Respuesta para
"Contra el Mes Nacional de la poesía como tal" de Charles Bernstein

 

Respuesta para
"Contra el Mes Nacional de la poesía como tal" de Charles Bernstein

 

Samuel Bossini

Están lejos los días en que no bastaba con nacer en Grecia para ser ciudadano griego, además se debía saber de memoria la Ilíada. Sólo así se consideraba a un ser humano parte de la Polis más avant de su tiempo. Qué decir de los tiempos en que el poeta clásico respetaba a rajatabla los modelos de la naturaleza. O la reacción a éstos, los románticos, quienes no dudaron en adentrase en lo profundo del hombre, hasta los confines de sus pesadillas más negras. Y sumemos al Dadaísmo, Surrealismo y tantos otros movimientos. La poesía era el tema. “La poesía es el motivo”.1 Formaba parte de la sociedad y de su vida cotidiana. Luego las cosas cambiarían, hasta hoy, cuando la poesía es una niña bella muy cuidada y frecuentada por pocos. ¿El poeta se apartó de aquella poesía que mencionaba antes? ¿Ya no es su tema el hombre?

Esos dilemas son para discutir. Pero lo que no se puede discutir es que toda aproximación que se haga de lectores a la poesía, por pequeña y humilde que fuera, se agradece. Hasta el último juego floral en el último confín del mundo, que le otorgue un premio a un poema, es importante. Charles Bernstein muestra en su nota más un encono contra una organización que una posición propia frente a un acto nada censurable. Y organizar actos contra la poesía es de poco provecho y nada rico en ideas para la poesía. Ese folclore teñido de falso malditismo, alejó a la poesía de los lectores. Ni en la vida ni en la poesía se debe estar contra algo o alguien. Debe primar la voz del poeta sobre lo que hace y dice.

Todos los días en el mundo hay actos contra la poesía. A diario somos bombardeados con actitudes nada poéticas. No es necesario generar frases o aparatosos sistemas para estar contra ella. Es absurdo que el mismo poeta este contra lo que hace. Los planteamientos de los gobiernos como tales van directamente o indirectamente contra lo poético. Tanto como actos voluntarios como involuntarios. La poesía se defiende con los poemas que puede. También con festivales, revistas, lecturas, mesas redondas, etc. La poesía se defiende con poesía. Una poesía contra nadie pero con y desde la poesía. Tanto con textos “fáciles” como con textos complejos. Cada línea de poesía es como un acto de fe en el vacío. Un vacío que no debe intimidar ni al poeta y menos a la poesía. Hasta los surrealistas generaron textos, que por su misma actitud revulsiva, eran una respuesta poética contra un mundo burgués aburrido.

Los grandes grupos editoriales tienen grandes intereses. Los grandes poetas tienen grandes poemas. Con esto decir que un gran poema encuentra a su lector. Choca con él y lo hipnotiza. Poetas americanos como Allen Ginsberg, Jack Kerouac, por poner personajes conocidos, llenaron salas. El lector los necesitaba. Sus vidas estaban totalmente consustanciadas con la poesía. Se siguen leyendo y seguirían llenando salas.

La poesía tiene público. La poesía vende. Hasta se podría decir que avergonzarían los números si se dieran a conocer. Quizás Charles Bernstein se asombraría. Olga Orozco, Enrique Molina, en mi país, agotaban varias ediciones de sus libros. Gonzalo Rojas, Antonio Gamoneda también venden. No debe avergonzarnos. Por el contrario. Nos debe dar esa misma vitalidad que los dioses les regalaban a los hombres, donde les regalaban fuerza, no esperanza.

Desconozco a fondo las actividades de Fundación de Reanimación Artificial (FRA), pero es de agradecerles, al menos en esto, el Mes Nacional de la Poesía. Y apostar a más. Instalar un día de la poesía en el mundo, como existen el día del niño, la madre, el padre, los novios, el amigo. Que se regale un libro de poemas a una persona querida. Que se hagan lecturas, encuentros. El libro que fuera del autor que fuera. Que por un día, la belleza tome por 24 horas, la atención de los hombres. Que por un día las cabezas y los corazones del mundo estén cerca, tan próximo como sea posible al fuego. Con ese ímpetu con que Cocteau dijo, sin dudar, que de incendiarse su casa lo que salvaría sería el fuego. La poesía es estar dentro y para el fuego. O como tan bellamente lo ha dicho John Keats en su poema Ode on a Grecian Urn: “Beauty is truth, truth beauty, —that is all / Ye know on earth, and all ye need to know.”

Es de agradecer al Periódico de Poesía este debate de agitación. También a Charles Bernstein. Y a todos aquellos que forman parte de la idea de que la poesía es el único dinosaurio que merece ser alimentado.

 

1.  Verso de Alberto Girri.



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