No. 108 / Abril 2018
Ilustración y poesía
- Introducción, Luisa Manero Serna
- Belén Padrón
- Nury R. Melgarejo
- Pablo Otero
- Calo Carratalá
- Xosé Cobas
- Martín Malamud
- Isabel Hojas
- Ramón Trigo
- Joan Parramón
Ilustración y poesía
Isabel Hojas

Al ilustrar un texto literario cualquiera, los ilustradores buscamos abrir nuevas ventanas de lectura. Algunas veces, abrimos ventanales, otras logramos abrir apenas pequeñas rendijas. Como sea, la intención es proponer una imagen que dé o invite a irse a recorrer a través de senderos, señalar que no hay solo un camino.
La poesía ilustrada nos pide lo mismo, con el detalle –no menor- de que nos exige buscar un imaginario que guarde una cierta distancia con el que propone el texto: los ilustradores nos podemos parar en su terreno, para desde ahí, buscar y proyectar imágenes en espacios aledaños.
Las metáforas son tan esquivas como delicadas, no resisten amarras ni menos que las aterricen con imágenes explicativas. Idealmente, la ilustración en un poema juega con la resonancia. Con generar una especie de eco que puede ser leve, pero expansivo.
El hombre imaginario
Nicanor Parra
El hombre imaginario

vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

Proyecto de tren Instantáneo
entre Santiago y Puerto Montt

La locomotora del tren instantáneo
está en el lugar de destino (Pto. Montt)
y el último carro en el punto de partida (Stgo.)
la ventaja que presenta este tipo de tren
consiste en que el viajero llega
instantáneamente a Puerto Montt en el
momento mismo de abordar el último carro
en Santiago
lo único que debe hacer a continuación
es trasladarse con sus maletas
por el interior del tren
hasta llegar al primer carro
una vez realizada esta operación
el viajero puede proceder a abandonar
el tren instantáneo
que ha permanecido inmóvil
durante todo el trayecto
Observación: este tipo de tren (directo)
sirve sólo para viajes de ida
