Sobre el tuit

La cámara verde
Por Cristina Rivera Garza
 

La cámara verde


Es una habitación, en efecto, y también un dispositivo para capturar imágenes. Es un artefacto, sobre todo, y un hueco donde cabe algo: la carga, en un arma de fuego; el aire, en un neumático. Es uno de los dos cuerpos legislativos conocidos, eso se sabe, como bicamerales. Alguna vez fue también una caja. Y aquí, esa es nuestra denodada intención, van las cosas verdes.  Si son definidas como “4. intr. operaciones destinadas a descubrir”, entonces van, sin duda, aquí.  Frescas, sí. Con clorofila, que tanto ayuda contra el mal aliento. Sin versiones finales, porque cada versión es su propio proceso.

En todo caso, mejor mostrar que decir: “Una yuxtaposición de citas de tal manera que la teoría emerja de ahí sin tener que ser insertada como interpretación”. Eso lo escribió Walter Benjamin hace mucho tiempo en relación al método de trabajo y al método de exposición de sus ahora famosos Konvoluts. Y lo citamos aquí, al escritor citacionista por excelencia, a Cito, el trancescrivener, para describir también el método de sampleo, yuxtaposición y montaje que caracterizará este espacio.


De ahí ésta, la primera selección. De ahí febrero.


Caleidoscópica, protéica, colectiva, esporádica, la twitescritura llegó para quedarse. Un rato o más, ya veremos. Aquí van textos desde el TW, una novel escritora tapatía que, desde una autoría denominada como @diamandina, escribe para inaugurar un género: Graciela Romero. Y van los textos que, sobre y alrededor y a través del TW se han generado en distintos puntos del orbe: desde Kioto, @aasiain; desde Marruecos, @moravicenteluis, y mi aportación, @criveragarza, desde la frontera San Diego/Tijuana.

A un lado del TW, el archivo, claro. Marco Antonio Huerta, co-curador de la Cámara de febrero, traduce e introduce el trabajo de la conceptualista califroniana Vanessa Place. Y desde las mismas regiones, pero articulado por la labor editorial de Bonobos, algunos poemas del próximo libro de Román Luján: Drastel. Lo propio del verde, eso se sabe, es adelantar.

Y, bajo amenaza de que, si no lo hacíamos, San Valentín no nos dispensaría con su fino trato este año, incluimos también los palíndromos post-porno de Daniela Camacho, poeta sinaloense y residente de Tokio.

Justo como en el semáforo, el verde también aquí indica que usted puede pasar. Tú, puesn. Y nos vemos en marzo.

San Diego/Tijuana

Enero 11, 2011

(escuchando el O de Oval)


Sobre el tuit

La cámara verde
Por Cristina Rivera Garza
 

La cámara verde


Es una habitación, en efecto, y también un dispositivo para capturar imágenes. Es un artefacto, sobre todo, y un hueco donde cabe algo: la carga, en un arma de fuego; el aire, en un neumático. Es uno de los dos cuerpos legislativos conocidos, eso se sabe, como bicamerales. Alguna vez fue también una caja. Y aquí, esa es nuestra denodada intención, van las cosas verdes.  Si son definidas como “4. intr. operaciones destinadas a descubrir”, entonces van, sin duda, aquí.  Frescas, sí. Con clorofila, que tanto ayuda contra el mal aliento. Sin versiones finales, porque cada versión es su propio proceso.

En todo caso, mejor mostrar que decir: “Una yuxtaposición de citas de tal manera que la teoría emerja de ahí sin tener que ser insertada como interpretación”. Eso lo escribió Walter Benjamin hace mucho tiempo en relación al método de trabajo y al método de exposición de sus ahora famosos Konvoluts. Y lo citamos aquí, al escritor citacionista por excelencia, a Cito, el trancescrivener, para describir también el método de sampleo, yuxtaposición y montaje que caracterizará este espacio.


De ahí ésta, la primera selección. De ahí febrero.


Caleidoscópica, protéica, colectiva, esporádica, la twitescritura llegó para quedarse. Un rato o más, ya veremos. Aquí van textos desde el TW, una novel escritora tapatía que, desde una autoría denominada como @diamandina, escribe para inaugurar un género: Graciela Romero. Y van los textos que, sobre y alrededor y a través del TW se han generado en distintos puntos del orbe: desde Kioto, @aasiain; desde Marruecos, @moravicenteluis, y mi aportación, @criveragarza, desde la frontera San Diego/Tijuana.

A un lado del TW, el archivo, claro. Marco Antonio Huerta, co-curador de la Cámara de febrero, traduce e introduce el trabajo de la conceptualista califroniana Vanessa Place. Y desde las mismas regiones, pero articulado por la labor editorial de Bonobos, algunos poemas del próximo libro de Román Luján: Drastel. Lo propio del verde, eso se sabe, es adelantar.

Y, bajo amenaza de que, si no lo hacíamos, San Valentín no nos dispensaría con su fino trato este año, incluimos también los palíndromos post-porno de Daniela Camacho, poeta sinaloense y residente de Tokio.

Justo como en el semáforo, el verde también aquí indica que usted puede pasar. Tú, puesn. Y nos vemos en marzo.

San Diego/Tijuana

Enero 11, 2011

(escuchando el O de Oval)

I

¿Cuántos elefantes cabrán en 140 caracteres? Más aún, ¿qué tipo de elefantes? Enfilados. Verticales. Se encaminan todos, con rítmico paso, hacia un mismo e insondable fondo. ¿El fondo de las cosas?

Twitter ha surgido como un artefacto que socializa a través de la escritura. Lo múltiple, lo yuxtapuesto, lo disímil, lo igual. La marea ondulante del tiempo. En La cámara verde presentamos tres visiones, no divergentes, no disímiles, pero no iguales, al respecto de las posibilidades que develan y el vastísimo horizonte que derraman gradualmente en su flujo vertical. Escurrimiento. Transpiración. Tres figuras de letras, literatura, escritura, abordan el fenómeno del Twitter desde su experiencia personal. A su vez, desde tres puntos del planeta. Algo hay en eso que nos habla de la naturaleza de Twitter. Y ciertamente lo que ellos (@moravicenteluis, @criveragarza, @aasiain) nos dicen.

Están aquí. Adentro de La cámara verde. Tres personajes que desde el flujo del presente aguardan al lector. Aquí sólo un atisbo a esta rendija del presente.

II

METATWITTER
Por Vicente Luis Mora
Tweets colgados el día 30 de septiembre de 2010 en @MoraVicenteLuis.

[Metatwitter, 1] La suma de todos los tweets de Twitter no constituiría el mundo real, sólo un espejo fragmentado, añicos de azogue roto.

[Metatwitter, 2] Es decir: Twitter no se propone agotar el mundo, sólo cierto tipo de pensamientos sobre el mundo.

[Metatwitter, 3] No hablo de pensamientos de 140 caracteres, por cuanto sus enlaces remiten a otros contenidos más anchos.

[Metatwitter, 4] Hablo de un modo “enlazador” de mirar el mundo, en el que la globalidad, la perspectiva holística, es imposible.

[Metatwitter, 5] La repetición, el retweet (RT) limita aún más la capacidad de profundizar en horizontal.

[Metatwitter, 6] El RT es como seguir dando golpes a un mismo clavo de información: acaba apareciendo por el otro lado.

[Metatwitter, 7] El RT es importante porque apunta a contenidos viajeros, relanzados por su valor comunal, informativo o gregario.

[Metatwitter, 8] El tweet es para semiólogos, el retweet para sociólogos.

[Metatwitter, 9] En consecuencia, la suma de todos los miles de millones de tweets es un resumen apresurado del mundo.

[Metatwitter, 10] Bueno, en realidad es un resumen de los contenidos comunicables del mundo.

[Metatwitter, 11] Más allá: de los contenidos comunicables vía Internet y por escrito, sin imagen ni sonido (importante limitación).

[Metatwitter, 12] Twitter es una representación ecfrástica y parcial de la imagen (también parcial) de la realidad que tenemos en la mente.

[Metatwitter, 13] Twitter es una red compleja: tiene alto coeficiente de agrupamiento, evidencias de jerarquía (trending topics, promovidos)

[Metatwitter, 14] Por cuanto la “actualidad” política, cultural o social provoca tweets idénticos y RT, ciertos nodos engordan asfixiando la diversidad.

[Metatwitter, 15] Como en toda red compleja, la agrupación informativa en ciertos nodos deja en sombra la mayor parte del espectro.

[Metatwitter, 16] Como ciudades vistas desde muy arriba por la noche: sólo atisbamos las farolas, ni siquiera lo iluminado por las farolas.

[Metatwitter, 17] La información se agrupa en las zonas visibles, como las abejas en las flores. Los tallos -el soporte- siguen a oscuras.

[Metatwitter, 18] Es decir: Twitter funciona igual que el resto de Internet, pero a escala menor. Es el rápido y nervioso hermano pequeño.

[Metatwitter, 19] INTwittERNET


III

La producción del presente
Cristina Rivera Garza

1. Digámoslo así: un tuit no produce sentido sino presente.
1.1. Un tuit no cuenta lo que pasó; constata que algo sucede.
1.1.1. Un tuit es lo que sucede.

1.2. Excepto por las palabras, nada ocurre mientras tuiteamos.
1.2.1. El presente del tuit es, desde antes, un presente mediado.
1.2.2. El presente del tuit es, desde antes, un readymade.
1.2.3. Frente a pantallas y teclado, los tuiteros participan de un presente ficticio.
1.2.3.1. Algo pasa: la ficción lo encubre. Nada pasa: el tuit lo descubre.
1.2.3.2. El tuitero es el mejor personaje de Sí Mismo
1.2.4. El presente del tuit lo produce un cuerpo sentado.

1.3. Porque el presente del tuit es desde antes un readymade, no hay tuit sincero.
1.3.1. Todo tuit es, desde antes, inverosímil.
1.3.2. El tuit confesional es una contradicción en términos.
1.3.3. Nadie hace en realidad tuit tease.
1.3.4. Alterproducido y alterdirigido, el tuit va de afuera hacia afuera.
1.3.4.1. El tuit es una escena.

1.4. El presente del tuit, como el presente del tuitero, se basa en un principio de yuxtaposición y montaje.
1.4.1. El presente del tuit ocurre en la articulación aleatoria del TL.
1.4.1.2. Aún si el otro tuit es del mismo tuitero, un tuit requiere de otro para existir.
1.4.1.2.1. Todo tuit es eco.
1.4.1.2.2. Todo tuit es contacto.
1.4.1.2.3. Todo tuit es limbo.
1.4.1.3. Un tuit deviene tuit en su TL.
1.4.2. El presente del tuit está en la pantalla.

1.5. La función de borrar acentúa la consistencia efímera del presente del tuit.
1.5.1. El tuit es el presente más corto.
1.5.2. El tuit es el presente en su modo más precario.
1.5.2.1. Se necesita un gran esfuerzo colectivo para producirnos como el presente del tuit.
1.5.3. Borrar es lo propio del tuit.

1.6. Como las esporas, el tuit se reproduce a través de los RTs que lo diseminan de TL en TL.
1.6.1. De TL en TL, la reproducción esporádica del tuit es un proceso de encuadre y re-encuadre.
1.6.2. La reproducción esporádica del tuit excluye su fusión con otro.
1.6.3. Esporádicamente también significa de cuando en cuando. Un tuit.

1.7. Tuíter: sesión de escritura en vivo.
1.7.1. El tuíter es el jazz de la escritura.
1.7.2. Un tuit interpelado por otro: escritura en vivo.
1.7.2.1. Escrito hacia: el tuit.
1.7.2.2. Todo tuit es zigzag.
1.7.3. Una cadena de rápidas reacciones semánticas: el impulso nervioso del tuit.
1.7.4. Metonímicas operaciones mínimas: el tuit dialógico.
1.7.5. Ortografías errantes: las transformaciones sintácticas del tuit.

1.8. Caleidoscópico, protéico, colectivo, esporádico: el presente del tuit.
1.9. Mira: acaba de aparecer este tuit.


IV

La serie dio inicio el jueves 18 de febrero de 2010 a las 3:49 PM.

«Estas son unas notas sobre el tuit, no el Tractatus Tuítero Mamónico.»
Por Aurelio Asiain

1. Se puede abrir cuenta en Twitter y escribir sin seguir a nadie ni tener seguidores. Antes que red social esto es un espacio de escritura.

2. Se puede estar en Twitter sin escribir, leyendo a otros, o escribiendo, sin leer a otros. En cualquier caso debe haber escritura.

3. Toda escritura supone un lector: el autor u otro. Pero no es lo mismo dar a leer a otro que publicar. El público debe ser desconocido.

4. Publicar es poner un texto a disposición de otros, más allá del espacio privado. Las ediciones limitadas no son del todo publicaciones.

5. Salvo que mantenga uno su cuenta privada, y acepte y siga sólo a amigos y conocidos, quien escribe en Twitter publica.

6. Publicar es dar a leer. No es esperar diálogo, ni interacción. Quien publica aquí, como en cualquier otro lado, no tiene por qué leerte.

7. En los medios de publicación tradicionales, el escritor escribe y el lector lee. En los blogs se espera además que los lectores escriban.

8 . En las "redes sociales" no se publica la obra de un escritor para unos lectores, sino el intercambio entre varios que se escriben y leen.

9. Se puede poner el acento en el intercambio: en la formación misma de la red. Se puede privilegiar la escritura. Se puede únicamente leer.

10. Poner el acento en el intercambio desvía la atención de algo esencial: en este cuadrito no hay más que escritura. Un link es escritura.

11. Quejarse de que alguien no siga a nadie o sólo a muy pocos es ridículo. A los grandes escritores uno los lee y punto.

12. En Twitter hay grandes escritores, que no publican en otros medios, y que a veces no se consideran así porque sus obras no se imprimen.

13. También hay escritores de medios tradicionales que publican y a veces dialogan en Twitter, algunos con gracia, otros sin mucha idea.

14. A mí, en Twitter, me interesa descubrir escritores, mucho más que seguir noticias o balbuceos editoriales o disparates de catedráticos.

15. Escritores de agudezas, sarcásticos salvajes, irónicos sutiles, líricos intensos, seductores con gracia, narradores de dos líneas: todo.

16 . Todo eso tejiendo el rumor. Twitter es el rumor. No es una agencia de noticias, ni un periódico, ni una biblioteca, ni un salón de té. (sic)

17. Entre los griegos el rumor, señaló Marcel Detienne, era un dios. Un dios poderoso, imparable, invisible y sutil, oscuro y luminoso.

18. El rumor es fuente de noticias, pero fluyen verdad y mentira como horror y belleza. Los ríos llevan mierda y la mierda fertiliza.

19. No le pidas rigor al rumor: aprende a seguirlo, a escucharlo, a descifrarlo. Que acaricie tu oído desde lejos mientras lleva cadáveres.
(Nota amarranavajas.)


20. El prosista más estricto de la lengua, Borges, era el polemista más despiadado. Escribió también un poema en el que caga. Aprende eso.
(Ver nota. )

21. El rumor es mezcla. Leer a los porteños diciendo pendejadas y a los mejicanos boludeces es emocionante. Y cómo sonríe desde Bogotá.

22. Gente imbécil: gente a la que le molesta la palabra imbécil.

23. Gente con gracia: Pelo.
(Ver nota. Y más . Y aquí está.)


. . .

23. ⇧ El rumor puede tejer una trama. La coincidencia fortuita de una metáfora elegante con una leperada puede producir efectos maravillosos.

24. También la coincidencia de una observación inteligente con una imbecilidad puede ser afortunada y producir algo nuevo, si se sabe leer.

25. Si se sabe leer, algo puede brotar de la escritura más torpe y el argumento más imbécil: lo cual no redime ni excusa a una ni a otro.

26. El buen lector es atento, vivaz, memorioso: lee recordando lo leído y relaciona unas lecturas con otras: poemas, relatos, notas, tuits.

27. Dice que Twitter es pura fugacidad quien busca noticias o chismes y no recuerda lo que lee, no subraya y transcribe, no guarda para sí.

28. Mucho de lo que se escribe aquí —poema, relato, diatriba, idea— es memorable. Su fugacidad está solo en tu desatención y tu indolencia.

29. Mucho de lo que se escribe aquí, bueno y malo, se perderá para siempre. Algo, bueno y malo, quedará. Y así está bien y así es con todo.

30. Los que retuitean pasan la voz, como quien cuenta un chiste o suelta un chisme. Ruido. Otros guardan, recuerdan, releen sus favoritos.

31. No me cuentes el chisme. Guárdalo para ti. Ya me mostrarás tus tesoros si voy a tu casa o los oiré de tu boca. No me invadas con ruido.

32. En el espacio de un tuit caben diez poemas japoneses. Más de una copla, un aforismo. Un cuento de Hemingway y uno de Monterroso, juntos.
(Ver tuit de los poemas y tuit de los cuentos.)

33. Ciento cuarenta caracteres son un espacio vastísimo en japonés, amplio en inglés y más que suficiente en español. Cortar es de eunucos.

. . . y nota.

34. Para qué el Venquesviernes. Sé con quién hablas, a quién comentas, de quiénes son tus favoritos, quiénes son tus amigos. Cuánta arroba.
(Ver nota.)

35. Es natural querer muchos lectores, pero es imposible leer a muchos. Miente el que diga seguir a miles: acumula sus nombres en su abono.

36. Te sigo porque algo en ti me atrajo, te presto atención queriendo que me atrapes. Si me aburres puede ser mi culpa pero es irremediable.

37. Si ocupas mi atención contándome cómo aumentan tus seguidores y no dejo de seguirte es porque disfruto el espectáculo de la ridiculez.

38. Que te siga no significa que te admire, me simpatices, comulgue con tus ideas o comparta tus enemigos. Por alguna razón, me interesas.

39 . Si te admiro o me simpatizas o me atraes, es difícil que no lo adviertas tarde o temprano. Pero tú ya lo sabes con certeza.

40. Me deslumbró una frase escrita en Lima. Hay una voz en Bogotá que quiero oír en sueños. Y esos ojos que quiero al fin de cada línea.

41. Me fastidian los hashtag. Me fastidia recibir mensajes para varios destinatarios con los que no estoy conversando. Detesto las cadenas.
(Ver nota.)

42. Hay voces con las que converso, cuando nos encontramos en línea, sin necesidad de poner la arroba y el nombre: un diálogo desencadenado.

43. Si hablamos sin mediar arrobas, entenderán el diálogo los seguidores comunes que estén en línea. Luego se desteje y queda en la memoria.
(Ver nota y otra cosa.)

44. Como en nuestras conversaciones en voz viva, que no haya la atadura de la arroba y el nombre: todo es para el oído, el ojo y la memoria.

45. El absurdo prurito de que lo escrito es imborrable. Cometen una errata y en lugar de corregir y republicar lo aclaran en otra entrada.

46. Lo escrito aquí es virtual. Los buenos días que das cada mañana no tienen para qué entrar en la eternidad. Tampoco tanto tonto diálogo.

47. Una errata no hace más auténtico un texto. Lo hace más imperfecto, nada más. Y la autenticidad no es lo importante de la escritura.

. . .

48. Tengo un tuit escrito en bicicleta. No recuerdo sobre qué, pero no decía: este es un tuit escrito en bicicleta. Era igual a cualquiera.

49. También puedo decir ahora que este tuit está escrito en bicicleta, y tanto da si lo he redactado en cambio al lado de la alberca.

50. Y sin embargo, cuántos tuits míos no existirían sin los treinta minutos que dura el trayecto en tren entre el norte de Kioto y Hirakata.

. . .

51. Y cuánto tuit no se explicaría sin Facebook. Este poema fue primero una serie de "status" de mi Facebook: TUITAH: http://bit.ly/4BYudH

. . .

52. Ante jardín del Ryoanji, uno de los lugares más hermosos del mundo, una amiga cubana dijo: "Qué aridez." Esperó flores: perdió los ojos.

53. "En mi casa crecen piedras", leo, y aparece un hermoso jardín japonés, no el dolor que ordenó tal vez las letras. http://bit.ly/9HNowq

54. Cómo ver que no vemos la belleza más pura. Cómo después de años entendemos de pronto algo que, sin embargo, nunca nos pareció oscuro.

55. Quien interpela espera respuesta, pero no debe reclamarla. El que pide atención puede estar interrumpiendo, fastidiando, distrayendo.

56. [ Si estás aquí para dialogar, jugar, enlazar, militar, toma en cuenta que no todos están para eso. Respeta la singularidad y el silencio. ]
(Ver nota, pedimento, sugerencia, respuesta y declaración.)

56. ⇧ Muchos están aquí para dialogar, jugar, enlazar, militar. No todos. Creo en la diferencia, respeto la singularidad y el silencio.

57. Ni en su peor pesadilla previó Orwell que las redes del Big Brother las tejerían libremente y con tal entusiasmo los propios ciudadanos.

58. Detrás de la expresión "raza tuitera" hay un ansia tribal abominable: la idea de una comunidad unida por oscuros vínculos ineluctables.

59. Ya hablar de "los tuiteros" crea la ilusión de homogeneidad: lo que hay es un cruce de múltiples comunidades en metamorfosis incesante.

. . . y . . . y nota truncada y una pista al calce.

C o n t i n u a r á . . .