Facultad de Filosofía y Letras / Centro de Enseñanza Para Extranjeros, UNAM
Por: Alfonso Domínguez, Elizabeth Pérez y Abel Vázquez
Fotos: Mónica Gay
El 26 y 27 febrero del 2014, en la Facultad de Filosofía y Letras y el Centro de Enseñanza para Extranjeros de la UNAM, se llevó a cabo un homenaje al centenario del nacimiento de Octavio Paz llamado, Entre la noche y el día: un tributo a Paz, en donde investigadores de distintas áreas se reunieron para dialogar sobre la vida, la obra y los alcances que el mexicano tuvo a nivel nacional y mundial.
El evento dio inicio en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, con la Conferencia Magistral Octavio Paz: La vida, ¿Cuándo fue de veras nuestra?, dictada por el Mtro. Adolfo Castañón. La conferencia estuvo llena de anécdotas y recuerdos de quienes hicieron la vida literaria de México durante la segunda mitad del siglo XX; por ello, para cerrarla, el maestro leyó al público un poema de su autoría al fallecimiento de Paz titulado Tránsito de Octavio Paz.
La primera mesa del día 26, titulada Crónica de otros días, fue integrada por la Dra. María Dolores Bravo, la Dra. Adriana de Teresa Ochoa y Miguel Ángel Flores. La mesa inició con la ponencia Octavio Paz: su interpretación de sor Juana y del mundo barroco novohispano, en donde la Dra. Bravo reflexionó sobre el acercamiento que Paz tuvo con la sociedad novohispana, con la figura de Sor Juana, el análisis sobre los jesuitas y el sincretismo con los cristianos, además de abarcar las señas de identidad que caracterizaron a criollos y la emergente discusión entre Manierismo y Barroco. La Dra. de Teresa continuó el diálogo al presentar la segunda ponencia titulada Los prólogos a las Obras Completas de Octavio Paz: un espacio de autofiguración, donde se planteó la polémica que suscitó la estructura y configuración de los prólogos elaborados por Paz entre 1990 y 1997 después de obtener gran parte de su prestigio. La mesa finalizó con la intervención de Miguel Ángel Flores, quien abarcó un acercamiento a la obra de Paz desde la experiencia personal e intentó establecer vínculos entre vida y obra. En esta mesa, los ponentes conservaron una postura crítica que les permitió reconocer los logros, los alcances y la influencia que Paz tuvo como ensayista, crítico y poeta; pero si dejar a un lado las limitaciones y los prejuicios que el homenajeado tuvo a lo largo de su vida.
Por la tarde del 26 de febrero, se llevó a cabo la mesa que fue dedicada a su labor dentro del periodismo cultural, en la cual participaron José Luis Martínez, Braulio Peralta, Víctor Ronquillo y Luis Tovar. El evento fue inaugurado por José Luis Martínez con la ponencia Octavio Paz, editor, en la cual destacó la labor del escritor como editor de Vuelta, Barandal y Plural. Como editor, mencionó Martínez, Octavio Paz buscó la creación de publicaciones independientes y autosustentables, lo cual siempre le permitió ejercer la crítica sin ningún tipo de freno por parte del estado. La mesa continuó con la participación de Braulio Peralta, quien, con su ponencia A la izquierda de Paz, reflexionó sobre la relación del escritor con el pensamiento de izquierda. El tercero en línea fue Víctor Ronquillo con la ponencia Octavio Paz: la mirada del poeta. En dicha reflexión, escrita en un tono poético, compartió sus apuntes sobre la relación entre la mirada y la creación poética en el escritor mexicano. La última participación fue de Luis Tovar con la ponencia que llevaba como título Octavio Paz y el periodismo cultural o el caciquismo como herencia, mismo que cambió para, en su opinión, aportar la nota discordante en la mesa: el nuevo título fue No dejar a Octavio en Paz. La convergencia de estas cuatro voces al reflexionar sobre Paz en el medio cultural nos demuestra, una vez más, que las grandes mentes siempre provocan, desafían, seducen.
La última mesa del miércoles 26 contó con la presencia de la poeta Elsa Cross, la académica e investigadora Adriana Azucena Rodríguez y el actual director del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, Alberto Vital. Con la ponencia llamada Sincronía y diacronía en Renga, la doctora Elsa Cross realizó, no sólo una lúcida reflexión de la naturaleza temporal de la obra, sino que iluminó muchos de los aspectos fundamentales de la poética de Octavio Paz. Al abordar la naturaleza tan particular de este gran poema. La segunda participación corrió a cargo de Adriana Azucena Rodríguez, quien compartió la ponencia: Águila o sol, La lógica del delirio. En esta ponencia Rodríguez abordó la cercanía entre la producción poética y cuentística de Paz: los cuentos pertenecientes a Águila o sol se construyen a partir de una metáfora, es decir, existe, primordialmente, un trabajo sobre la imagen. La mesa concluyó con la participación de Alberto Vital y su ponencia La métrica en Piedra de sol. Vital inició cuestionando la elección de Paz por el endecasílabo en dicho poema. A lo largo de su lectura, el investigador demostró como esta elección, aparentemente formal, tiene hondas consecuencias estéticas, e incluso arroja luz sobre la poética de Paz, pues, de acuerdo con el planteamiento de este investigador, el endecasílabo en Paz manifiesta el “continuo forcejeo entre la fijeza y el movimiento” en su poesía.
El jueves 27, segundo día de actividades, transcurrió por la mañana en el auditorio “José Vasconcelos” del Centro de Enseñanza Para Extranjeros, con la mesa 4, titulada Otras voces. Roberto García Bonilla, en su ponencia Octavio Paz y Juan Rulfo: bifurcaciones, habló un poco del Octavio Paz liberal, de aquél que fue muy entregado a la revolución; abordó la historia del poeta desde la vida de su abuelo, Ireneo Paz. Jorge Hiram Barrios, en su trabajo El sueño y la vigilia: el aforismo de Octavio Paz, mostró argumentos que relacionaban los aforismos de Paz y de Nietzsche. Además, señaló que el aforismo en la obra de Paz es un atrevimiento de juventud que el poeta quizás catalogó como un ejercicio intelectual de menor importancia, pues en la década de los cuarenta, Paz abandonó el género aforístico. Finalmente, Juan Antonio Rosado Zacarías, en su presentación titulada Identidad y otredad: la alquimia de la reconciliación en la poesía de Octavio Paz, expuso algunas cuestiones sobre la poesía y la prosa de Paz, cuya diferencia sería el ritmo. Sin embargo, sostuvo que hay una especie de diálogo entre los ensayos y poemas del poeta. De esta manera, el diálogo y el mismo poeta se reinventa en cada libro, por lo que Paz fue el otro y el mismo; vivió la experiencia de la otredad en esta vida.
La mesa 5, Filosofía e historia, contó con la participación de Josu Landa, quien presentó el ensayo Octavio Paz: las trampas de lo moderno; de Evodio Escalante, cuya participación se tituló Octavio Paz: la formación de un intelectual hegemónico; y de Javier Rico Moreno, con la ponencia Octavio Paz y la metáfora de la historia. Para Josu Landa, Octavio Paz es un profeta, un poeta absoluto, el más eminente poeta intelectual del siglo XX. Además, dijo que Paz es el poeta de la doxa, un intelectual moderno que mezcla la estética y la política de la cultura burguesa. Landa comentó que podría tratarse de una modernidad ilusoria o una “modernidad más moderna” donde el futuro ya no es claro, sino más bien decepcionante. Sin embargo, Paz, en su vida y obra, siempre intentó reinventar el alma humana para llegar a ser un poeta de su tiempo y de su siglo. Por su parte, en una amena charla, Escalante propuso ubicar a los poetas en su tiempo y su contexto. En el caso de Paz, éste tenía veinte años en el sexenio de Cárdenas, por lo que pareció tomar una postura socialista que, sin embargo, con el paso de tiempo se convertiría más bien en una postura “neoliberal”. Por ésta y por muchas otras razones, Escalante calificó a Paz como un intelectual complejo; además, mencionó que la generación del poeta tuvo un gran impacto en la vida social y política del país. Otro aspecto que destacó Escalante fue el reconocimiento de dos figuras fundamentales para Paz; se habló entonces de sus dos “padres”: Alfonso Reyes y José Gaos.
Por la tarde del miércoles 26, las actividades regresaron al Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras. Allí se llevó a cabo la mesa 6, sobre la poesía de Octavio Paz. Armando González Torres, en su presentación titulada Piedra de sol: hedonismo y rebeldía de un poeta, mencionó que, para las nuevas generaciones, Piedra de sol es un símbolo de nacionalidad. Por el tiempo mítico que lo gobierna, puede decirse que es un poema cosmogónico, además de amoroso y filosófico. Éste fue el poema consagratorio de Paz. Para González Torres, este poema es una exploración del solipsismo moderno que tiene una conexión emocional con los lectores de hoy en día.
Por su parte, Malva Flores leyó su trabajo Octavio Paz: entre nosotros, en el cual propuso una reflexión de Paz entre nosotros, sobre todo de la relación de amor-odio con el poeta. Ella tomó a Huberto Bátiz como punto de partida para llegar a conocer a Paz. Flores también sugirió que hubo reconciliación y confrontación en todos los ámbitos, aunado al lirismo y a la profundidad característica de la obra de Paz. La mesa cerró con la participación de la Dra. Eugenia Revueltas, Poética y poesía, quien dio su testimonio acerca de la vida y obra de Octavio Paz. Asimismo, ella retomó el juego de la tradición y la ruptura y, sobre todo, la aportación a estudios culturales por el hecho de que el poeta abordara temas de la India y la mitología clásica. Por otra parte, la doctora Revueltas mencionó que son tres los ejes que rigen el pensamiento de Paz: libertad, amor y poesía. Como él, los creadores se mueven en el mundo del subjuntivo (“si hubiera…”), y se enfocan en la búsqueda de la Palabra transformadora.
Las actividades de este evento concluyeron con la Conferencia Magistral dictada por Aurelio Asiain: Octavio Paz en Japón / Japón en Octavio Paz. Asiain comentó que en Memorias de Octavio Paz, el poeta habla sobre Ireneo Paz, su abuelo, quien le presentó el arte de la jardinería; éste fue el primer acercamiento con la cultura japonesa. Después, prestó especial atención a la literatura japonesa, además de que tradujo de manera completa Sendas de Oku. Asiain también dijo que en Estela de J. J. Tablada”, Paz hace su primera referencia al haiku. Incluso en una carta (2 abril 1952) narró su encuentro con un Japón ideal (más tarde desmentido) al momento de entrar en el servicio diplomático mexicano en este país.
|