DINERO: UN TABÚ ENTRE ARTISTAS


Por Ricardo Esquer

polemicas-juan-jose-macias.jpgEl dinero es un tabú para los poetas, afirmó Ana Franco Ortuño (Ciudad de México, 1969) en el patio del CIELA, durante el diálogo con el público presente en la lectura de su obra poética. Así respondió la autora de Parques, su más reciente título, a la pregunta de por qué trabaja en la edición de libros. “No soy editora –aclaró–, pero me interesa ir en busca del lector y que regrese lo invertido.” Junto con ella, el poeta Juan José Macías (Fresnillo, 1960) quien también leyó algunos de sus textos, contestó que no edita libros de poesía por una razón precisa, sino como un acto gratuito. Ambos participaron en las VI Jornadas de Poesía, realizadas del 21 al 23 de abril, dentro del programa cultural de la Feria Nacional de San Marcos, y que comprendieron mesas de lectura, presentaciones editoriales y la entrega del Premio Aguascalientes, que este año fue otorgado a Javier Acosta Escareño por Libro del abandono.

 

 
Dinero: un tabú entre artistas
Por Ricardo Esquer*

polemicas-juan-jose-macias.jpg El dinero es un tabú para los poetas, afirmó Ana Franco Ortuño (Ciudad de México, 1969) en el patio del CIELA, durante el diálogo con el público presente en la lectura de su obra poética. Así respondió la autora de Parques, su más reciente título, a la pregunta de por qué trabaja en la edición de libros. “No soy editora –aclaró–, pero me interesa ir en busca del lector y que regrese lo invertido.” Junto con ella, el poeta Juan José Macías (Fresnillo, 1960) quien también leyó algunos de sus textos, contestó que no edita libros de poesía por una razón precisa, sino como un acto gratuito. Ambos participaron en las VI Jornadas de Poesía, realizadas del 21 al 23 de abril, dentro del programa cultural de la Feria Nacional de San Marcos, y que comprendieron mesas de lectura, presentaciones editoriales y la entrega del Premio Aguascalientes, que este año fue otorgado a Javier Acosta Escareño por Libro del abandono.

La afirmación de Ana Franco Ortuño nos indica que también los poetas necesitan dinero; la fecha, justo el mes de la declaración fiscal para las personas físicas, nos recuerda que estos singulares ciudadanos deben rendir cuentas al fisco, a menos que, como muchos artistas mexicanos, trabajen en la informalidad. En este gremio solamente los artistas plásticos pueden librarse de pagar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), gracias al estatuto fiscal que les otorga el programa Pago en especie, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Adicionalmente, la colección de obras resultante es disfrutada por el público en exposiciones itinerantes. De esta manera las contribuciones artísticas benefician a la sociedad, no menos que el dinero de cualquier otro cumplido mortal nos es devuelto en forma de infraestructura y servicios públicos. Más aún, las leyes exentan del pago del IVA al sector cinematográfico, cuando la inversión se destina a la realización de películas nacionales, y al sector editorial. El propósito de estos regímenes fiscales particulares es promover el desarrollo cultural, ofreciendo ventajas a artistas plásticos, cineastas y editores.

 En este contexto, las palabras de Ana Franco Ortuño acerca de la prohibición de hablar de dinero sugieren que muchos artistas desconocen las reglas del juego fiscal. Y que eligen perpetuar la mexicanísima tradición de trabajar por amor al arte. Por otro lado, también es cierto que la realidad del mercado laboral ofrece pocas oportunidades a los creadores, lo cual le resta relevancia al conocimiento de las leyes relativas. Pero no es menos cierto que, si llega la ocasión, se irá con quien –dando por hecho que su trabajo tiene la calidad requerida– presente recibos de honorarios, excepto si el artista acepta un pago en especie.

polemicas-shcp.jpgIgual que otros tabúes, el del dinero tiene sus beneficiarios. Si, dentro del pensamiento mágico-religioso, la prohibición de aspirar al puesto de un jefe le permite a éste conservar su jerarquía y a su sociedad reproducir un orden determinado, la de hablar de dinero entre artistas sirve a quienes desempeñan actividades relacionadas con la distribución y difusión del arte, pues así no tienen que dividir sus ingresos. El asunto fue abordado por José Emilio Pacheco al recibir el Premio Cervantes –en el mismo día en que se celebran el libro y los derechos de autor, y el mes en que mueren el autor de El Quijote y el de Macbeth –: los escritores pertenecen a una orden mendicante. Aunque el énfasis de su discurso está en el orden social que excluye a los creadores, eso no cambia el hecho de que el dinero se niega a los artistas.

Dicho así, parecería que el arte genera grandes ganancias. Esto puede ser cierto en el cine, la música y el espectáculo, expresiones de la llamada cultura de masas, caracterizada por la importancia de las relaciones de mercado. Pero en el arte culto es necesario referirse a la pintura para encontrar ejemplos de obras de gran valor económico, lo cual no significa que las obras que generan pocos ingresos carezcan de valor artístico.

La búsqueda de lectores tiene intenciones económicas, pues inserta al escritor en el proceso que desemboca en el consumo del libro, el cual no necesariamente implica operaciones comerciales: una biblioteca pública nos puede prestar el libro fuera del alcance de nuestro bolsillo. Además, en ese momento se produce el signo literario, al que la lectura confiere el aspecto inmaterial más propio de los objetos culturales –que según Pierre Bourdieu constituye la experiencia de clase–, y permite a Juan José Macías hablar de actos gratuitos. Tanto respeto al tabú del dinero cabe en la frase citada por William Hazlitt, aunque con otra intención, en uno de sus ensayos: “¡Aquí yace el padre Clarges,/ quien murió para ahorrar gastos!”



* FUENTE ORIGINAL:
Ricardo Esquer
La Jornada Aguascalientes
Publicado el 27 de abril de 2010
http://lajornadaaguascalientes.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=12841:dinero-un-tabu-entre-artistas&catid=122:ricardo-esquer

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