Puñetadas de bronce
en los aires de Mafra Cantera y escalinatas solemnes en el atrio de Mafra También ese domingo de azul agorero eran las cinco en punto de la tarde germinando en todas las campanas del convento de Mafra Una a una las horas fermentaban en pleamar expandíanse por el aire hechizado del domingo de Mafra Aguas de bronce trepidaban por los valles y montes de Mafra Encendidos halcones desde la torre se lanzaban como pedruscos volcánicos arrojados del gigantesco abismo sideral El viento irisó la tarde sembró sobre nosotros el indomable verano a las cinco de la tarde Cómo podría yo olvidarlo si el toque de horas fue mi pulso repercutiendo en granel como goterones titánicos desde el campanario de Mafra Cinco golpes del badajo mayor por mi pulso proclamados! [un poema del Cuaderno de Lisboa] El instante de cruzar una calle el pétalo al aire de inquirir una mirada la luna brillando nuevamente sobre un monasterio todo lo que un manojo fugaz de días y años quisiera ver como magia y contraseña la húmeda trama de mi bugambilia el reencuentro todas las mañanas con esta luz como otra forma del río de mansedumbre el laberinto de azulejos a cada instante la magia y contraseña que tal vez no percibo el hálito de esos ojos sosteniéndose ante mí el giro envolvente del verano el rumor de los pasos que daré mañana las voces que señalan mis encrucijadas la magia y contraseña que no merezco el viento norte que habla del invierno la misma luna vigilando estas líneas el secreto frenesí de haber llegado la seca ebriedad de tener las manos vacías la magia y contraseña de ser mirado por el mundo Cuaderno del Nilo, 2. Cuando la vida es río el viento tus besos desliz de rocío por mis labios Aire apenas aromado de palmas de húmeda arena y dátiles Un soplo entre las alas de garzas encendidas un giro de viento en el pico azul del mediodía Un beso tus labios deslizándose por mi corazón que recuerda un beso brisa ritmada como un río
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