No. 100 / Junio 2017
ESPEJUELOS
La Mesa de Traducciones del Periódico de Poesía como un lugar de encuentros memorables
y un puente entre lejanías y cercanías
Mesa de traducciones*
De la traducción surge –con todo lo que esta comprende– un entendimiento de las relaciones humanas, una resignificación. La Mesa de Traducciones se ha construido como un taller donde la traducción se erige como un trabajo compartido, pues ofrece la posibilidad de trabajar los poemas traducidos como textos autónomos e invita a los participantes a desplegar el metalenguaje necesario que facilite la comprensión de aquello que está en juego en los versos. Es un espacio de apoyo y aprecio mutuo entre los colaboradores y entre los textos mismos, para abordar el gran reto que implica traducir poesía.
Con el paso del tiempo, con la cercanía y la exposición continua del trabajo a la disciplina de leer y comentar de manera crítica y constructiva las diversas versiones que se discuten en la Mesa, este trabajo de colaboración también ha sido un ejercicio semántico de nuevos matices de las otras lenguas, y, sobre todo, un enfrentamiento a nuevas formas teóricas e intuitivas no solo de decir, sino de ver y sentir mediante el proceso de lecto-escritura que implica en general la traducción, y que con la poesía permite abordar de manera directa la dimensión creativa de esta actividad. Ha sido un aprendizaje lingüístico que ha modificado nuestras herramientas de comunicación y nos ha otorgado una avidez continua de traslación e interpretación, de transmitir a nuestros lectores hispanohablantes las imágenes oscuras o luminosamente enceguecedoras que encontramos en la poesía de otras lenguas y culturas.
De modo que aunque a veces no todos conozcamos la lengua de partida de las traducciones discutidas en la secciones del taller, la propia imposibilidad de acceder directamente al texto primigenio puede a veces incluso resultar una ventaja, pues obliga a trabajar el poema traducido como un texto autónomo y fuerza a su traductor a desplegar el metalenguaje necesario para que los demás entiendan qué está en juego en los versos. Esto es un hecho que algunos colaboradores efímeros han encontrado difícil de comprender, pero que otros más constantes han descrito como la maravillosa habilidad de intuir los significados y matices de un idioma desconocido a través de la traducción de poesía, así como las profundas impresiones de los sentimientos que esta puede comunicar mediante su discusión en grupo.
Los participantes en nuestra Mesa de Traducciones han tomado la decisión de darse el tiempo no solo de leer o escribir poesía, sino de traducirla. Y descubrir, además, por medio de todos los colaboradores, una enorme variedad de voces poéticas y propuestas estéticas relacionadas con la poesía y las discusiones de asuntos filológicos y lingüísticos. No todas las traducciones publicadas en nuestra sección se trabajan en forma de taller, por cuestiones del tiempo limitado con el que con frecuencia contamos o porque algunas ya están revisadas y editadas por sus traductores, pero aquellas que sí se revisan en forma colectiva se enriquecen, sin lugar a dudas, de la discusión y lectura detallada que se busca desarrollar en la Mesa.
Sabemos que quizá existan críticos poco constructivos de nuestra Mesa que por arrogancia o visión limitada pueden menospreciar o cuestionar nuestra labor, un peligro al que todo traductor o traductora —poeta, escritor o creador en general— siempre se expone. Pero no nos desanimamos, al contrario, invitamos a ese tipo de críticos a participar en nuestros proyectos y a compartirnos su sabiduría y experiencia. En nuestra Mesa converge el trabajo de colaboradores internos y externos, tanto jóvenes estudiantes, como traductores profesionales y poetas-traductores con gran experiencia, desde diferentes países y diferentes lenguas, como el chino, el catalán, el rumano, el japonés, el búlgaro, el coreano, el alemán, el francés y el checo, entre otros, y desde aquí buscamos ofrecer a nuestros lectores el enriquecimiento compartido que experimentamos en la Mesa, un sitio de encuentros memorables y un puente entre lejanías y cercanías a través de la poesía y su traducción que celebramos en este número 100 del Periódico de Poesía.
Los participantes en nuestra Mesa de Traducciones han tomado la decisión de darse el tiempo no solo de leer o escribir poesía, sino de traducirla. Y descubrir, además, por medio de todos los colaboradores, una enorme variedad de voces poéticas y propuestas estéticas relacionadas con la poesía y las discusiones de asuntos filológicos y lingüísticos. No todas las traducciones publicadas en nuestra sección se trabajan en forma de taller, por cuestiones del tiempo limitado con el que con frecuencia contamos o porque algunas ya están revisadas y editadas por sus traductores, pero aquellas que sí se revisan en forma colectiva se enriquecen, sin lugar a dudas, de la discusión y lectura detallada que se busca desarrollar en la Mesa.
Sabemos que quizá existan críticos poco constructivos de nuestra Mesa que por arrogancia o visión limitada pueden menospreciar o cuestionar nuestra labor, un peligro al que todo traductor o traductora —poeta, escritor o creador en general— siempre se expone. Pero no nos desanimamos, al contrario, invitamos a ese tipo de críticos a participar en nuestros proyectos y a compartirnos su sabiduría y experiencia. En nuestra Mesa converge el trabajo de colaboradores internos y externos, tanto jóvenes estudiantes, como traductores profesionales y poetas-traductores con gran experiencia, desde diferentes países y diferentes lenguas, como el chino, el catalán, el rumano, el japonés, el búlgaro, el coreano, el alemán, el francés y el checo, entre otros, y desde aquí buscamos ofrecer a nuestros lectores el enriquecimiento compartido que experimentamos en la Mesa, un sitio de encuentros memorables y un puente entre lejanías y cercanías a través de la poesía y su traducción que celebramos en este número 100 del Periódico de Poesía.
* Integrantes de la Mesa que colaboraron de diversa forma para esta nota: Lucrecia Arcos, Cindell Celaya, Radina Dimitrova, Daniela Birt, Diego Alcázar, Lucrecia Orensanz y Emma Julieta Barreiro. Otros integrantes actuales de la Mesa que colaboran actualmente en forma presencial o a distancia, incluyen a Diego Ibáñez, Diego Tapia, Rolando Gómez Roldán, Miriam Castillo, Berenice González, Adriana Selma Pineda y Helena Moguel.