Entre los poetas muertos a principios de 2014, está Sergio Loo, autor de Sus brazos labios en mi boca rodando. Aquí, en este espacio dedicado a la poesía, dirigido con claridad de intención por Pedro Serrano, escribo esta despedida.

Sergio Loo 1982-2014, poeta y narrador. Su libro de poemas tiene una tensión erótica homosexual que puede resultar lúdica o simple. La tensión de sus versos “Necrófaga comisura de tus labios se remienda a la mía/ y nuestra sonrisa, que ahora es una sola, / desangra claveles rojos, claveles oxidados, / claveles a borbotones” abreva de tradición de la poesía moderna, donde podemos ver poemas despreocupados de aspectos formales, cuyo ritmo y melodía dependen más de la anécdota, la experiencia referida, que de la construcción sintáctica y semántica. Poemas que son como un Ramillete chorreando sin raíces de arrepentimiento.

Por el lado temático, su poesía va y viene por la avenida de la sexualidad convertida en sinónimo de rebeldía y libertad. Hace eco de poetas en los que los personajes urbanos, los que a las buenas conciencias les perece mejor no ver, o excluir, o negar, y lo hace bien, pues logra trasmitir y comunicar con cierta plasticidad intimidades que está condenada a formar parte de un sistema que todo lo sistematiza; el cuerpo como metáfora de ese sistema:

Déjame pensar que esta vez no eres tú y no soy yo,
sino el embone de un engrane 
de una maquinaria carnívora sin fin
y nada más.