Ana Franco Ortuño
Contra la función de conjuntos ordenados —o monótona– en la teoría del orden (funciones monótonamente crecientes o decrecientes), en lo transversal, se encuentran las funciones que invierten el orden, las funciones antítonas.
Trasladar en poesía no siempre es metafórico. Enclave es la propuesta de transversalidad que, desde hace cinco años (cinco ediciones), propicia una convergencia de autores y artistas de distintos países, con la intención de generar un diálogo poético: el poema es viajero y lleva en él su contexto de gestación; su problema: hace poesía para que surjan la incomodidad y el extrañamiento o el reclamo. Porque si hacer poesía es andar un territorio irresuelto, estallado, el equipaje y el festival son este antítono lugar que incluye lo ruidoso y lo festivo, el verso y el grito, la imagen y la borradura con que se invierte el orden.
Y entonces la cosa se pone complicada porque en este festival, la poesía se hace, ejecuta o ensambla. Y el espectador (receptor/público/‘lector multiperceptual’) es testigo de la pieza en proceso: no del poema como invisibilidad puramente semántica, ni como gesto individual en el que la naturaleza de conformación es preferentemente lingüística. Sabemos que cualquier poema se mueve siempre, se transforma y nos transforma, la diferencia es que en Enclave, además de construirse con otras materialidades —para sumar, sin duda, nunca para restar–, el proceso de gestación/creación se da frente a nosotros. Así el arrebato es inevitablemente colectivo y la pieza no será nunca dos veces, para sorpresa de los amantes de lo determinado o de lo terminado.
En este evento de difusión artística y de órdenes estético y político, la acción poética abre los marcos a toda posibilidad. Los poetas/artistas articulan su voz y sus mecanismos o técnicas. El grupo genera un proceso creativo que suma la fuerza del intercambio entre lenguajes y medios: al crear en conjunto, apuesta por lo vital y propone organicidades distintas; otredades, enclaves experimentales, sonoros, migrantes, en el cuerpo.
El poema es una de-composición que se alimenta con otros modos de ensamble y descubre nuevas políticas para el armado; para ello usa objetos comunes, recursos o sistemas: el poeta pinta con picseles, lee en código de barras, samplea, grita o canta, anda en bicicleta.
Así la horizontalidad de la escritura/lectura en papel se transporta a la escena corporal (o cuerpo escénico) y nos hacemos, en ese enclave, hoja en blanco. Escribimos lo que somos y participamos
de la dicción del mundo, sus sonidos, sus técnicas.
Los goznes se dan entre lenguas y lenguajes: entre la elección poética (palabra que cobra implicaciones que rebasan las condiciones del verso tradicional) y la lengua, madre, oficial, del mercado; se ironiza entre lo análogo y lo digital; lo vernáculo y lo global “de ida y vuelta”. Todo intercambio es bienvenido, testimonios y poéticas, en tanto que la poesía contiene en sí ‘el germen de lo múltiple’.
Certificado. Omar Pimienta:
La translación se cumple en la circulación libre de un intercambio en el que importa el ‘rasgo de cada territorio’, porque a los más de cuarenta participantes les interesa la denominación de origen: tanto su movimiento personal como su migración —en muchos de los casos, física y, por lo tanto, política, como la elección de su plástica—, se mantienen en evidencia y se transforman en fin estético; es importante mostrar la costura o la herida, es ahí donde nace la propuesta. La metonimia ocupa el lugar central de maneras ‘polidiscursivas y panformáticas’.
No se trata de dos o tres ‘impertinencias’ tolerantes/tolerables, se debate el ser y se proponen lenguajes para un mundo que usa sus discursos y exige utilidades; lo “inútil” vuelve a la expulsión y traza en el camino. En Enclave hace una parada y muestra el acto de lo que se puede ser y se va siendo entre todos. Las formas entonces evidencian el vínculo y la metamorfosis de lo humano: Libro-gente-gente-libro, ¿dónde comienza el poema, dónde el ser y sus sonidos?
El poema aquí es un hecho que responde, se comporta y transita con las sociedades actuales en esta conmoción de suelo que nos lleva a viajar para encontrarle nuevas formas a un mundo agotado, en este ciclo humano que nos hace, nuevamente, nómadas.
Descargar “Un manifiesto para la escritura discómoda”,
Antena (Fragmentos), Jen Hofer y John Pluecker
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