VII Encuentro Nacional de Escritores Tierra Adentro
Ciudad Juárez, Chihuahua, septiembre de 2007.
 

 

VII Encuentro Nacional de
Escritores Tierra Adentro

Ciudad Juárez, Chihuahua, septiembre de 2007

 



Por Ana Franco Ortuño.

La principal intención del proyecto Tierra Adentro es la de publicar autores de ciudades fuera del Distrito Federal, contra la centralización de la cultura: “hacer la cultura permeable”, dijo Fernando Fernández en la presentación de las 18 mesas de trabajo que se llevaron a cabo en distintas sedes de Ciudad Juárez (universidades, hospitales, preparatorias). A Fernandez, quien encabeza este proyecto cultural del Conaculta, le parecía irónico, por lo tanto, que el número de la revista Tierra Adentro que presentaban estuviera dedicado a José Emilio Pacheco; pero como el tema fue elegido por el estado anfitrión, se tomaba como un gesto des-centralizante.  Para el número, invitaron a colaborar a diferentes jóvenes quienes dieron varias perspectivas sobre la obra de Pacheco. El resultado es una revista interesante en la que, a mi juicio, sobresalen las lecturas de Jorge Solis Arenazas y de Armando González Torres.

Durante las conversaciones en las mesas del encuentro, y fuera, en las otras mesas: desayunos, comidas y chelas, hablábamos  de la importancia, funciones y peligros de los apoyos gubernamentales; becas y premios, principalmente, que resultan ser bastante positivas (sobre todo para quienes las gozan) pero que siguen generando, al menos en nuestro país, élites inaccesibles para muchos otros autores (reconozco que en nuestro país generamos élites hasta para respirar y circular en las calles; ¿por qué hacerlo entre escritores?).

Íbamos y veníamos persiguiendo a un auditorio fantasmal, en algunas ocasiones, y, cuando finalmente se lograba la lectura, ésta se volvía todo un éxito.  En un arranque poderoso de las O, Osvaldo Orgaz y Oscar de Pablo arrebataron al público, intrigado, ofendido, divertidísimo con el tono chicano popular de Orgaz, que insistió desmantelando de varios plumazos la bucólica, entre otros grandes temas. Mientras tanto, De Pablo, puntualísimo tejedor de contrastes, leía convencido de su “oficio artesanal” ostentando una absoluta conciencia musical del lenguaje. Me fascinó conocer la obra narrativa de Álbaro Sandoval, neorulfiano (que no es poco decir) y de Ángel Hernández, teatrero encantador que arrasó con el público femenino (incluida la que suscribe) gracias a su texto de King Kong.

Las mesas de debate trataban justamente las ideas del poder y el centralismo. De ellas, me pareció interesante el texto de Mayra Luna, para quien es necesario replantear el concepto de periferia, por lo que propuso el uso de literaturas epicéntricas “como zonas de propagación sísmica, que desgajan, apelan al movimiento, y en que lo aislado no se refiere a lo dual sino a lo grupal.”  Mayra propuso también literaturas espeleológicas, que generan y buscan sus propias cavernas.
    
Estuve en la lectura, y/o platiqué con Nati Rigonni, Luis Alberto Arellano, Renee Acosta,  Román Luján, Federico Corral Vallejo y Vicente Alfonso, entre otros; sin embargo, hubo muchos invitados a los que no pude escuchar; hubo otros buenos poetas regionales, más fronterizos que los fronterizos, como Rubén Macías o don Rogelio Treviño, que escapan al vínculo gubernamental y están también muy en la profesión. Jóvenes escritores: me sirvió re-plantearme el asunto de lo joven, para re-acomodar un concepto que desde otra perspectiva, considero muy manoseado.

Ahora me debato entre las maravillas y lo central de los apoyos en cada frontera, o entre lo central evidentísimo de lo numeroso-masculino, que no suelta el cuarto propio, frente a tantos escritores inteligentes y productivos, pero que vuelven a ser la centralización. ¿Cómo romper el hechizo, y seguir disfrutándolo?

 


 

Leer poema de Rubén Macías...


 

 

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