Entrevista a Luis Armenta Malpica: 15 años de Mantis Editores


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México estalla en muchísimos aspectos. Los momentos dificilísimos por los que pasamos me hace creer (o querer creer) que surgen estados de esperanza. Personalmente pasé un tiempo largo instalada en la descreencia, pero poco a poco he ido descubriendo proyectos reales, con gente real, que apuesta por cuestiones importantes y que está dispuesta a dedicarles la vida y la economía personal, hasta que florezcan. No importa cuánto tiempo les lleve. El hacer y la paciencia en un sistema de esperanza son fundamentales. El editor independiente es una de estas figuras extrañas en una sociedad; extrañas y poéticas. Luis Armenta es un poeta y un editor independiente. Cada una de las palabras que componen esta oración, en su caso, tiene peso específico. A 15 años de Mantis Editores, platicamos con él...

No. 41 / Julio-agosto 2011

 

Entrevista a Luis Armenta Malpica: 15 años de Mantis Editores

Por Ana Franco

 

México estalla en muchísimos aspectos. Los momentos dificilísimos por los que pasamos me hace creer (o querer creer) que surgen estados de esperanza. Personalmente pasé un tiempo largo instalada en la descreencia, pero poco a poco he ido descubriendo proyectos reales, con gente real, que apuesta por cuestiones importantes y que está dispuesta a dedicarles la vida y la economía personal, hasta que florezcan. No importa cuánto tiempo les lleve. El hacer y la paciencia en un sistema de esperanza son fundamentales. El editor independiente es una de estas figuras extrañas en una sociedad; extrañas y poéticas. Luis Armenta es un poeta y un editor independiente. Cada una de las palabras que componen esta oración, en su caso, tiene peso específico. A 15 años de Mantis Editores, platicamos con él:

¿Mantis surge como una necesidad, un placer, una idea de qué o por qué?

Surge en Guadalajara, y esto importa porque: Mantis Editores fue propiciada por varias razones: el entusiasmo de un amigo, la curiosidad por la promotoría de otros autores, el coraje de emprender un camino diferente al recorrido, la pasión por los retos y, sobre todo, por el enojo de un episodio personal. Emociones todas que, a la fecha, siguen siendo el motor principal de esta vocación paralela a la escritura.

El sello editorial, el nombre Mantis, tienen que ver con la estética o la belleza, y el peligro, ¿con qué más?, ¿de qué manera en relación a la poesía?

Cuando buscamos cómo designar o llamarnos, buscamos entre muchas opciones; era insistente el uso del nombre de los animales en el trabajo editorial, así que decidimos sumarnos al esfuerzo de otros, pero con una idea distinta: espiritual y agresiva al mismo tiempo. De allí que hubiéramos elegido a la mantis religiosa. La estilización del insecto, su capacidad por pasar inadvertido, pero estar al acecho, van con nuestra postura laboral. Su belleza delicada, simple, también. En México, la poesía no es un peligro, ni perseguimos que lo sea. Sin embargo, cuando encontramos vestigios o promesas literarias, queremos estar cerca.

espacios-voluntad-luz.jpg¿Por qué apostar a hacer libros de poesía en un país sin lectores, en crisis económicas perpetuas, etcétera?

No estoy de acuerdo en que no haya lectores en México. Creo más difícil hablar de tener un país ideal o moderadamente funcional, así que mi labor en Mantis no es la de formar lectores, sino editar y publicar los libros de poesía que, como autor y lector, me gustaría haber escrito o tener en las manos. Mayor a una crisis económica es la crisis moral y entonces pensar que todo está mal, que hay limitaciones y por lo tanto no debemos tener sueños o proyectos no va con mi espíritu. Esta agresividad, este coraje, están representados también en mi trabajo de escritura y como editor. A falta de oportunidades, más pasión. A falta de financiamiento, inteligencia. No es igual que haya muchos compradores de libros, pero estoy convencido de que hay muchos lectores de poesía.

¿Cómo es que las estrategias de Mantis (coediciones, publicaciones en lenguas que no son el español, organización con otros editores independientes, presencia de importantes autores, presencia en ferias y festivales nacionales e internacionales, etcétera), han fortalecido al sello?

Justamente la falta de distribución, de compradores asiduos, de instituciones que rebasen los círculos viciados o de confort nos han obligado a buscar estrategias y complicidades: la poesía mexicana es tan rica que, creemos, merece ser leída y comentada en otros países e idiomas. Por eso asumimos gustosos la tarea de la publicacion bilingüe y cualquier apoyo institucional serio: no la institución que busca que otros trabajen por él, sino la que se compromete por igual con la literatura.

¿Económicamente es una editorial sustentable, incluso, fuerte?

De unos años a la fecha (tal vez 2006 o poco antes), Mantis Editores trabaja exclusivamente con los recursos generados por ventas y coediciones, ya no con mi aportación personal. Antes, Mantis creció con inversión personal y el trabajo desinteresado de muchos amigos y creyentes en el proyecto. Ahora seguimos con apoyo de los amigos y autores, pero en lo financiero ya no hemos pasado apuros. La fortaleza de Mantis no está, ni creo que sea nuestro objetivo, en la solvencia económica o el crecimiento desbordado. Me gusta que la editorial sea pequeña, manejable, personal (con un equipo de trabajo igualmente pequeño). No olvidamos que nos representa un insecto trabajador, discreto, que solamente cumple su papel en la naturaleza.

¿Cuál es el mayor logro de la editorial hasta el momento?

Mantis
se ha forjado un prestigio serio, de formalidad y buen trabajo (como objeto y en la edición) frente a los autores, lectores e instituciones. Nos hemos negado a ser impresores, a trabajar a destajo, por compromiso, por remuneración. Tomamos tan en serio nuestro papel de editores que hemos sorprendido a autores incluso que han publicado en editoriales extranjeras o de enorme prestigio. Para algunos somos demasiado quisquillosos o dictatoriales. Prefiero esa fama a la de complacientes o facilones. Tampoco me gustan los libros baratos (en cualquier lectura del término), así que le apuesto al libro que vale más que lo invertido en él, porque no todo es papel de portada, interiores o tinta. La edición, lo que el lector no ve, pero no es un obstáculo para el disfrute de su lectura, es nuestro fuerte, nuestra apuesta, lo que nos ha valido algún reconocimiento, si lo hay.

¿Cómo enfrentará Mantis el futuro del libro y sus nuevos formatos?

Mantenemos los ojos puestos en el formato impreso, sin descuidar el alcance de la promoción por medios electrónicos y masivos (página en internet, Facebook, Twitter, Google+, etcétera). Hemos empezado a dar pasos hacia el libro digital o, mejor dicho, a las versiones digitales o electrónicas de nuestros libros impresos.

¿Cómo ve Luis Armenta la cadena: poeta-editor-libro-distribuidor-librero-lector-crítico, en México?

Hasta donde nos corresponde como editorial, cumplimos cabalmente todos los pasos de la edición (búsqueda de autores, revisión de sus libros, incuso los ya publicados (no siempre ya editados), comprobación de la información ajena, revisión total de los procesos de impresión, trabajo de publicidad y distribución. Alcanzamos a intervenir en algunos procesos de los lectores (por medio de charlas, presentaciones y otras estrategias del vínculo autor-lector), pero nos ha faltado darle seguimiento a la crítica. Algunos autores nos acercan textos que les han hecho en sus presentaciones o que encontramos en internet o diarios de alcance nacional. Pero casi no hay crítica de los libros (y esto aplica para todo el país), por lo que vamos a encauzarnos más en este terreno: propiciar, mediante el envío de libros de cortesía a medios radiofónicos y escritos) el interés de algunos lectores más serios o experimentados, con el fin de obtener críticas que le sirvan a los autores y a nosotros mismos.

¿Qué de todo esto se desatiende en el país? Y algunas soluciones o urgencias a partir de tu experiencia.

No he visto mucha crítica de poesía: si acaso reseña de libros en revistas (casi nada en periódicos). Me extraña que, en un nivel personal, nos enteremos que a ciertos autores se nos o se les estudie en el extranjero, en universidades que nos piden libros para este fin, cuando en muy pocas ocasiones nos ha sucedido en México. Quisiera creer que acá también existe y no nos enteramos porque les resulta más fácil conseguir los libros. Sin embargo, la realidad indica que más bien acá hay desinterés, falta de presupuestos universitarios para este fin o desgano por la poesía. Otra desatención es por la distribución de poesía, incluso por las entidades paraestatales. Algo que hemos atacado llevando nuestros libros directamente a quienes podrían requerirlos (librerías, universidades, bibliotecas), lo que abarata el proceso y lo agiliza.

Entre editor-poeta y el “sistema”, ¿cuál es tu participación como editor independiente?

Como poeta soy tremendamente desconfiado del sistema, de allí que tenga varios años sin solicitar una beca o apoyo de Conaculta, por citar una entidad cuyo trabajo es demasiado centralista o viciado, desde mi parecer. Como editor, confío más en las instancias fuera del DF o que no son nacionales: nuestros resultados con universidades y gobiernos del llamado “interior del país” ha sido muy fructíferas y enriquecedoras.

Se ha dicho que en México no hay críticos, hay editores. ¿Qué opinas?

Creo que sí hay un puñado de críticos, pero que han descuidado o no les interesa (tampoco tienen obligación) la poesía y el trabajo de los editores llamados independientes. Creo, sí, que somos muchos editores pequeños, esforzados, bien intencionados (aunque no todos hacen una labor de edición seria), que buscan la promoción del autor y del libro, más que la propia (en el caso de autores-editores). También es verdad que hay editores de ocasión, quienes publican cuando obtienen una beca de coinversión o esperan dar un golpe publicitario o personal, pero detienen su proceso editorial si las condiciones les son adversas o hay que poner del bolsillo. Pese a todo, cada vez somos más los que abonamos a que la poesía (la literatura) tenga opciones y variedad, tanto en ediciones cartoneras, especializadas, de alcance comercial o de especialización artística.

espacios-luis-armenta.jpgEl poeta crea un concepto editorial, o los roles atienden a necesidades distintas, ¿cómo, cuándo?

Mantis Editores tiene una línea que va definida desde el consejo editorial que se encarga de comentar y aprobar el trabajo de los autores. No sería el mismo criterio si tuviera gente extraña al medio o de una calidad y punto de vista distinto o si me centrara en personajes conocidos (honorarios) o de una sola ciudad. El consejo de Mantis está conformado por un poeta-editor del sureste (Tabasco), uno del centro (Querétaro) y dos del norte (Nuevo León y Zacatecas), así como con el apoyo de los coordinadores de las colecciones bilingües, que hablan y traducen de las lenguas en las que publicamos, para que el proceso de selección esté más controlado y, al mismo tiempo, tengamos flexibilidad en las opciones. Si solamente yo decidiera qué se publica, caería en el error de la visión del mundo propio, del gusto personal, de mi círculo de amigos. El concepto editorial es que uno es responsable, a la par del autor, del libro que se publica: entonces, no solamente revisamos estructura, flaqueza y fortalezas de una obra, sino que discutimos, preguntamos, dialogamos con el autor, hasta que no tengamos o no tenga dudas un autor de que se ha llegado al máximo en la conformación de los títulos. Comprobamos los epígrafes, la información externa o ajena al autor, la norma de criterio, la unidad del libro, en fin, lo que yo considero que es una edición en forma. El proceso editorial tampoco es mío por completo: hay asistencia de mis coordinadores, del encargado de la corrección, de los traductores y coeditores (en su caso), por lo que somos varios ojos los que ofrecemos una mirada alimentadora del libro. A veces se piensa que el autor es la máxima autoridad y no es así. Tampoco el editor. Pugnamos porque sea la unión de todos los involucrados, siempre con el mayor respeto por el autor, ya que por algo le apostamos dinero, tiempo y esfuerzo a su trabajo. Pero, más que por el autor, por su obra.

En la presentación de la editorial que me enviaste dices que Mantis tiene una “actitud propositiva hacia el trabajo literario, el manejo efectivo de los recursos narrativos y poéticos, la claridad de ideas y personalización del lenguaje, el manejo de estructuras y discursos menos transitados (…)”, ¿puedo entender esto como los criterios estéticos de la editorial?, ¿qué significan “personalización del lenguaje” y “discursos menos transitados”?

Mencionas algunas de las posibilidades u objetivos de los trabajos que hemos publicado y que nos gusta explorar. Efectivamente, el consejo editorial no tiene una sola línea estética, pero sin duda se trata de poetas con una obra personal seria, propositiva, como su perfil de lectores. Ten por seguro que no apostaremos por un libro de poemas que nos remita a lo que se hacía a finales del siglo XIX o esa abundancia de poemarios eróticos que son acumulativos en sus metáforas, simples y monótonos en su construcción y que, además, carecen del mínimo conocimiento de la amplia tradición de la poesía hispanoamericana y de sus posibilidades actuales. Queremos libros bien escritos, emocionantes, intensos, que nos entusiasmen como lectores de nuestro siglo, que tengan referentes literarios y los modifiquen, los trastoquen, nos conmuevan. No todo lo que publicamos va en esta vertiente, claro está, pero es la línea que prefigura nuestro ideal. El poema es un acto de fe y debiera ser único, no reiterativo, repetible o, peor, previsible. Los libros orgánicos, vivos, incluso sufrientes, me gustan más que esa morgue inmensa de cuerpos en fila, iguales, que se ve en las estanterías bajo el rubro “superación personal”.

¿Estos elementos participan de tu poética personal?

Mi labor editorial es paralela a mi quehacer poético. Exijo para mi poesía lo que busco en la poesía que leo y publico. Por eso no he tenido ese rubor común en otros colegas para no publicarse. No veo falta alguna en publicar mis libros, si sé que cumplen con estos objetivos y dan lo mejor de mí en cada momento.

¿Cómo escribe un poema Luis Armenta?

Depende más del poema que de mí. Trabajo mucho los textos en la cabeza antes de dejarlos salir sobre papel, así que llegan bastante aventajados. Tengo la limitante de no saber realizar un poema breve, apartado de un cuerpo total o libro. Hasta ahora, con rarísimas excepciones, he trabajado por libros. Y se resuelve paso a paso o por volcadura. La revisión, en cambio, es más divertida y larga: tardo años con un libro (en su revisión), mientras que hacerlo me llevó días o semanas.

Tu libro favorito de Mantis Editores (con toda la subjetividad que puedas reunir, sin muchos argumentos).

Aunque son muchos, porque algunos tienen un esfuerzo extra o una dificultad mayor, de momento se me ocurre Poesía en prenda, de Abigael Bohórquez. Se trata de una antología de uno de los mejores poetas mexicanos del siglo XX, ya fallecido, cuyo trabajo de experimentación con el lenguaje y de potencia emocional son poco frecuentes (en ese equilibrio). Por lo mismo es de mis apuestas en otros idiomas: salió en francés y se preparan versiones en portugués e inglés del mismo libro.

La figura del editor independiente en las sociedades actuales:

La figura del editor no es muy conocida en la sociedad, ya que el peso recae siempre en los autores y editoriales. Pocos libros mencionan quién fue el editor de una obra, pero tampoco se mencionan mucho en el cine ni en otras disciplinas. Tampoco creo que se tenga que valorar de otra manera. El trabajo de edición es discreto casi siempre, lo que me da mayor peso en la obra. A la sociedad actual le hacen falta ciudadanos menos apáticos, más críticos y dispuestos a asumir su compromiso más allá de comodidades o miedos. Igual debe hacer un editor.

Transformaciones en los sistemas culturales del país o el estado en los 15 años de Mantis; ¿qué mejoró, qué empeoró?

Hemos visto mayor apertura de las instituciones de provincia para coeditar con las editoriales independientes, en lugar de irse de inmediato con los grandes consorcios. En contra, que instituciones o entidades como Tierra Adentro y FCE buscan esas coediciones también, lo que es síntoma de los tiempos de crisis, pero desequilibra a los editores con menores recursos o alcances de distribución. Hay mejoría en la aplicación de la Ley del Precio Único, pero falta agilizar y desentralizar la labor de compra de las redes estatales de bibliotecas o evitar favoritismos y centralismo a la hora de la producción con editores que no están en el centro del país. Como autor, creo firmemente que se debe replantear de manera muy crítica el sistema de becas para jóvenes y creadores o, como se hace en Jalisco, limitarlas a tres apoyos por autor. Tres estímulos de cualquier tipo si bien no son suficientes, evitarían la proliferación de círculos viciosos y parásitos, pero además permitirían ampliar el apoyo hacia autores (sobre todo de provincia) que, de otra manera, no tendrán acceso a estos estímulos, más por falta de contactos o fama nacional que de méritos artísticos.

¿Cómo afecta a Mantis y a Luis Armenta la crisis actual, la violencia, etcétera?

Guadalajara es una de las ciudades menos violentas del país, por suerte, lo que facilita que trabajemos con menos preocupación que Ciudad Juárez o Monterrey, por mencionar dos casos. Tenemos en contra que la Universidad de Guadalajara, quien organiza la FIL más grande de habla hispana, se preocupa muy poco por la literatura o lo hace con recursos mínimos, dispares si comparamos con lo que invierte en cine, música o teatro. Tampoco es una universidad que contemple la publicación de obra literaria como prioridad. La Secretaría de Cultura lo está haciendo en este sexenio, pero su trabajo inmediato anterior fue deficiente (más obra que calidad), y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes realiza su trabajo de modo limitadísimo.

Los proyectos:

Este año abrimos la coedición en español-inglés, con Quattro Books (Toronto) y en español-italiano, con Sentieri Meridiani Edizioni (Roma); mantendremos y acrecentaremos el número de títulos español-portugués, con la UANL y Selo Sebastiao Grifo (Sao Paulo) y las ediciones español-francés con Écrits des Forges (Quebec). Asimismo, continuamos la colección Liminar (de lujo) y, claro, la colección Terredades. Tenemos la intención de abrir una nueva colección, internacional, con apoyo de Escritores de Cajeme, A.C., exclusivamente para libros inéditos en español.

Gracias por todo, Ana. Un beso.

 


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