No. 93 / Octubre 2016
¿Por qué y para qué escribir?
Esteban Ríos Cruz
Poeta zapoteco invitado a Lenguas de América
Escribir es inventarse
Se ha escrito que lo importante no es buscar sino encontrar. ¿Pero qué es lo que encuentra un poeta, ensayista, novelista o cuentista al escribir? ¿Qué importancia tiene escribir sobre una realidad ya transitada por otras voces? Estas preguntas llevan a reflexionar el sentido que tiene la literatura en la vida de quien se enfrenta con la hoja en blanco, armado con un puñado de palabras de diferentes colores y tamaños. Cuando el escritor da forma a sus ideas para construir un poema, ensayo, novela, cuento o cualquier otro tipo de texto, trastoca lo cotidiano de tal forma que lo existente sufre una metamorfosis, se viste de emociones y sentimientos distintos de su origen.
Al escribir nos servimos de la escritura como instrumento de comunicación para transmitir los significados que vamos construyendo en nuestra interacción con el mundo. Es un vaso comunicante entre nuestro yo subjetivo y lo social objetivo. Al escribir no solo nombramos lo existente, sino vamos creando los nexos que nos ligan con el imaginario social. Como todo proceso conjuga lo intelectual y lo emocional. En la creación literaria, el texto escrito es el fruto de un trabajo planificado sobre el qué y cómo se pensó escribir. Más que producto de un don otorgado por los dioses a los mortales, es el resultado de una actividad reflexionada, que mezcla experiencias de lectura y situaciones personales.
Como poeta binnizá (zapoteco), de la lengua nube o diidxazá, escribo porque tengo la necesidad de difundir el pensamiento filosófico, moral, cosmogónico, amoroso y erótico de la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, a través de mis textos poéticos, que son pretextos para impulsar la interacción con la cultura impresa de los hablantes de esta lengua originaria de México. Para fortalecer el uso real del zapoteco, de manera significativa, hay que promover sus prácticas sociales en los espacios familiares, académicos, literarios y en los medios de comunicación masiva. Cada usuario del diidxazá tiene el derecho de conocer, disfrutar e identificarse con la creación literaria de su cultura en forma oral y escrita. Porque la literatura es fundamental para el espíritu humano. No pondrá fin a las guerras, erradicará la política neoliberal en el mundo o inhibirá la intolerancia hacia el que no es como nosotros, pero es un soplo de esperanza y de ternura que nos recuerda que los rayos del sol iluminan para todos.
¿Para qué escribir? Es por la curiosidad de deshojar el hermetismo que envuelve a las cosas que me rodean y mirar la vida en su desnudez primera. Al escribir un poema recorro el velo que me lleva a descubrir que detrás de cada palabra hay una historia humana que, al igual que una crisálida, está a punto de romper su capullo de silencio. Toda escritura es la invención de uno mismo y de los demás. Autopoiesis del ser. En cada texto voy dejando migajas de sonidos que me ayuden a encontrar el camino a casa de ese otro que soy al ser yo mismo.