Carolina Monsiváis
Por Xánath Caraza
Copatrocinado por el Smithsonian Latino Virtual Museum
Carolina Monsiváis es autora de los poemarios Somewhere Between Houston and El Paso, Elisa’s Hungery Descent. Monsiváis, además de poeta es una defensora dedicada en el campo de la violencia doméstica y asalto sexual, ha trabajado con sobrevivientes en Texas, Nuevo México y Ciudad Juárez. Hoy en día reside en El Paso, Texas, con su hijo.
Monsiváis ha enseñado historia, literatura y creación literaria en la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) y en El Paso Community College. Actualmente es candidata al doctorado en Historia Fronteriza en la UTEP.
La poesía de Monsiváis se desplaza entre una poesía civil y otra donde la voz poética se transforma en defensora de las víctimas de violencia doméstica y asalto sexual como es el caso específico de su poemario Descent. En este libro más que contar historias de sobrevivientes, escuchamos una voz poética que comunica la relación entre la defensora y el sobreviviente y la relación de la defensora consigo misma.
Las voces que escuchamos en este poemario son la mayor parte del tiempo desgarradoras y Monsiváis les permite, a través de sus versos, conectarnos con ellas. Voces de jóvenes y adultos, de mujeres y hombres, son las que nos hacen temblar con la lectura. Monsiváis vive en El Paso, zona bicultural, bilingüe y lugar donde despertamos en un país y trabajamos en otro, de mentes y corazones repartidos en ambas partes de la frontera. Lugar de movimiento constante donde se piensa en dos idiomas, sino en tres a la vez. Monsiváis proyecta esa energía fronteriza en este poemario y nos muestra cómo el cambio interno puede ser catalizado por la violencia.
Descent no es un poemario para débiles de corazón. Una defensora nos guía en este camino desafortunado de funerales, jóvenes asesinadas, mujeres encerradas en círculos de violencia y, por consiguiente, niños enredados en estos laberintos dolorosos. Estos poemas invitan a la reflexión, que junto con la voz poética, que aparece en cursivas, le susurra al lector sus propias interrogantes, sentimientos y aquello de lo que ha sido testigo.
Para esta ocasión he seleccionado y traducido los poemas “Ciclo de violencia: un ejercicio de entrenamiento” y “Diario de defensor: diciembre 18, 2001”.
Ciclo de violencia: un ejercicio de entrenamiento
Yo
si fuera yo
nunca
lo aguantaría.
Ella debió
haberlo sabido.
Ella puede irse
en cualquier
momento.
Él debería ser capaz
de reconocer
el patrón
ahora.
Si sucede
una vez
tu culpa.
Dos veces
mi culpa.
Me dan pena
los niños.
¿Por qué se quedan
si ya saben?
Ella está hablando con él
de nuevo.
¿Cómo le creo?
Esto es lo que deberías hacer
vete
entonces terminará.
II
Los rayos conectan
puños, objetos y nombres.
Los rayos se rompen
retraen
puños, objetos y nombres
se vuelven aliados
en ocasiones
repetidas
repetidas
repetidas.
Puños, objetos y nombres
remoldean
el amor.
Una lección se repite
están repitiendo una lección.
Por favor no digas
que debíamos saber.
Repiten patrones
y sólo ellos saben cuándo.
En lugar de preguntar por qué
son abusivos.
Diles que se detengan.
Entonces
terminará.
Diario de defensor: diciembre 18, 2001
Llegas a la escuela alternativa y descubres que
una chica en uno de tus grupos se disparó y se mató
jugando ruleta rusa con su novio. Nadie está seguro
de que fue un accidente. Ella te dijo que su amor
era un globo en su pecho, aliento sostenido y liberado
con anticipación. Recuerdas que su único deseo era
haber conocido a su padre, saber quién era. Habías
escrito su nombre para consultas individuales.
En el periódico a otra mujer le disparó y la mató
su esposo mientras los niños veían. Tú llevas
estadísticas a las presentaciones. Mujer muerta
por impacto de bala por su esposo/chica se mata
frente a su novio. Chica o chico muertos por su
novio.
Te empiezas a dar cuenta que tus dos idiomas están
llenos de palabras con connotaciones de violencia en
el mundo y de lo que es necesario para curarse de esa
violencia. Violencia/violence. Sobreviviente/survivor.
Te dices a ti misma que nunca volverás a subir la voz otra
vez ni tu puño. Si puedes encontrar cualquier razón
para lastimar a alguien, siempre la encontrarás y no te
puedes permitir hacerlo jamás.