La cosecha de los poetas nuevos

Por Elisa Aguilar


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Colectivo Entrópico presentó su sexta producción editorial: La siembra del verbo, muestra poética de varia aproximación a la experiencia estética. Los resultados son desiguales según corresponde a cada poeta; no obstante, trasciende una motivación sincera y la necesidad de expresarse de cada uno.

La presentación se realizó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Allí, el poeta José Francisco Conde Ortega, en afinidad con el título de la obra, cuestionó los frutos. Dado que no siempre la tierra y el clima son adecuados, ni la semilla lo es para la tierra, el poeta debe reconocer cuándo es el momento para sembrar. La metáfora sirvió para explicar la disciplina que el proceso creativo exige, tanta como capacidad autocrítica. El poeta debe reconocer “cuándo el surco y la semilla están a tono con el ritmo interior”, apuntó el ensayista.

La cosecha de los poetas nuevos

Presentación de La siembra del verbo



Elisa Aguilar

A nuestro oficio de fuego
Lucero Balcazar


Colectivo Entrópico presentó su sexta producción editorial: La siembra del verbo, muestra poética de varia aproximación a la experiencia estética. Los resultados son desiguales según corresponde a cada poeta; no obstante, trasciende una motivación sincera y la necesidad de expresarse de cada uno.

La presentación se realizó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Allí, el poeta José Francisco Conde Ortega, en afinidad con el título de la obra, cuestionó los frutos. Dado que no siempre la tierra y el clima son adecuados, ni la semilla lo es para la tierra, el poeta debe reconocer cuándo es el momento para sembrar. La metáfora sirvió para explicar la disciplina que el proceso creativo exige, tanta como capacidad autocrítica. El poeta debe reconocer “cuándo el surco y la semilla están a tono con el ritmo interior”, apuntó el ensayista.

Conde Ortega, autor de El destino de la musa (Daga, 2005) y Fiel de amor (Práxis, 2009), reconoció las aportaciones de los poetas que ya han madurado su propuesta sin desdeñar a quienes están en camino de hacerlo. A diversas experiencias se deben calidades heterogéneas. Por ello, Conde calificó como incursiones los poemas de La siembra del verbo más que como muestra. En ese sentido, Rodrigo Martínez, comunicólogo, definió la muestra como un mosaico de las propuestas que hay y felicitó a los autores por su atrevimiento. ¿Cuál? El de buscarse un camino propio, darse a conocer, encontrar a sus lectores sin mediadores.

Esta precisión surgió de recordar el caso de El oro ensortijado, antología reciente en que se ofrece el trabajo de poetas jóvenes lo mismo que de consagrados. Al respecto, Martínez citó la cuarta de forros del libro donde se proclama “la mejor poesía mexicana que puede ofrecer nuestro presente poético”. El también académico señaló que bajo el cobijo de poetas respetados se obstaculiza un enfrentamiento directo con los lectores de aquellos poetas noveles, propuesta plausible en La siembra del verbo.

Daniela Flores, poeta, fotógrafa y editora responsable de la obra, agradeció el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México, alma matter de varios de los poetas, por otorgarles un lugar para difundir su trabajo.

Colectivo Entrópico reúne las voces de artistas, ingenieros, profesionales de múltiples disciplinas, estudiantes, apasionados de la poesía en busca de identidad literaria. Se trata de amigos que se reúnen en talleres y lecturas en Ciudad Nezahualcóyotl, escritores capitalinos y de origen distinto al Distrito Federal, virtud que viene a enriquecer la tarea tantas veces monótona de la cultura centralizada. En su blog el colectivo manifiesta la misión:

El Colectivo Entrópico es un sello editorial que le apuesta a lo que nadie en su sano juicio: a publicar escritores cuya calidad sólo el tiempo decidirá. Por nuestra parte, estamos convencidos de que la calidad es responsabilidad del autor.

Precisamente el doble papel de Daniela Flores, Francisco Javier Estrada, Sergio García Díaz, Javier Serrato y Alberto Vargas como autores y editores dejó ver ciertos descuidos en el libro. Al respecto, Rodrigo Martínez recordó que la coedición enfrentó diversos problemas los cuales impidieron que se hiciera entrega de un trabajo limpio.


Pulir las joyas

“El papel del editor se complica cuando uno es autor, pues se deben pulir las joyas de otros”, dice Daniela Flores. Pese a las fallas, La siembra del verbo manifiesta “convencimiento por la búsqueda de la belleza y la verdad; recuerdo el prólogo de Eusebio Ruvalcaba a Que el tiempo lo decida, y creo que persiste esa necesidad en La siembra: se escriben libros porque se tiene algo que decir”.

Y desde aquel primer libro las voces de los autores se han transformado. En opinión de Daniela Flores, también periodista, la búsqueda de la voz propia no tiene fin dado que la transformación es un proceso natural. Y la honestidad es el valor fundamental de la creación. El eje de las voces de Daniela es la misma búsqueda de los poetas clásicos: la verdad y la belleza.

Durante la presentación de La siembra del verbo, Rodrigo Martínez definió un panorama de la producción poética joven. Entre las distintas tendencias observadas en su experiencia editorial está el regreso a la estructura lírica. Esta característica la comparte Alud Púrpura –ciclo de lecturas en que los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM presentaron poesía reciente– y Colectivo Entrópico, incluso se observa en la nueva edición de poetas ecuatorianos de la revista Punto de partida.


Colectivo Entrópico

Durante 2009 el poeta José Francisco Conde Ortega dirigió algunas discusiones del Colectivo Entrópico en un centro cultural-discoteca en Ciudad Nezahualcóyotl. Ése era el sitio de reunión habitual, cuya recepción estaba decorada con las portadas de discos de acetato de rumba y chachachá. Los encuentros se daban en el área de cantina y allí también se expuso ejercicios fotográficos; hasta que fue clausurado por motivos vinculados a la influenza a-h1n1.

Por el momento, la nueva sede es la sala de la casa Alberto Vargas. Allí planean las siguientes publicaciones, tallerean poemas y discuten lecturas. Daniela Flores admite fallas en La siembra del verbo, pero otorga mayor importancia a los avances que el grupo ha tendido desde la publicación de Que el tiempo lo decida, obra que prologó Eusebio Ruvalcaba y que contiene los primeros relatos del colectivo.

Vargas es conocido como el “pornócrata mayor” debido a que su escritura gira en torno al tema sexual y la pornografía. Esta necesidad deviene en una actitud, en lo posible, anarquista: cada miembro de Colectivo Entrópico lee, escribe y propone para publicar lo que guste. Un consejo editorial no-estático, compuesto por los miembros del colectivo, determina los contenidos de cada libro según la propuesta de Vargas, quien anima constantemente los “entrópicos” para que escriban con el fin de publicar. El resultado: seis libros publicados y uno en proyecto autofinanciados, sin contar los individuales.


Horizontes

Aunque ha tenido como consecuencia la promoción de varios escritores de provincia, Daniela Flores cree que el rasgo común del colectivo es haber coincidido en México. Alberto Vargas y Jorge Borja empezaron con la revista Desmadre en la Universidad Autónoma Metropolitana con el objetivo de divulgar la obra de oriundos de Ciudad Nezahualcóyotl. Después tuvieron la idea de congregar a los amigos apasionados de las letras y se fundó Colectivo Entrópico, con lo cual se admitió la propuesta de más entusiastas.

En entrevista con Daniela, surgió la cuestión de género. Es incómodo hablar de poesía y feminismo, no parece pertinente, sin embargo, Daniela apuntó una realidad: las mujeres tienen menor presencia en las publicaciones de Colectivo Entrópico debido a la indecisión y a resultados pobres, cursis. No obstante, “yo gozo con la poesía eminentemente cursi de Pita Amor, se logra en ella, me fascina”, manifiesta al enlistar aquellas plumas que provocan, como Jaime Sabines, William Blake, Walt Whitman, Sor Juana Inés de la Cruz y Efraín Huerta.

Pese a la renuencia a utilizar medios electrónicos, Daniela decidió crear un blog recientemente con el fin de difundir las actividades del colectivo. El resultado es que Playboy leyó su trabajo y publicará un fragmento de la novela inédita Plegaria a un cuerpo en verano. La autora propone allí su labor literaria a partir de 2002 y hasta 2009: la experiencia de la enfermedad que inmoviliza.

El libro manifiesta las transformaciones de la escritora: “Soy muchas voces”, afirma, pues uno nunca es el mismo. Y en su otra faceta, será responsable de la edición la próxima muestra narrativa del colectivo, El banquete de la discordia. Se publicará en coedición con Dosfridas, con prólogo de Ignacio Trejo Fuentes.

La maduración del proyecto se manifiesta en los canales de distribución: antes contaban con el apoyo de las librerías Educal. Ahora también se podrá conseguir las publicaciones de Colectivo Entrópico en las Librerías del Sótano.

“No importan los detractores, hay resultados porque hay trabajo. Publicar es la forma de enfrentar las fallas”, concluye Daniela, y esta oportunidad es lo que ofrece el colectivo.

Para seguir las actividades de Colectivo Entrópico:
http://colectivoentropico.blogspot.com/

Leer reseña de La siembra del verbo...



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