéticas del español. ¿Quién se atrevería de veras a enfrentarla? Esperamos que esta muestra y este homenaje sea el inicio de su definitiva inclusión y presencia en la poesía mexicanA. También, dicho sea de paso, de la reivindicación aquí y ahora de unas poéticas no por menos solemnes menos vigorosas. Como en el futbol, los extranjeros que aquí juegan también cuentan. Y todos nos enriquecemos con su incorporación.

Pedro Serrano

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Foto de Fernando Nieto Cadena, cortesía de Juan de Jesús López.