Las calles terminan en los bares
Jorge Rivelli, Editorial PapelTinta, Buenos Aires, 2005

arte poética

tagore corre
por los techos
agitando
la túnica blanca
perseguido
por lorca
musculosa
sudada
perseguido
por victoria
desnuda
con alas
a punto de volar
borges
duerme la siesta
con saco corbata
y bastón
tuñón
jala en la cocina
murena
bebe en el placard
césar
incendia las pipas
los papeles y
la realidad
juanele
cruza el paraná
en una interminable
boquilla china
urondo
se revuelca
con los gatos
pizarnik
se araña las tetas
orozco
el surrealismo
molina
traga el ala
de la gaviota
oliverio
un auto en la
peatonal
fijman
se estrella con artaud
en vieytes
marechal
se calza alpargatas
para la murga
de carnaval
gelman
putea en idish
giannuzzi
se sirve
un trago largo
de música clásica
poesía bs as
se duerme
en el crepúsculo
los kioscos
venden antologías
virtuales
los curas
la dramatizan
los medios
la exorcizan
y comemos
los restos
del muñeco maldito
plebeyos
paganos
parásitos
poetas en el pesebre
en la discoteca
nacional
con el fetiche
en los afiches
¡ acabála
que no hay
más balas !



dylan thomas

“esta noche he visto
las puertas del infierno”
solo
como la locura
con olvido
de toda referencia
humana
paso vestido
con una máscara
de cicatrices y
el dolor es el aire
gris
que envuelve
cada escenario
el canto cósmico
de vocablos
levanta la túnica
de los dioses
pero
en qué rostro
buscar el gesto?
en qué puerta
esperar la señal?
ya se fueron
fui violado
muerto y
encarnado
en las arrugas
del mapa de gales
las copas
se instalan
como mojones
en el camino
de mi vida o
pólvora
próxima a explotar
oxígeno y sombra
de las palabras
las monedas
hasta el océano
que vio
por ultima vez
mi cadáver
embalsamado
los genios
no pasan de los 40
a pesar de esconder
mi cristo
esta noche
esta noche
esta noche
las llamas cayeron
del altar y
las cenizas
marcaron el horizonte
ya no hay luz
en el dominio
de la muerte
no puedo soñar
ni el escándalo
por mi amor
ni el estallido
del cráneo
de mi padre
y
llegarán
las 20 copas
que me lleven
a las puertas
del paraíso
del infierno
o
la eternidad



viejos bardos

como una cría
de perros perdidos
merodean bares y
restaurantes
hasta la última cena
el punto es
ubicar el culo en la silla
una mano en el vaso
la otra en el pucho y
mostrar la piel embadurnada
de palabras ideas historias
hasta el canto ebrio
pero siempre
hay ojos luna o lluvia
para filmar el escándalo
para demonizar el insomnio
y hacer del poema
una anécdota para el olvido
parece que pueden llegar a ser
como un chicle pegado
en la suela del zapato
una sobrecarga eléctrica
una puta abandonada
en el templo chaolín
un huracán clavado
en el escenario del colón
pero sólo son tristes perros
que llaman la atención
en la euforia etílica
entonces baja un rayo laser
y marca territorios
poder o fragilidad
imagen o contenido
teorizar o vivir
político o poeta
recortar y pegar
un trabajo de collage
que va por cuenta de la memoria
después volvemos a la mesa
para darle forma
a la digna marginalidad