No. 105 / Diciembre 2017 - Enero 2018
Nadia López García
(Oaxaca, 1992)
Blue 52
un equipo de oceanógrafos percibió un canto de ballena
que no se correspondía con ninguna especie conocida,
pues canta a una inusual frecuencia de 52 Hz,
quedando completamente fuera
de las capacidades vocales
y auditivas de otras especies.
The New York Times.
“Song of the Sea, a Cappella and Unanswered”, 2004.
Miro el galope erguido de potros blancos,
desaparecen en la espuma de este mar que brama
en estruendos de agua y sal.
Siempre la misma voz de trueno,
siempre las mismas olas.
Me cuesta imaginar los bordes de tu canto
en este mar, donde el oído no basta,
imaginar el viaje sonoro de tu voz
resonando en la nada.
Blue 52 –como te han llamado–
quizá eres la única que ha conocido
la soledad más profunda,
rodeada de pájaros marinos
vagas sin que adviertan tu canto,
nada saben de ti.
Tal vez la soledad es eso,
una voz vibrando en un desierto de ecos
sin que nadie advierta su presencia.
Me pregunto qué dirás con esa voz de 52 Hercios
tan parecida al silencio,
pienso en las historias de ballena que podrías contar,
en el amor que no acude a tu llamado
y en el horror de saber que la semilla de tu voz
es infértil.
Sigo mirando el tropel de las olas,
suspendida en este azul crepitar de aguas,
buscando la palabra exacta
que haga audible mi pensamiento
en esta hoja de arena.
Por el horizonte, la tarde se desborda
refulgente y absorta en sus colores trenzados
al agua, insensible al canto de una ballena
condenada a hablar como címbalo que retiñe
en el silencio más mudo e impávida
ante la mano que escribe y no encuentra
que naufraga y enmudece.