Una conversación interrumpida
 

 

Por Jorge Fondebrider

musica-39.jpgLa escena transcurre en lo que suponemos un hogar de clase media, donde vive una pareja, probablemente de mediana edad y con algún tipo de apetencia intelectual ya que ambos leen poesía: ella, Emily Dickinson; él, Robert Frost. Es evidente que tienen muchas cosas en común, pero, no obstante conversan sobre si la terapia sirve en realidad o si el teatro está realmente muerto, se trata nada más que de tópicos vinculados a su clase y educación ya que, aparentemente, entre ellos no existe la posibilidad de una auténtica comunicación. Uno declara que están “arrellanados en nuestra indiferencia/ como valvas en la costa”, mientras se puede oír cómo ruge el océano. Son “como un poema mediocremente escrito/ versos sin ritmo/ pareados sin rima”, porque, como repite insistentemente el estribillo de la canción, se trata de una conversación interrumpida.

Justamente así se traduce el título de The Dangling Conversation (cuya letra completa en inglés se transcribe más abajo), una canción escrita por Paul Simon a mediados de la década de 1960, cuando apenas pasaba los veintitantos años. Fue grabada por él y por Art Garfunkel, y salió como disco simple, con una duración de 2 minutos y 37 segundos, en septiembre de 1966, y pasando luego a integrar el álbum Parsley, Sage, Rosemary and Thyme, de Simon & Garfunkel.

No. 39 / Mayo 2011


Una conversación interrumpida

 
Música y poesía
por Jorge Fondebrider


musica-39.jpgLa escena transcurre en lo que suponemos un hogar de clase media, donde vive una pareja, probablemente de mediana edad y con algún tipo de apetencia intelectual ya que ambos leen poesía: ella, Emily Dickinson; él, Robert Frost. Es evidente que tienen muchas cosas en común, pero, no obstante conversan sobre si la terapia sirve en realidad o si el teatro está realmente muerto, se trata nada más que de tópicos vinculados a su clase y educación ya que, aparentemente, entre ellos no existe la posibilidad de una auténtica comunicación. Uno declara que están “arrellanados en nuestra indiferencia/ como valvas en la costa”, mientras se puede oír cómo ruge el océano. Son “como un poema mediocremente escrito/ versos sin ritmo/ pareados sin rima”, porque, como repite insistentemente el estribillo de la canción, se trata de una conversación interrumpida.

Justamente así se traduce el título de The Dangling Conversation (cuya letra completa en inglés se transcribe más abajo), una canción escrita por Paul Simon a mediados de la década de 1960, cuando apenas pasaba los veintitantos años. Fue grabada por él y por Art Garfunkel, y salió como disco simple, con una duración de 2 minutos y 37 segundos, en septiembre de 1966, y pasando luego a integrar el álbum Parsley, Sage, Rosemary and Thyme, de Simon & Garfunkel.

La pregunta, entonces, es qué pasó en estos casi cuarenta años para que los jóvenes de veintitantos que escriben en el campo de la música popular, ya prácticamente no puedan contar una historia con unos pocos trazos, logrando además que sea plausible y que alcance no sólo al público de su edad, sino también a los mayores.

Se dirá que se trata de un comentario de viejo, que seguramente hay jóvenes que reflejan su época perfectamente bien, justamente porque en esta época ya no parece posible que Emily Dickinson o Robert Frost entren en una canción tal vez porque ya no son lecturas juveniles. De hecho, si uno revisa las influencias de muchos de los grandes compositores del rock de los años sesenta encontrará que, por ejemplo, Arthur Rimbaud y Dylan Thomas estaban en el ADN de Bob Dylan, Delmore Schwartz había sido el profesor de literatura y consejero de Lou Reed, William Blake, el autor más admirado (y plagiado) por Jim Morrison y Philip Larkin, el ídolo de Paul Simon.

Ahora bien, ¿qué leen los rockeros de hoy en día? ¿De quién aprenden? ¿Cuáles son sus modelos? ¿A quién plagian? Da la impresión de que efectivamente se trata de una conversación interrumpida.

The Dangling Conversation

It's a still life water color, / Of a now late afternoon, / As the sun shines through the curtained lace / And shadows wash the room. / And we sit and drink our coffee/ Couched in our indifference, / Like shells upon the shore / You can hear the ocean roar/ In the dangling conversation/ And the superficial sighs, /The borders of our lives.//  And you read your Emily Dickinson, / And I my Robert Frost, / And we note our place with bookmarkers/ That measure what we've lost./ Like a poem poorly written/ We are verses out of rhythm, / Couplets out of rhyme, / In syncopated time/ Lost in the dangling conversation / And the superficial sighs, / Are the borders of our lives. // Yes, we speak of things that matter, / With words that must be said, / "Can analysis be worthwhile?" "Is the theater really dead?" / And how the room is softly faded / And I only kiss your shadow, / I cannot feel your hand, / You're a stranger now unto me / Lost in the dangling conversation. / And the superficial sighs, / In the borders of our lives.


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