teognis-1.jpg Presentamos un poema de Teognis de Megara (Siglo V a. C.), quien dejó un legado de unos 1, 400 versos, en versión de José Molina.


Un poema de Teognis de Megara
Traducción de José Molina

Cirno, ciudad aún, esta ciudad; mas otros los hombres;
éstos, antes, ni justicias veneraron, ni leyes,
sino, de ambos flancos, zaleas de cabras gastaban,
y, cual ciervos, afuera pacían de esta ciudad;
pero ahora son buenos, hijo de Polipao, y los antes nobles,
miserables ahora. ¿Quién al ver estas cosas podría resistirlas?
Unos a otros se engañan, de uno y de otro riendo el otro y el uno;
ni, de males, sentencias sabiendo, ni de bienes;
a ninguno de estos villanos, hijo de Polipao, hagas tu amigo
de corazón, a causa de utilidad ninguna,
sino aparenta, de lengua, ser amigo de todos,
y con ninguno lo útil combines, ni afán cualquiera,
pues conocerás pensamientos de hombres desgraciados;
cómo ellos, en obras, no tienen lealtad ninguna,
sino dolos y engaños y enredos amaron,
y tanto, que, como hombres, no se conservan ya.



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Teognis nació en Megara en el siglo VI a. C. Aunque perteneció a la oligarquía, tuvo que llevar una vida miserable, pues le fueron confiscados sus bienes, que, tras su destierro en Esparta y en Sicilia, no pudo recuperar. Se conservan de su producción algo así como 1 400 versos, con diferentes interpolaciones. El resentimiento y la animadversión contra el pueblo son el combustible de sus incendiarios versos, en que amonesta a su amigo Cirno, otro aristócrata, para que conduzca su actuar político guiado por los principios morales de su clase. Un mensaje claro es que la pobreza es de los males, el peor.

 


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