No. 100 / Junio 2017
Rodolfo Mata
Mi voz
Encontré mi voz
estaba al fondo de una caverna
enredada en una rama
con salitre cristalizado
quería ser firme
pero era pequeña
y se jactaba
de ser original
demoledora
Ay cuánta sangre
me sacó
cuántas veces
me picó los ojos
cuántas noches
me dejó sin dormir
torciéndome el brazo
escupiéndome
¡Cómo fue que la aguanté!
Miserable
ahora la recojo
maltrecha
reconcentrada
un claro ejemplo infantil
de lo que sucede
con los malcriados
siempre adelantándose
a los codazos
Pero en silencio
me parte el corazón
Fan del algoritmo
Es fácil morir
en las redes sociales
suicidarse con una
salida intempestiva
dejando la pantalla
en estado de glitch
Olvidarse
de los virtuales amigos
ser preterido por noticias
escandalosamente grandiosas
en su banalidad
por los íntimos memes
políticos y políticamente
correctos
por los gags narcísicos
y los gadgets
de personalidad
¿Qué tipo de artista eres?
¿En vidas pasadas quién fuiste?
A las promociones de
“dale un megusta a mi página”
o “comparte esto con tus amigos”
vas flotando pato en tandem
en la fila de palabras
en la línea de montaje
en el ritmo ante la ventanilla
del tren del mame
del algoritmo
del que eres fan:
todo por un autógrafo
que te irán a estampar
en la crisma
o un megusta
creyendo que eres
el maquinista