No. 87 / Marzo 2016 |
PVA.16 Rojo Córdova / Buddy Wakefield |
Rojo Córdova hombrelumbre hombre hombre hombrelumbre hambre hombros come carne-llega tarde-verga grande hombre hombre hombre piernas puños box y sangre hombre hombre vellos sin cabellos fuerza de caballos proteger cazando solos o acompañados hombre voz de mando grave corazón y nombre de hombre estatus/ mirando maña/ guerra germen tallo fruto gordo alto in-sig-ni-fi-can-te le-ón ganar perder príncipe del estrés rinoceronte armadura de estambre hombre lumbre más vellos edad mental 3 años hambre hambre hambre ego insaciable hombre puño beso abrazo de hombre enorme fogata espalda pecho hombre lobo muerde la manzana de mi cuello hombre hombre hijo, primo, tío, hermano, padre-lumbre, e-ne-mi-go-co tidiano bloque robleescudo brazo de diablero en el mercado barrio bravo, texto de amor (pero) mal tatuado cabrón axila olor a jazmines machos hombre hombre El hombre es todo lo malo del hombre boxeando con todo lo bueno del hombre en vano hombre lumbre hombre hombre Buddy Wakefield Guitar repair woman My mother told me, If you ever become a rock star don’t smash the guitar. There are too many other poor kids out there who have nothing and they see that nonsense when all they wanna do is play that thing. Boy, you better let them play. If she ever starts in on one of these lectures your best bet is to pull up a chair, chief ‘cause Momma don’t deal in the abridged version. She worries about me so much some days it feels like I’m watching windshield wipers on high speed during a very light sprinkle and I gotta tell’er, MOM. YOU ARE MAKING ME NERVOUS. She was born to be laid back, y’all, I swear but some of us were brought up in households where carefree is a stick of gum, or a panty liner, and the only option for getting out is to walk faster. That woman can run. In high heels. Backwards. While double checking my homework, bursting my bubble, rolling enough pennies to make sure that I have lunch money, and preparing for a meeting at my school on her only day off so she can tell Mrs. Goss the music teacher, If you ever touch my boy again, big lady, I’ll bounce a hammer off your fingers. I remember her doing these things swiftly and with a smile in discounted thrift store business suits that she wore just bright and distinguished enough to cover up thirty years of highway scars truckin’ through her spine. Some accidents you don’t need to see, rubbernecker. Keep movin’ because she made it. She’s alive and she’s famous. We can stretch Van Gogh paintings on billboards from Kilgore, TX to Binghamton, NY and you still won’t find the brilliant brush strokes it takes to be a single mother, sacrificing the best part of her dreams to raise a baby boy who, on most days, she probably wants to strangle. We disagree a lot. For instance: Mom still thinks it’s okay to carry on a conversation full throttle at 7 a.m. whereas I think… Oh, I don’t think at seven in the morning! But we both agree that love makes no mistakes so at night time, when she’s winding down and I’m still writing books about how to get comfortable in this skin she gave me, I see rock stars on stages smashing guitars and it is then I wanna find them a comfortable chair get them a snack and introduce them to daylight… This is my mother. Tresa B. Olsen Runner of the Tight Shift Taker of the Temperature Leaver of the Light On Lover of the Underdog Mover of the Mountain Winner of the Good Life Keeper of the Hope Chest Guitar Repair Woman and I am her son. Buddy Wakefield. I play a tricked-out electric pen thanks to the makers of music and metaphor but I do my best to keep the words in check and I use a padded microphone so I don’t hurt you because sometimes, I smash things and I don’t ever wanna let her down. La reparadora de guitarras (Traducción de Javier Taboada) Mi madre me dijo, Si te conviertes en un rock star no destroces la guitarra. Afuera hay muchos niños pobres que no tienen nada y lo ven absurdo pues todo lo que quieren es tocar la cosa esa. Mijo, más te vale dejarlos tocar. Si ella, algún día, mete su cuchara en una de estas lecturas, mejor te vas arrimando una silla, mano, porque mamá no maneja la versión abreviada. Hay días que se preocupa tanto por mí que me siento como si mirara los limpiaparabrisas ir y venir a máxima velocidad en una ligera llovizna, y tengo que decirle: MA. ME ESTÁS PONIENDO NERVIOSO. Ella nació para ser tranquila, banda, lo juro, pero algunos de nosotros fuimos educados en hogares donde despreocupado es una marca de chicle o un pantiprotector, y la única chance de salir es caminando más rápido. Esa doña puede correr. En tacones altos. De espaldas. Mientras revisaba otra vez mi tarea, reventaba mi burbuja, juntaba monedas para asegurar que tuviera dinero para mi lonch, y se arreglaba para ir, en su único día libre, a una junta escolar y así poderle decir a la señora Goss, la maestra de música, Si vuelve a tocar a mi hijo, gorda, le haré rebotar un martillo en sus dedos. La recuerdo haciendo todo rápidamente y con una sonrisa. Usaba trajes sastre de tiendas de segunda mano, espléndida y distinguidamente, para cubrirse las cicatrices de la carretera que corrían por su columna. Hay accidentes que no necesitas ver, morboso. Sigue avanzando, que así lo hizo ella. Está viva y es famosa. Podríamos extender los lienzos de Van Gogh en carteles publicitarios desde Kilgore, Texas, a Binghampton, Nueva York, y, aún así, no hallarán las brillantes pinceladas que se requieren para ser una madre soltera, que sacrifica la mejor parte de sus sueños para criar a un niño al cual, casi todos los días, probablemente quiera estrangular. Discutimos mucho. Por ejemplo: mamá cree que es correcto mantener una conversación hecha y derecha a las 7 a.m., mientras que yo pienso que… bueno, ¡ni siquiera pienso a las siete de la mañana! Pero ambos admitimos que el amor no se equivoca, así que, a la hora de dormir, cuando se le va acabando la pila y yo sigo escribiendo sobre cómo logro acomodarme en esta piel que ella me dio, veo a los rock stars destrozando sus guitarras en el escenario y es ahí cuando quiero buscarles una silla cómoda y darles un tentempié e introducirlos a la luz del día… Les presento a mi madre Tresa B. Olsen Corredora del Turno Nocturno Tomadora de Temperatura Dejadora de la Luz Encendida Amante del Indefenso Movedora de la Montaña Ganadora de la Buena Vida Guardiana del Cofre de la Esperanza La Reparadora de Guitarras y yo soy su hijo. Buddy Wakefield. Gracias a los creadores de la música y la metáfora, toco una pluma eléctrica de broma, pero hago mi mejor esfuerzo para mantener las palabras a raya, y uso un micrófono acolchado para no herirlos, porque a veces destrozo cosas y no quisiera nunca decepcionarla. |
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