conspiratio02.jpgConspiratio
Año 1, No. 1, septiembre-octubre de 2009
Por Javier Vázquez Cervantes y Ana Franco

Con el precedente de la publicación Ixtus (1994-2007) los colaboradores y fundadores de Conspiratio buscan en este, su primer volumen, una nueva perspectiva de ciertas prácticas que llevaron a cabo durante los quince años de reflexión en grupo y de la publicación anterior.

En las colaboraciones iniciales del número encontramos con frecuencia los planteamientos de quienes participaron en Ixtus, y han decidido ahora, luego de dos años de silencio, retomar una revista “con una visión más amplia, más profunda e incluyente”. El nuevo nombre de Conspiratio deriva de Ixtus, pero se enriquece con un sentido comunitario que, según se nos explica en la editorial, viene de la noción originaria de eucaristía cristiana que implicaba la reunión celebratoria de quienes “se reunían alrededor ‘de una celebración que tenía dos momentos altos: la conspiratio y la comestio’”; y era una “co-respiración (…), es decir, la creación de una atmósfera común, de un medio divino”. Asistimos pues a la nueva Conspiratio de algunos autores que reflexionan sobre el estado actual de una sociedad que a pesar de los poderes del mercado y la tecnología, vuelve a encontrar el diálogo profundo.

La revista abre temáticamente con “Las razones de la esperanza”. El primer ensayo, de Tomás Calvillo, es una breve semblanza del viaje y la vida. El siguiente, La armonía fundamental, de Roberto Ochoa, es un texto de esperanza para la publicación reestrenada. Más adelante, Eduardo García Cuellar escribe “Vernos desde aquí”, en la sección Caleidoscopio.

Una entrevista con Ivan Ilich, por parte de David Cayley, y otra, con Juan José Pedraza, destacan entre la variedad de ensayos en la primera parte del tomo. En la breve sección de poesía se incluyen cuatro partes de Gloria, de Javier Sicilia, parte de su libro Tríptico del Desierto.

De Pablo Soler Frost, Sigo a Steiner. Después encontramos un ensayo de Jorge Traslosheros llamado Diálogos en la esperanza, frente a la crisis de la razón, en el que Traslosheros argumenta sobre sus visiones sobre Eirich Fromm, Vícor Frankl y Luigi Giussani. La edición finaliza con un guión de Javier OTK (Ortiz Tirado Kelly) llamado Cortometraje de una joven llamada Brigitte.

Como se ve, Conspiratio es una revista de ensayos. De precio regular y un formato portátil, la revista esta destinada a la crítica, al ensayo formal e informal. La poesía es tangencial y se agradece que la revista delimite su rango. Uno de los puntos débiles es en la revisión tipográfica: algunos errores por aquí y allá, pero nada que no se pueda corregir con una revisión completa antes de la próxima tirada.



ingrima-4.jpgÍngrima, en pos del sentido
No. 4, agosto de 2009
Por Yannick Bautista

El número 4 de la revista Íngrima tiene por tema el castigo. En la editorial se señala la dificultad de acercarse a un tema tan extenso y complicado en una publicación de esta naturaleza. A pesar de ello, se reconoce el castigo como “parte esencial de nuestra vida” y se ofrece un “esfuerzo por determinar su sentido”. El tema se aborda desde la perspectiva de la hermenéutica analógica por parte de Mauricio Beuchot, y también, a través de un panel de discusión que conforman Isabel Cabrera Villoro, Salvador Gallardo Cabrera, Armando González Torres y Josu Landa.

En el artículo principal de Mauricio Beuchot, académico de la UNAM pionero y promotor en México en el estudio de la hermenéutica analógica, es ambicioso pues pretende abarcar en tres páginas una fenomenología, una hermenéutica y una ontología del castigo. Desde la fenomenología, define castigo como el “restablecimiento de un orden que se dañó (…) una especie de perdón social”. Desde la hermenéutica habla de sanción, rehabilitación y de una proporción entre el crimen y el castigo. Y para finalizar ofrece, no tanto una ontología, como la oportunidad de generar un balance del castigo a partir de la hermenéutica analógica, para que no se caiga en los extremos de venganza social, de la univocidad, ni en la abolición que implicarían el equívoco.

En la discusión, bastante entretenida por cierto, se señalan los mismos aspectos del castigo. Isabel Cabrera Villoro propone una definición (muy parecida a la de Beuchot): “procedimiento doloroso con el objeto de reparar una falta”. Salvador Gallardo Cabrera introduce la noción de una proporción entre crimen y castigo, y pone el ejemplo del castigo de los liliputenses a Gulliver, en Gulliver’s Travels.

Los puntos fuertes y más interesantes en la discusión son los cuestionamientos sobre si realmente hay una rehabilitación en el castigo, y si es posible una equivalencia entre crimen y castigo. La respuesta se abre a un catalogo de citas relacionadas con el castigo a lo largo de la historia de la filosofía.

En este número también se exhiben fotografías del pintor y grabador Jesús Jáuregui (nacido en Bilbao), que pertenecen a la exposición Riberas de Luz y Sombra; además de poemas de María Auxiliadora Álvarez.


viento-en-vela-4a.jpg Viento en vela
Número 15, año 4
Por Yannick Bautista


Constante con su precepto de exploración de poetas “marginados” o poco conocidos, y con la revaloración de clásicos, Viento en Vela ofrece en su número 15, una panorámica de la vida y obra de los poetas Miguel Guardia y Abigael Bohórquez; así como breves comentarios, por parte de Rodrigo Castillo, Mijail Lamas y Jorge Ortega, que aspiran a hacer una revaloración de la obra poética de José Emilio Pacheco, a 70 años de su nacimiento.

Un texto de Alí Chumacero hace las veces de introducción a la revisión de la obra de Miguel Guardia. Aunque el texto es muy corto, menciona todas las etapas de la evolución poética de Guardia; es decir, su primera etapa representada por la publicación de Tema y Variaciones (1952) en que canta a la mujer, al silencio, a la añoranza y a la soledad; la segunda, en que “Miguel Guardia se inclinaba al registro de temas menos alegres” con su segundo y más celebrado poemario El retorno y otros poemas; y la tercera, en que retoma la temática amorosa con renovado pesimismo. La lectura de los siete poemas que preceden la introducción, muestran a un poeta cómodo en el uso de un lenguaje coloquial que roza los bordes del estilo conversacional. Los poemas son inmediatos, con una prosodia que los hace avanzar de manera fluida. La temática, por otro lado, da indicios de agotarse con rapidez. Esta limitación es un aspecto que señala Iván Cruz Osorio en su artículo sobre Guardia, que toma la forma de una especie de semblanza bibliográfica a partir de comentarios de editores y poetas amigos.

Los dos textos que la ilustran auguran que a pesar de que la obra no ha obtenido una respuesta lo suficientemente positiva por parte del público, y de que sus libros publicados --sea por problemas de difusión o por falta de demanda- han probado ser un fracaso editorial, la obra de Guardia habrá de perdurar.

Los breves comentarios a la obra de Pacheco responden a una sola pregunta: ¿Qué aspectos resaltarías de la obra poética de José Emilio Pacheco y por qué? Los comentarios tienen la constante de celebrar sus logros y su profuso desempeño en todos los géneros literarios, pero también de caracterizarlo como un poeta que no toma riesgos formales y retóricos. Pacheco, sin embargo, afirman, supo dar una lectura oportuna de su presente, misma que seguirá reflejándose en su escritura.

Por último, la exploración de la obra de Abigael Bohórquez obtiene mucho menos espacio que el correspondiente a la obra Miguel Guardia, hecho francamente lamentable, pues los tres poemas publicados en la revista son de una gran singularidad en el uso del lenguaje, y en la herencia modernista tan prominente en su tiempo. Abigael Bohórquez, creo, es un poeta que merece un mayor número de lectores y mayor difusión editorial.

 


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