.....................................................................

portada-contracanto.jpgContracanto
Iván Cruz Osorio
Malpaís Ediciones
México, 2010




 

 

.....................................................................

No. 43 / Octubre 2011

 


Andrés Bello

Navegué toda la noche
con la mirada fija en los días por delante,
con el miedo apretado en los puños.

Algo de la Tierra que dejé atrás
ha labrado mi sombra y mi abismo,
y aún no sé de qué patio,
de qué puerto sin brillo partí
con los sueños desvanecidos.

Pero sé que no habrá regreso,
porque nadie vuelve
para atizar los rescoldos
de su propia ceniza.

 

Atalaya

Los vi partir con el fervor gastado a cuestas,
con una palabra sin edad asfixiando su pecho,
con un ramo de nardos creciendo entre sus manos,
antes de los siglos y de la historia.

Los vi partir con el odio y el amor perdidos,
deseosos de encontrar
un nuevo corazón en el mundo,
y volver los latidos
a la tierra largamente viva
en la podredumbre de sus héroes,
en la desnudez de sus hijos muertos.

Los vi como bellos ángeles
negarse
al amor de los falsos dioses
y tirarse al desamor,
en las cantinas
mientras alguien tejía todas las muertes
que nos corresponden
con una pequeña sonrisa
y los ojos manantiales
hundidos en el silencio.

Los vi partir
mientras amanecía en el Cuzco,
antes de irse al mar
de donde vienen los dolores.
Y no he olvidado los barcos,
que se llevaron su canto,
desaparecer
en la furia de los cielos,
en la recia tormenta del océano,
en el grito de las nubes
convertidas en odio.

Los vi y hoy debo clamar su huída
en este suelo desangrado,
en este páramo de las altas mentiras
como un chingolo solitario
o un quetzal desnudo.

Yo los vi desde estas alturas,
y sólo ruego a los dioses
el fin de mi triste faena
o acaso la ceguera
para mis ojos marchitos
que ya no sueñan,
que ya no recuerdan el descanso.




Simón Bolívar

Hoy que el amor
es sólo la memoria de la desventura,
que nuestros cuerpos son el resultado
de esas largas horas de lucha.
Hoy que la alegría,
algún día arrebatada,
se pierde en el goce de nuestros fracasos,
pronuncio tu nombre
para recordar
el carmesí desgastado de tus labios,
todo aquello que fuimos,
todo aquello que no pudimos ser,
para recordar aquel hilo
que sostuve como Teseo
y que tú soltaste
otorgándome el caos azaroso
de este laberinto.




Coro

Nacimos en este aire dormido,
detrás de las trincheras anegadas,
con la sangre,
con las lágrimas y la orina
de los padres
enmoheciendo nuestros cuerpos.
Nacimos mudos,
con esta mudez que no sabe cantar.
Nacimos en el dolor entero,
sin luto, sin palabras,
vacíos,
cuando la vida se había marchado,
cuando todos los hombres,
cuando todos los dioses,
cuando todas las cosas,
formaban un mismo silencio.


Leer reseña...



{moscomment}