Habrá unos 60 recitales en torno a la obra de poetas consagrados como Ramón López Velarde, Fernando Pessoa, Manuel José Othón, Enriqueta Ochoa, Renato Leduc y César Vallejo, pero también se difundirá la obra de autores “emergentes”, agregó.
Además de un recital de poesía en lenguas indígenas, el patronato de la Casa del Poeta Ramón López Velarde promoverá la visita a ese recinto, donde murió el autor zacatecano, que alberga una estupenda biblioteca (ubicado en Álvaro Obregón 73, colonia Roma).
Por mantener la calidad
Esta feria es organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por conducto de la Facultad de Ingeniería. No obstante, desde hace varios años “no le cuesta un centavo” a la máxima casa de estudios, pues se ha vuelto autogestiva: “y hace mucho que trabajamos con número negros”.
Macotela explicó que el año pasado el encuentro librero recaudó 8 millones de pesos, los cuales se invirtieron ahora para continuar con esta “querida tradición de la ciudad de México”, cuyo principal reto es mantener la calidad.
Reiteró que la feria de Minería no cambiará de sede ni tendrá recintos alternos, porque son opciones que no funcionan y que han sido rechazadas no sólo por la Caniem, sino por el público asistente.
Se calcula que el recinto, ubicado en la calle Tacuba, en el Centro Histórico, tiene capacidad para recibir, durante sus 11 días, hasta 140 mil personas, no más.
En la actualidad los números rondan en los 125 mil visitantes, “no estamos saturados, sino completos. Por eso nuestro reto no es crecer, sino estar alertas a las novedades editoriales y atender la difusión de los escritores mayores que están siendo olvidados”.
El director de la FILPM dijo que el comité organizador está consciente de la carencia de librerías en el país: “Sabemos, según una encuesta hecha por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que 94 por ciento de los municipios de México no dispone de éstas, por eso las ferias entramos al quite”.
Amparo Dávila, una revelación
Zacatecas es el estado invitado este año, participará con la presentación de la obra de autores entrañables como Ramón López Velarde y la escritora Amparo Dávila, “quien para muchos será una revelación”, señaló Amalia García, gobernadora de la entidad.
Comentó que en la tierra del cielo azul y la cantera se ha puesto en marcha un programa de cocinas populares en zonas marginadas, a las cuales no sólo se les lleva alimentos, sino libros, “porque las personas se transforman también mediante la lectura”.
La FILPM contará además, de nuevo, con una vasta selección de ediciones cubanas, luego de la ausencia de ese país debido a problemas económicos, dijo Macotela.
Detalló que una delegación de 15 escritores estadunidenses, pero con raíces latinas, presentarán sus obras publicadas en español, además de que la hija del recién fallecido Andrés Henestrosa, Cibeles, charlará con el público acerca de la maravillosa biblioteca que dejó su padre.
Anunció que en esta versión, la delegación Cuauhtémoc autorizó la instalación de varias taquillas en la acera para evitar las largas filas de años anteriores, aunque recomendó a los visitantes acudir entre semana para evitar las aglomeraciones sabatinas y dominicales.
El presidente ejecutivo del comité organizador de la feria y director de la Facultad de Ingeniería, Gonzalo Guerrero, dio instrucciones a Macotela para que trabaje en la creación de un premio FILPM, tan importante como el que otorga su homóloga jalisciense.
El funcionario respondió que se ha coqueteado con la idea, por ejemplo, cuando se convocó al premio Alfaguara-UNAM de primera novela, que debido a la “transición administrativa” no se hizo el año pasado, “también existe uno de narrativa y ensayo que da la universidad con la editorial Siglo XXI y el Colegio de Sinaloa. Pero se va a pensar más seriamente en un premio propio”.
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