Nuno Júdice |
Nuno Júdice |
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La apariencia mística del cisne engaña a los creyentes En el cuarto donde colgué el grabado de dos mujeres desnudas en una fuente, el agua empezó a escurrir de las vigas del techo. Una nueva fuente, diría un agnóstico; de hecho, era la lluvia que caía, y pronto las ninfas se arrojaban toallas una a la otra para secarse, aunque las toallas estuvieran empapadas. Pero el silencio era total en el cuarto, y lo que ellas gritaban, porque el agua estaba fría, o porque las toallas eran ásperas, sólo se oía en mi cabeza. Era posible, claro, que todo sucediera ahí; y que el agua que escurría del techo fuera en realidad la luz que surgía de lo profundo de mi memoria, donde las dos mujeres desnudas se transformaban en cisnes que salían del lago y abrían las alas. La pared del cuarto, sin el grabado, se secó; y de las vigas del techo surgió otra luz, parecida a la que yo imaginaba, la misma que ahora cae en el piso donde me puse a recogerla con la escoba de la estrofa, para que no se pierda. A aparência mística do cisne engana os crentes Na sala onde pendurei a gravura de duas mulheres nuas numa fonte, a água começou a jorrar das madeiras do tecto. Uma nova nascente, diria um agnóstico; de facto, tratava-se das águas do céu, e as ninfas em breve atiravam toalhas uma à outra, para se limparem, embora as toalhas estivessem encharcadas. Mas o silêncio era total, na sala, e o que elas gritavam, ou porque a água estivesse fria, ou porque as toalhas as magoavam, só se ouvia no fundo da minha cabeça. Podia ser, por outro lado, que tudo se passasse aí; e a água que corria do tecto, na verdade, era como a luz que brotava do mais fundo da minha memória, onde as duas mulheres nuas se transformavam nos cisnes que saíam do lago e abriam as asas. A parede da sala, sem a gravura, ficou seca; e das madeiras do tecto soltava-se uma outra luz, como a que estava na minha cabeça, e agora caía no chão onde me pus a apanhá-la com a vassoura da estrofe, para que não se perdesse. Exégesis Abro la puerta del poema, atravieso el corredor del verso y llego al atrio de la estrofa. Busco, entre rimas y ritmos, una imagen – la única que ilumina el sentido exacto de cada palabra, y despoja de símbolos y metáforas a lo que leo. Poco a poco, las sílabas resbalan por la superficie de la voz, revelando el vidrio transparente de las emociones. Lo empujo, como si fuera
una ventana, y el aire frío de la vida penetra
en el significado, haciéndome respirar como cuando amanece, y todo se ve nuevo y brillante, con la pureza luminosa del cielo. En lo alto, donde debía estar la luna, aparece tu rostro, y ya no necesito otras imágenes, ahora que el poema te encontró. Exegese Abro a porta do poema, atravesso o corredor do verso, e chego ao átrio da estrofe. Procuro, por entre rimas e ritmos, uma imagem – a única que ilumina o sentido próprio de cada palavra, e limpa de símbolos e metáforas o que leio. Pouco a pouco, as sílabas escorrem pela superfície da voz, deixando à vista o vidro transparente das emoções. Empurro-o, como se fosse uma janela, e o ar frio da vida entra para dentro do significado, fazendo-me respirar como quando o dia nasce, e tudo parece novo e nítido, com a pureza luminosa do céu. No alto, onde devia estar a lua, imprime-se o teu rosto; e já não preciso de outras imagens, agora que o poema te encontrou. |
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