No. 100 / Junio 2017
Jorge Fondebrider
Cross Country
I.Bristol
Dormidos, en taxi, temprano, nos fuimos
de Cardiff a Bristol,
72 km para viajar al norte.
Pero por el mal tiempo, se suspendió el avión.
Cansados, molestos, corrimos,
llegamos al andén,
vamos al norte en tren,
viajamos desde Bristol,
ciudad de iglesias bombardeadas
y casi nada más esa mañana de ansiedad.
Llevamos las ganas de llegar y tres valijas.
Llevamos los bostezos de una noche mal dormida.
Miramos por el vidrio. Richard lee.
Marina dice que el campo se termina en una huerta.
Detrás de la ventana vemos cielo, nubes negras,
los prados bien peinados y prolijos,
y el orden aparente de Inglaterra
después de su violencia soterrada, aunque latente,
expuesta en muchas guerras..
II.Birminghan
En los años sesenta, para la música, fue tan importante como Liverpool:
Spencer Davis Group, Traffic, The Move son prueba suficiente.
Mercedes Álvarez un día me contó que vivió aquí:
una ciudad industrial, siempre muy gris, muy castigada.
Pero charlábamos de algo con Richard y Marina y no presté atención.
Puede vivir sin mí, les dije. Qué cosa, preguntaron.
La ciudad puede vivir sin mí.
III.Sheffield
Sheffield está en el sur de Yorkshire.
Se llama Sheffield por el río Sheaf, que la cruza y que no vi porque dormía.
Lo sé por la foto de Marina.
Roncabas –dijo ella.
Roncaba.
IV.Leeds
En el 616 o 626, el reino de Elmet fue invadido por Northumbria.
Loidis entonces ya fue Ledes, que fue Leeds,
que en los siglos XVII y XVIII la lana volvió próspera.
De lo demás, sé poco. Lo importante
es que, el 14 de febrero de 1970,
allí los Who grabaron un concierto.
Se lo digo a Marina que vive en otro mundo
y con otras referencias. No me entiende. Richard, sí.
Dice “los Who”,
y el tren, como el tiempo, avanza inexorable.
V. York
Ebocarum era un fuerte en la provincia romana de Britania.
Más tarde llegó a ser una ciudad amurallada
que un día de otro siglo ya fue York, en el norte de Yorkshire,
y quedó en manos de los anglos, de los vikings,
de Erico I de Noruega, echado por Eadred, el rey de los ingleses.
Después vino otro rey, pensaba yo apoyado contra el vidrio
mientras el tren avanza.
Digamos que una cosa es creer en las virtudes de la guerra,
llenarse la boca con la guerra
y otra cosa muy distinta es sentir olor a carne chamuscada,
ver gente sin cabeza,
tener hambre,
tener miedo
saberse responsable de la guerra.
VI. Durham
Aquí vivió Ric Caddel, con quien cambiamos cartas y no nos conocimos
nunca porque un día se murió. Tengo sus libros.
Pronuncian “Duran”, muy rápido y cortito,
y rápido y cortito pasa el tren por la ciudad.
VII. Newcastle
Bajamos en Newcastle. Todo un día.
La cruza el río Tyne de la canción.
Adriano estuvo aquí con su muralla
para impedir que los pictos se instalaran. Se instalaron,
de todas formas, poco a poco. Como Bill.
Bill Herbert es de Dundee y esa noche
nos presenta en la lectura de la universidad.
Histrión y buen poeta, le creemos.
Uno siempre debería creerle a un buen poeta,
sabiendo de antemano que no importa
que diga o que no diga la verdad.
VIII. Lindisfarne
Con marea baja se llega caminando.
Con marea alta es una isla en la costa de Northumberland.
Aidan, que era monje, le puso un monasterio,
donde estuvo San Cuthbert,
San Eadfrith,
San Eadberht,
todos santos de nombres imposibles de siglos imposibles.
Después hubo los vikings, los normandos, los ingleses,
nosotros que pasamos con el tren.
IX. Berwick-upon-Tweed
Bryneich fue Beornice, fue Bernicia
que finalmente llegó a Berwick,
el pueblo o la granja de cebada según el traductor.
La cruza el río Tweed que bordea la frontera entre Inlaterra y Escocia.
Cuatrocientos años de peleas, de ser de unos y otros
para volverse un día la ciudad más al norte de Inglaterra y para siempre.Por la ventana
vimos Berwick-upon-Tweed como una exhalación,
sus muros medievales,
la noche que caía,
el fin del viaje.