No. 43 / Octubre 2011

 

Cartapacios
Por Rodolfo Mata

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No. 43 / Octubre 2011


Portugués y español: falsos amigos

 

Cartapacios
Rodolfo Mata
Voz de audios: Regina Crespo
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La proximidad lingüística del portugués con el español plantea problemas peculiares en el campo de la traducción literaria. “Última flor do Lácio, inculta e bela...”1, como inicia el famoso soneto “Língua portuguesa” del poeta parnasiano brasileño Olavo Bilac, el grado de evolución mayor del portugués, en algunos aspectos gramaticales, y la conservación, por otra parte, de formas arcaicas a diversos niveles, conduce a engañosas semejanzas que pueden percibirse en fenómenos como la existencia equívoca del portuñol, muy palpable en el mundo del espectáculo, pero también presente de forma menos efímera a manera de lengua franca, en regiones como la frontera de Brasil con Uruguay. El portuñol incluso ha llegado a ser ennoblecido literaria y experimentalmente por algunos escritores como el brasileño Wilson Bueno o el uruguayo radicado en México Saúl Ibargoyen. Otro fenómeno es la existencia de los llamados falsos amigos: aquellas palabras que por su semejanza ortográfica o fónica parecen a primera vista fáciles de ser entendidas, traducidas o interpretadas, pero que de hecho esconden peligrosas trampas de sentido para el lector o traductor. Entre lenguas tan cercanas (el español es la lengua más cercana al portugués), la intraducibilidad, en su sentido estricto de imposibilidad total de trasladar un texto literario de una a otra, parecería un fenómeno inexistente y no lo es. El presente ensayo abordará estos y otros problemas de la traducción del portugués al español y tratará de mostrar cómo la reflexión teórica en torno a ellos puede tener efectos positivos en la formulación de estrategias prácticas de traducción. Aclaro que mis observaciones estarán basadas en el portugués brasileño, lengua con la cual estoy familiarizado, pues sé que existen diferencias importantes con el portugués lusitano.

“Última flor do Lácio”, como decía Olavo Bilac, el portugués, entre las lenguas que surgieron en la Hispania romana, tiene algunas particularidades significativas ante las otras lenguas romances de la región. Mencionaré a continuación algunas:

1. El portugués tiene un carácter arcaizante que conservó los timbres abiertos de la “e” y de la “o” del latín. Es el único romance peninsular en el que no se dio la diptongación de estas vocales. Por ejemplo, “ponte” se mantuvo como “ponte” y no evolucionó a “puente”, y “servu” se conservó como “servo” y no resultó en “siervo”. Se conservaron también algunos diptongos decrecientes en “ei” y en “ou” de procedencias definidas: lacte > laite > leite esp. leche; basiu > beijo esp. beso; tauru > touro esp. toro; alteru > auteru > outro esp. otro.

2. Otros rasgos conservadores fueron:

2.1 La /f/ inicial se conservó en portugués: facere > fazer esp. hacer; filiu > filho esp. hijo. De ahí que este fonema sea más utilizado en portugués y que la h lo sea menos en español (tomando en cuenta en esta estadística las combinaciones /nh/ y /lh/, lo cual habría que revisar).
2.2 El grupo consonántico /MB/ se conservó: palumba > paomba > pomba esp. paloma; lombu > lombo esp. lomo.
2.3 Las consonantes geminadas /LL/ y /NN/ se redujeron sin palatalizar. “Capillu” dio “cabelo” y no “cabello” y “pannu” dio “pano” y no “paño”.

3. Relacionado con este último fenómeno arcaizante, hay otros de innovación:

3.1 La caída de la /-L-/ y /-N-/ intervocálicas fue un cambio exclusivo del portugués: luna > lúa esp. luna; dolore > doóre > dor esp. dolor; lana > laa > lã esp. lana.
3.2 Los grupos consonánticos iniciales /PL/, /KL/ y /FL/ evolucionaron a /CH/, sonido que en portugués tiene una pronunciación suave, técnicamente llamada “fricativo palatal sorda”, mientras que en español se transformaron en /LL/, que conservó el rasgo líquido. Así, plicare > chegar esp. llegar; clave > chave esp. llave; flama > chama esp. llama.

4. La oposiciõn /b/ ~ /v/ en portugués se mantuvo finalmente, aunque después de una serie de oscilaciones. En español esta oposición cayó. De ahí que, en portugués, no signifique lo mismo bala que vala o librar que livrar, pues la realización fonética es distinta y carga un significado diferenciador. La /b/ se utiliza más en español mientras que en portugués el uso de la /v/ es más frecuente. La combinación /vr/ no existe en español.

5. Aparte de las diferencias consonánticas apuntadas, cabe mencionar que los siguientes fonemas no existen en español:

5.1 Fricativo palatal sonoro [š] como en: hoje, mágico, jaca. {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/43-hoje.mp3{/mmp3ex}
5.2 Sibilante fricativo sonoro [z] como en casa y zebra, a diferencia de passo y maço, que equivaldrían a la s del español, la sibilante fricativa sorda [s]. {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/43-casa.mp3{/mmp3ex}

6. El fonema fricativo velar sordo [x] no existe en portugués. Por esta razón, los hablantes de esa lengua tienen dificultades para pronunciar: caja, gitano, gente, etc. {mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/43-gitano.mp3{/mmp3ex}

7. La nasalización de las vocales tuvo una particular intensidad en el portugués, especialmente por la absorción de la n intervocálica /-N-/, por ejemplo, en la terminación “anu”: “germanu” dio “irmão” y no “hermano”. Por eso, en su “Noturno de Belo Horizonte”, Mário de Andrade se refiere al portugués como “a língua do ão”. Esto dio como resultado final un sistema vocálico mucho más rico. Si en español hay cinco vocales orales, en portugués hay siete.
{mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/43-vocales.mp3{/mmp3ex}

Además, hay cinco vocales nasales que, si bien no tienen valor distintivo fonológico en todos los casos, tienen existencia fonética muy marcada. En portugués se usa la nasalidad para distinguir entre lá / lã [allá / lana], vê / vêm [ve / ven], vi / vim [vi / vine], do / dom [del / don], tuba / tumba [tuba / tumba].2
{mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/43-nasales.mp3{/mmp3ex}

Esta diferencia plantea la dificultad que tienen los hablantes del español para comprender el portugués hablado. Las vocales corresponden, en portugués, a un porcentaje mayor (50%) en los textos, que el que existe en español (43%), aún si se incluye en los cálculos la “y”. En ambas lenguas las letras más utilizadas son la “a” y la “e”, aunque en español el orden se invierte y la “e” ocupa el primer lugar. En portugués se utilizan más las vocales “i” y “u”.

8. En resumen del cuadro de consonantes tenemos que el portugués tiene una mayor riqueza que el español, aunque esta riqueza no cause tantas dificultades como la variedad vocálica para entender el idioma hablado. Ya en el plano de la escritura, el portugués sigue superando al español en complejidad. Por ejemplo, tiene cuatro tipos de acento: grave, agudo, circunflejo y tilde (para indicar las vocales nasales); admite el uso del apóstrofe de elisión, como en copo d’agua; usa la ç (c cedilla) y presenta consonantes geminadas con pronunciaciones definidas: lh (que se pronuncia como “li”), nh (que equivale a la “ñ” del español).

Podría continuar haciendo inventario de muchas otras diferencias fonológicas entre el portugués y el español en su situación actual, citando o no su proceso evolutivo, pero esta tarea rebasa los propósitos del presente artículo. Menciono ahora algunos detalles de índole morfológica o sintáctica que me parece que se encuentran entre los más relevantes por su presencia frecuente en el proceso de traducción.

1. Durante los siglos XVI y XVII se difundieron las fórmulas de tratamiento “Vossa Mercê > vossemecê > vosmecê > você”. En Castilla sucedió algo similar, pero no perduró. Las equivalencias se han establecido así: você = tú y o senhor, a senhora = usted (no vosotros, como sería en español peninsular). El pronombre “tu” (sin acento) existe en portugués pero se usa sólo en regiones como el sur de Brasil. Sin embargo, aparece en poesía como un uso de lenguaje noble y exaltado. Por eso Bilac, en el poema mencionado, dice: “Última flor do Lácio, inculta e bela, / És, a um tempo, esplendor e sepultura”. Si tradujéramos estas líneas al español pondríamos “Última flor del Lacio inculta y bella / Eres, a la vez, esplendor y sepultura”. Claro, aquí ya le hice perder el ritmo y la métrica a los versos, pero lo que quiero señalar es otra cosa. Si retradujéramos estos dos versos al portugués, sin saber que se trata de un poeta del siglo XIX que escribió un soneto, tendríamos que escribir: “Última flor do Lácio, inculta e bela, / Você é a um tempo, esplendor e sepultura”. ¿Por qué? Porque tanto la segunda como la tercera personas del singular se conjugan de la misma manera: “você é esplendor e sepultura” y “ele é esplendor e sepultura”. La marca del pronombre es necesaria. Y esta necesidad de la marca, vale la pena mencionarlo, ha devenido en una costumbre generalizada en las conjugaciones de manera oral. Se dice “nós fomos ao rio” y no “fomos ao rio”. Se subraya la persona que conjuga el verbo mediante la inclusión del pronombre aunque sea innecesario. Es una tendencia por inercia que deriva de la necesidad de distinguir entre la segunda y la tercera personas. Un traductor descuidado incluirá los pronombres en español sin percibir que en español no son necesarios.

2. En español existe la redundancia de algunas partículas pronominales. Por ejemplo, se dice “Le di las cartas a Pedro”, mientras que en portugués la misma frase sería: “Dei as cartas a Pedro”. También se da una redundancia parecida en el uso de adjetivos posesivos que van frecuentemente acompañados por artículo. En portugués encontramos oraciones como “José disse que a sua mãe ia sair” (José dijo que su madre iba a salir). En este último caso, hay variaciones regionales pues, por ejemplo, en el Nordeste brasileño es rara esta redundancia.

3. En español hablado o escrito se acostumbra usar los pronombres personales, en sus casos dativos o acusativos, sin echar mano de la construcción enclítica.3 La construcción “Me dijo que pasaría mañana” resulta pedante si se cambia por “Díjome que pasaría mañana”. En portugués escrito, sí se acostumbra la construcción “Disse-me que viria amanhã” mientras que en portugués hablado sería “Ele me disse que viria amanhã”. De ahí el poema “Pronominais” de Oswald de Andrade que exhibe la prohibición gramatical de iniciar una oración con pronombre oblícuo, la cual dicta que se debe decir “Dê-me um cigarro” y aconseja liberarse de ella, en favor del uso coloquial: “Me dá um cigarro”.4 Los pronombres enclíticos tienen un caso especial y único en portugués que es la llamada mesóclisis: la inserción del pronombre en medio del verbo conjugado. Construcciones como “Dar-lhe-emos algumas instruções” (“Le daremos algunas instrucciones”) no existen en español. Estas consideraciones conducen a una cuestión más general, quizá aventurada, pero que surge de nuestra experiencia como traductores: todo indica que las diferencias entre el portugués hablado y el portugués escrito son mayores que las que existen en español.

4. Las contracciones de las preposiciones a, de, em y por con los artículos definidos e indefinidos y con los pronombres demostrativos (isto, este (a, es, as), isso, esse (a, es, as), aquilo, aquele (a, es, as) plantea cuestiones de economía expresiva que no existen en español, lengua en la que se restringen a a+el = al y de+el = del. Algunas de las preposiciones con contracción en portugués son: na, da, do, nistoneste, etcétera. En traducción de poesía esto ocasiona que la cuenta silábica de un verso en portugués sea generalmente menor que la del mismo verso traducido al español.

5. Los tiempos compuestos usan los verbos auxiliares “haver” (haber) y “ter” (tener), siendo este último el más común, especialmente en el lenguaje oral, mientras en español sólo se usa el auxiliar “haber”. Los tiempos compuestos en portugués se presentan con menos frecuencia que los tiempos simples. Así, un brasileño dice “Ainda não vi Rossana” para decir, lo que en español entendemos como “Todavía no he visto a Rossana”. Pareciera que en español se subraya la posibilidad de ver a Rossana como algo aún abierto, mientras que en portugués lo que se enfatiza es que hasta el momento en que se enuncia la oración no se ha visto a Rossana. Esta sutileza es fuente común de errores y a veces cambia con el contexto.

7. De las diferencias en tiempos verbales, destaca la existencia en portugués del infinitivo personal o infinitivo flexionado, un infinitivo que conserva su valor ilimitado en el tiempo pero que se conjuga y se refiere a cada persona específicamente. Su utilización es complicada y fluctuante y no hay nada parecido en español, aunque existen soluciones a su traducción. Por ejemplo, “Permaneci ouvindo os outros discutirem os seus problemas” se traduciría sin la flexión: “Permanecí oyendo a los otros discutir sus problemas”. Otro ejemplo: “Ao saberem isto, ficarão tristes” se traduciría como “Al saber esto, se pondrán tristes”. La solución al traducir estos ejemplos se limita a retirar la flexión.5 Sin embargo, las cosas se complican con esta otra oración: “Chamam-nos pelo medo de terem suas moradias queimadas”. La traducción ya tiene otra estrategia que pasa por el uso del subjuntivo para alcanzar el significado que se pretende: “Nos llaman por miedo a que les quemen sus casas”. El uso del subjuntivo es clave para traducir muchos de los casos del infinitivo personal. Un detalle más. La oración “É melhor não saírmos agora” tiene la clara intención de marcar que el sujeto de la oración es nós, nosotros. La forma impersonal existe “É melhor não sair agora”, pero elimina la marca del sujeto y cambia el sentido. La oración original necesita del uso del subjuntivo para ser traducida (“Es mejor que no salgamos ahora”) mientras que a aquella que prescinde de la marca de sujeto le basta el uso del infinitivo (“Es mejor no salir ahora”).

8. El tiempo verbal pretérito mais que perfeito simples, “Ele comprou o apartamento com o dinheiro do carro que vendera”, se utiliza más que la forma compuesta “Ele comprou o apartamento com o dinheiro do carro que tinha vendido”. Esto sucede en el portugués escrito, aunque en el hablado predomina la forma compuesta. Por eso la oración que parece inicio de un cuento “Chovera muito aquela noite” en el habla cotidiana se expresaría como “Tinha chovido muito aquela noite”. En español este tiempo sólo tiene una forma que es el antecopretérito: “Compró el departamento con el dinero del carro que había vendido”, “Había llovido mucho aquella noche”.

9. El portugués es la única lengua neolatina que usa el futuro de subjuntivo. En español, la situación de futuro hipotético que plantea (de la cual depende alguna acción u otra condición) se sustituye por soluciones en presente de indicativo o presente de subjuntivo. Por ejemplo, la oración “Se chover, nós não sairemos” se traduce como “Si llueve, no saldremos”, o “Quando eu tiver tempo, vou arrumar o carro” quedaría como “Cuando tenga tiempo, voy a arreglar el carro”.

10. El uso del gerundio en portugués es mucho más amplio que en español. Su utilización a manera de adjetivo es evitada en español (una de las únicas excepciones es la conocida frase “agua hirviendo”) mientras que en portugués es común: “É proibida a entrada a homens usando chapeu”. Otro ejemplo. Una construcción como “Aparecendo febre, aplique o remédio” no podría encontrarse en español, donde se preferirían construcciones como “Al aparecer fiebre, aplique la medicina” o “En caso de fiebre, aplique la medicina”. Vale la pena mencionar que el portugués lusitano no admite construcciones como “Andavam brigando” sino que las transforma en “Andavam a brigar”. Tan es así que esta diferencia es una marca que identifica a los hablantes portugueses de los brasileños.

11. La voz pasiva en portugués es más frecuente que en español. En portugués se prefieren construcciones como “As águas foram agitadas pelo vento” mientras que en español se tendería a expresar lo equivalente en forma activa: “El viento agitó las aguas”. Dentro de las modalidades de la voz pasiva, mientras que en portugués se privilegia la fórmula “verbo ser + participio” (O jantar foi servido às oito da noite), por sobre la que sigue el patrón “verbo transitivo + pronombre se” (Serviu-se o jantar às oito da noite), en español es prefiere esta última (Se sirvió la cena a las ocho de la noche). Sin embargo, hay otro detalle. En español con frecuencia la colocación del pronombre se puede alterarse. La oración “Se sirvió la cena a las ocho de la noche” puede presentarse como “La cena se sirvió a las ocho de la noche”. Este cambio está prohibido en portugués, bajo el señalamiento de que, al aparecer el objeto (la cena) antes del predicado (el verbo servir) se puede confundir con el sujeto de la oración. Es decir, puede pensarse que “la cena se sirvió sola” y no que el sujeto de la oración es indeterminado (no se sabe quién la sirvió).
 
13. El portugués brasileño tiene una manera curiosa de responder a preguntas tanto afirmativa como negativamente. A la pregunta “Você quer sopa?” no se responde “Sim”, como se haría en español, sino que se responde “Quero”. La respuesta en forma negativa trae aparejada una repetición: “Não quero, não” o “Não, não quero”, cuando en español tendríamos un lacónico “No”.

Existen muchas otras diferencias de orden morfológico o sintáctico o, como la anterior, más enfocadas a costumbres de usos del idioma, las cuales me sería imposible abordar al detalle y con ejemplos en este breve espacio. Mencionaré sólo algunas apreciaciones más que han surgido de la práctica de la traducción que he llevado a cabo por muchos años con Regina Crespo: 1) En portugués hay una tendencia a construir oraciones complejas en las que se encadenan muchas oraciones subordinadas de diferentes tipos. Es frecuente que haya necesidad de descomponerlas en oraciones más simples. 2) El uso de las comas que separan frases adjetivas o adverbiales o de cualquier otro tipo es más frecuente en portugués que en español. Como hispanohablante, a veces siento que este rasgo del portugués me produce una lectura con un ritmo sofocado, jadeante. Una posible explicación sería que el portugués inserta más comas que obedecen a la intención de marcar estructuras gramaticales que comas que marcan pausas de respiración en la lectura. Los guiones largos tienen en español una función cercana a la de los paréntesis. Por ello, abren y cierran. En portugués no siempre cierran y con frecuencia aparecen separando una frase al final de una oración. A veces pueden ser equivalentes al uso que se da en español a los dos puntos. Un último detalle de puntuación. En portugués los signos de admiración y de interrogación solamente cierran. Esto crea un problema al traducir al español. ¿Dónde comienza la intención admirativa o interrogativa? A veces es difícil determinarlo, especialmente cuando hay oraciones coordinadas y separadas por comas. 3) El portugués tiene una tendencia a la elipsis más acentuada que el español. Esto ocasiona que en español haya que traducir explicitando las omisiones. Aquí puedo dar un ejemplo del cuentista Dalton Trevisan: “Alberto não se decide, eu perco as esperanças” (“Visita a la maestra”). La omisión del “si” condicional no es común en español, por lo que es necesario agregarlo: “Si Alberto no se decide, pierdo las esperanzas”. 4) Un fenómeno curioso que no puedo dejar de mencionar es el que podríamos llamar “ultratraducción”. Cuando la cercanía entre el portugués y el español produce traducciones tan parecidas a los textos originales, surge una angustia en el traductor literario por mostrar su intervención en un proceso que parece mecánico, casi automático. La “creatividad” en este contexto puede ser engañosa y falsear los resultados, claro, si la directriz es la fidelidad al original.

 

Los falsos amigos

Incontables bromas se han construido a partir de los llamados “falsos amigos”. Su presencia se puede dividir en dos familias: aquellos pares de palabras que no guardan ningún significado en común y aquellos que tienen algunos significados en común pero que guardan sutiles matices. Del primero tipo podríamos hacer el siguiente cuadro con algunos ejemplos:

Portugués

Traducción correcta al español

Significado con el cual es confundido

Berro

Grito

Berro (la planta)

Botequim

Bar, cantina

Botiquín (armario o caja de medicinas)

Esquisito

Extraño

Exquisito (refinado)

Oficina

Taller

Oficina (local de trabajo)

Brincar

Jugar

Brincar (saltar)

La lista es interminable y, como decía, da lugar a anécdotas graciosas. Recuerdo una, contada por una amiga que, estupefacta veía que los letreros “Borracharia” se repetían con una frecuencia asombrosa, mientras viajaba en las carreteras cercanas a Rio de Janeiro. Hacia sus adentros se preguntaba si los brasileños no tendrían un problema de alcoholismo, pues no imaginaba que “borracha” es caucho y los letreros se referían a las vulcanizadoras. Esta misma amiga se sorprendió recelosamente de que su novio, un carioca, la llamara “minha gatinha” o que sus amigos se refirieran a otras mujeres diciendo “é uma gata”. En Brasil ésta es una manera de referirse a una mujer hermosa y no, como sucede en México, a una sirvienta o una mujer vulgar.

La otra familia de “falsos cognados”, en la cual las palabras comparten algunos sentidos pero guardan sutiles diferencias, es también muy grande. Mencionaré algunos ejemplos solamente. La palabra “pescoço” en portugués significa “cuello” literalmente. En cambio, “pescuezo” en español tiene una connotación popular o relacionada con los animales. El amante besa el “pescoço” de la amada en una escena sublime de una película brasileña mientras los mexicanos le torcemos el “pescuezo” a una gallina o amenazamos cariñosamente a un amigo que nos dio un susto: “la próxima soy capaz de torcerte el pescuezo”. No obstante, el “cuello de la matriz” sí se llama en portugués “colo do útero”. Otro caso interesante es el uso del verbo “precisar”. Una oración como “Eu preciso ir ao mercado” se traduce como “Necesito ir al mercado”. En cambio, si encontráramos la oración “Eu necessito ir ao mercado” tendríamos que imprimirle el énfasis que el verbo “necessitar” trae consigo en el contexto: “Necesito urgentemente ir al mercado”. En español no usamos mucho el verbo “precisar”, preferimos “necesitar”. Encontramos oraciones como “Es preciso que nos veamos” o “Se precisa de su asistencia al evento” en el sentido de que algo es indispensable. Sin embargo, en una expresión así se percibe un tono solemne, a veces libresco, de frase hecha. Por ello, traducir el verso de Fernando Pessoa “Navegar é preciso, viver não” es un problema que casi calificaría de insoluble. Hacer la trasposición literal “Navegar es preciso, vivir no” nos deja incómodos y optar por “Navegar es necesario, vivir no” parece relajar el tono imperativo. Si intentamos “Navegar es indispensable, vivir no” ya sentimos que nos alejamos de lo que Pessoa intenta transmitir. Como podemos ver, los falsos amigos a veces son irreconciliables.

 

La intraducibilidad

Hablar de intraducibilidad es un asunto espinoso. La imposibilidad de encontrar palabras o expresiones equivalentes, desde el punto de vista de su significado, lleva a la consideración de matices, contextos e intenciones, y a la propuesta de perífrasis, recortes de significado, creación de neologismos, etc. Por ejemplo, la palabra “tesão”, que significa ímpetu, intensidad, y además una especie de atracción de orden sexual y sensual, se aplica a personas, a acciones e incluso a objetos. Se puede sentir o tener tesão por una persona, pero también por escalar montañas, por el mar, por el trabajo, las alcachofas, etc. La traducción adecuada puede ser “pasión”, “cachondez” o el empleo de alguna perífrasis, según sea el caso. A veces se alcanza el objetivo y otras veces se tiene que asumir el recorte de significado. Otro caso de intraducibilidad, un caso curioso y feliz para Regina y para mí, en nuestra experiencia de traductores, fue la palabra “salsugem” del siguiente fragmento del libro Corpografía de Josely Vianna Baptista:

os meus lábios rachados em teus lábios salgados,
múrices e moréias no êxtase das mãos,
moluscos, corais-cérebro, lágrima de alegría
– o gume um riso de salsugem

Nuestra traducción quedó así:

mis labios partidos en tus labios salados,
múrices y morenas en el éxtasis de las manos,
moluscos, corales-cerebro, lágrima de alegría
–el filo una risa de salumbre

La palabra salsugem se refiere a los detritos orgánicos que flotan en el mar en forma de espuma, llegan a las playas o a los puertos y a veces son tomados, de manera errónea, como indicios de contaminación ambiental. Después de buscar denodadamente la palabra que designase el mismo objeto en español, desistimos y optamos por inventar el neologismo salumbre, sal + lumbre, que se prestaba al tono erótico del poema y no dejaba de remitir, por la presencia de la sal, al universo marino en él evocado.

El problema de la intraducibilidad tiene otras dimensiones en el siguiente el poema “aeiou / d”, de Duda Machado:


 

Aeiou
   d

 

e
é
o a
ou
o o

e
ai ou oi
ui ou eia
é
o ou

ou
é
o eu

o eu
é ai
do a
ao u

do a
ao u
é
o é

o é
do é
é
o ũ

o ũ
do ũ

o ũ!

 

Duda Machado
De Crescente (1977-1990)
{mmp3ex}www.archivopdp.unam.mx/media/43-duda.mp3{/mmp3ex}

Aeiou
   d

 

y
es
la a
o
la o

y
ay u hola
uy o hurra
es
el o

o
es
el yo

el yo
es ay
de la a
a la u

de la a
a la u
es
el es

el es
del es
es
el ũ

el ũ
del ũ

el ũ!

 

Trad. Rodolfo Mata y Regina Crespo

 

Sin duda, valga el chascarrillo porque el autor Carlos Eduardo Lima Machado adoptó el sobrenombre de cariño Duda, se trata de un poema difícil de leer. Intentar realizar una interpretación nos lleva por caminos intertextuales y medio metafísicos. Es obvia la referencia al poema “Vocales” de Rimbaud,6 pero a diferencia de él, la definición de las vocales no deriva hacia la imaginería plástica, sino que se restringe a una suerte de reflexión metalingüística que plantea equivalencias y disyunciones. Comienzo con mi lectura-interpretación. Y es la “a” o la “o” y ya sea ay u hola, uy o hurra es el o.7 Aquí aparecen los primeros problemas, pues el nombre de la letra “o” y la conjunción disyuntiva “o”, en español, son iguales, mientras que en portugués son diferentes: “o” y “ou”. En cambio, mientras el nombre de la letra “o” y el artículo definido “o” son iguales en portugués, sus equivalentes en español son diferentes: “o” y “el”. Debemos considerar también, en estos paralelos, que los nombres de las letras en portugués son masculinos, mientras que en español son femeninos. Así, en la traducción de la primera estrofa se presenta naturalmente la diferenciación del artículo definido y el nombre de la letra “o”, en el quinto verso. En cambio, la diferenciación entre la conjunción “ou” y la letra “o”, del portugués, desaparece. En la segunda estrofa, suceden dos fenómenos curiosos en la versión al español: 1) la conjunción “o” se transforma en “u”, por la regla que busca evitar las cacofonías; y 2) la conjunción “o”, en el último verso, se sustantiviza y se vuelve el concepto de “disyunción”. Afortunadamente, esta sustantivación plantea una diferencia de género: la “o” (letra) se diferencia de el “o” (concepto de disyunción) y refleja la diferencia en portugués entre “o o” y “o ou”.

La tercera estrofa nos lleva ya a un plano metafísico porque introduce el yo: o es el yo. Ahora resulta que aquello que es, no sólo puede ser la a o la o o el o sino que puede ser el yo. Y el yo es ay, dolor, de la a a la u. Y de la a a la u también es el es. Entonces el yo es dolor y es el ser. Y el es del esel ser del ser‑ es el ũ. Y, a su vez, el ũ del ũ es el ũ!. En otras palabras, la cadena no tiene solución y acaba en un enigma pues ũ no significa nada en específico. No hay interjección que pueda ser identificada con esa grafía, aunque sí con la grafía hum que es una interjección que significa algo similar: duda, recelo, inquietud, reticencia (“hum, duvido que ele venha”) o, lo contrario, aprobación (“hum, que boa sopa”). De esta manera se completa mi lectura-interpretación y su traducción.

Observando el conjunto y regresando al tema de la intraducibilidad, lo que resulta evidente es que la gracia del poema se encuentra en los sonidos del sistema vocálico del portugués y sus valores fonéticos y fonológicos, es decir, sus peculiaridades como materia sonora (y las posibilidades estéticas correspondientes) y los rasgos distintivos que ésta es capaz de portar. Esto quizás pueda explicar el subrayado de la letra “d”, único sonido consonántico en todo el poema. El español no alcanza siquiera a rozar lo que es la médula del poema, pues su sistema vocálico es insuficiente ante el del portugués. La traducción recupera sólo el significado del poema y su forma esbelta en la página con la salvedad de que gráficamente también hay una pérdida: en español se incluyen más sonidos consonánticos y esto plantea diferencias gráficas. Mejor escuchemos el poema en voz de Regina Crespo.

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El portuñol

Como decía al principio, el portuñol, que el Diccionario de la RAE no registra y que es definido por el Diccionario Houaiss como “português mesclado com palavras e elementos fonéticos do espanhol ou pretensamente do espanhol, usado por falantes de português na sua comunicação com hispanófonos, ou vice-versa”, es un fenómeno de frontera, de contacto entre lenguas, que funciona como lengua franca. Tiene la peculiaridad de no ser estable ni homogéneo, pues depende del grado de conocimiento de la lengua ajena que tenga el hablante de portugués o español, y no llega a constituir una variedad dialectal, ni de una lengua ni de la otra. Aparece más bien como un registro popular, espontáneo y fruto de las necesidades de comunicación oral.8

Con esta distinción conceptual, se entiende que en la práctica hay muchos portuñoles, pero también que existen diferencias de este concepto con los dialectos fronterizos. En la frontera entre España y Portugal, de Galicia a Andalucía, se da naturalmente el contacto entre el portugués y el español. Por ejemplo, en la comunidad portuguesa de Barrancos, localizada entre las regiones de Alentejo y Andalucía, se habla el dialecto que se conoce como barranqueño, el cual tiene su historia y estabilidad. Sin embargo, en Extremadura no ha surgido nada que se le parezca. No hay una cultura fronteriza que hable un portuñol identificable, sino que el fenómeno que prevalece es el bilingüismo. Aunque sea incipiente el manejo de la segunda lengua, se logran resolver los problemas de comunicación.9

En América Latina, el fenómeno es más vigoroso y dinámico. En las zonas limítrofes entre Brasil, por una parte, y Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina, Colombia y Venezuela, por otra, se da también el contacto entre portugués y español. En la región de Tres Fronteras, se encuentran las ciudades de Tabatinga (Brasil), Leticia (Colombia) y Santa Rosa de Yavari (Perú), y se habla el portuñol leticiano, mientras que en la frontera entre Bolivia y Brasil, los habitantes de Cobija hablan el portuñol cobijeño. Sin embargo, el caso más intenso e interesante de portuñol en América Latina es el de Uruguay, pues a diferencia de los anteriores, donde el contacto es más reciente y se encuentra orientado por la actividad del comercio, tiene una antigüedad que se remonta al siglo XVIII. El territorio uruguayo fue colonizado tanto por portugueses como por españoles e invadido durante una década por Brasil. Así, el fenómeno del portuñol, en ese país, tiene una historia mucho más rica y una variedad de manifestaciones más amplia, lo cual incluso ha dado lugar a la designación de conjunto de Dialectos Portugueses del Uruguay (DPU). De esta gama, el portuñol más estudiado es el portuñol riverense (también conocido como fronterizo o bayano), el cual se habla en la frontera entre Rivera (Uruguay) y Santana do Livramento (Brasil), región que se conoce como Frontera de la Paz. No sólo los lingüistas sino también las autoridades educativas del país y los artistas han prestado atención a la riqueza del fenómeno, lo cual ha contribuido a construir una cultura al respecto.

Como decía al principio de este ensayo, el portuñol ha sido ennoblecido literariamente. Saúl Ibargoyen (Montevideo, 1930) ha hecho de la zona fronteriza de Rivera con Santana do Livramento, donde vivió una temporada, escenario de varios de sus cuentos y novelas. En los diálogos de sus personajes hay la intención de retratar una realidad rural, bicultural y bilingüe, como se puede apreciar en este fragmento del capítulo XIV de la novela Toda la tierra (2000):

 

La adquisición de la futura Hacienda Siete Árboles se concertó con pago a la vista, exacto y a favor de los compradores, pues el oro había subido en sus cotizaciones, aunque ninguno de los participantes en el tal negocio jamás se enteraría de por qué con sucedió ansí.
  El vendedor, un ex coronel brasiliano, Timeo Vasco do Punhal, de los gloriosos vencedores en la Gran Guerra de los Tres contra el Paraguaty, mirando al todavía palidísimo y esmagado José Cunda, y sin relancear para la figura firme de la mujer, aunque con ella hubiera acordado precios, seguridades y condiciones, dijo de apretado labio y bigote de asustar:
  “Un recibo le asino, sim... sí. Decumentos, partidas de dueño, pois nunca me deu por tener. Nao precisé. Negocio, de apalabrarse en el aire, sólo. Quéin fue el propietario de enantes y de antes de enantes, ninguéin sabe diso. Meu padre contó para mí que hasta de un tal Artigas, un guerrillero castellano, estas tierras fueron propiedá. Tanto tiempo que ni meu Deus Santo se acuerda...”
  “Certo, ansí da béin.”
  Hízose el trueque. Don Timeo Vasco do Punhal ahora sí que miró para Juana Mangarí: ojos de carne como luz oscura tocando una piel que tal vez nunca dejara de iluminar sus ensangrentadas memorias.
  Cuando el ex coronel se retiró, sin ofrecerles la espalda para enaltarse en un equino de película; cuando los tres yagunzos o guaruras que lo cuidaban bajaron trabucos y espingardas; cuando aquellas presencias eran polvo desvaneciéndose en el callejón polvoriento, entonces la fortalecida mujer y el hombre con un poco de temblequera, salieron por la descuadrada puerta del rancho de Melada.
  “¿Dónde está el casco de la hacienda? ¿Béin pal norte, dijiste?”
  “Sí, ansí como decís.”
  “¿Y el azude, y el río Camacuá? ¿Tambéin?” “Clariño, sí.”
  “¿Y la tierra, dónde empieza?”
  “La estás pisando, José Cunda. Siempre la tendrás debajo de tus pies.”

 

Saúl Ibargoyen crea un universo en torno a la ciudad de Rivamento (Rivera + Livramento) donde la Guerra del Paraguay se transforma en la “Gran Guerra de los Tres contra el Paraguaty”. Se perciben las diferencias entre el portuñol del “coronel brasiliano” que tiene como base el portugués, al contrastarlo con el que se manifiesta en el diálogo de la pareja de compradores, cuya base es el español. Ibargoyen desea retratar la situación del individuo que circula libremente por una identidad doble, con una lengua doble, en constante tránsito.

Otro escritor interesante, en el manejo del portuñol en este registro creativo, es el brasileño paranaense Wilson Bueno (Jaguapitã 1949 - Curitiba 2010). Wilson Bueno no intenta retratar una realidad y su incursión en el portuñol es de otra naturaleza, su trayectoria literaria apunta en otra dirección. Mar paraguayo (1992), narración poética en que se mezclan el portugués, el español y el guaraní, es su única obra en esta línea, y ha sido considerada más en el terreno de la poesía que en el de la prosa. Al ser antologada en la muestra de poesía latinoamericana Medusario (1996), en la cual se reivindica una lectura desde el barroco contemporáneo, y al haber sido prologada por Néstor Perlongher, promotor del neobarroco, entra y se consagra en el terreno de la aventura verbal. La “novela-poema” cuenta la historia de una marafona (una prostituta) que vive en Guaratuba, ciudad que verdaderamente existe en el litoral de Paraná, y sufre un infierno personal por estar vinculada a un viejo y desear a un surfista joven. Veamos un fragmento:

 

Escribo para que no se me rompan dentro las cordas del corazón: escribo noche y dia, acossada, acavalada, asi en el viento del balneário en la cadência triste de los inviernos de ahora: el tiempo moviendo-se y las sombras úmidas de los sombreros, de marcha y espeto con la paisagem de la ruíta estragada de arena y sal. Pingam las goteras por el forro de la casa. Es demorado ali donde el bolor empieza a urdir su vida secreta. E para que dentro no se crien estos espácios onde se anda la muerte sin pressa como las tarântulas, escribo esto acá, derramado y lúgubre. Yo, la marafona sin nexo del balneário, cosida a el viejo -- su más encantadora clepsidra, esponja agarrada a los restos-derrames del viejo. Se lhe acaba la sangre, también provavelmente irei extinta. El muslo flaco del pobre viejo anuncia todo, para mañana, su fin estrelado, pero a cada nuevo dia, la existência insistente del viejo desacredita que sea possível, a el viejo, uno contacto frontal con la muerte. Y se el no muere, nosotros parece que garantimos mas un naco ni que sea pálido, mas un naco arrancado con unhas y uivos, de esto escaso elemento a que chamam vida. La vida -- causticante y feroz. Unos dias tango; outros, puro bolero-canción.10

 

Wilson Bueno crea para su personaje un habla fluctuante que aprovecha las posibilidades poéticas de la mezcla de las tres lenguas, mezcla que existe en la realidad, pero que en este caso singular no es real. Es un caso especial de habla regional paraguaya inventada, como lo son la mayoría de estas fantasías verbales literarias que intentan retratar un tipo regional. Las inserciones de palabras en guaraní, explicadas en un “Elucidario” al final del texto, inyectan extrañeza en su caleidoscópica trama. Por ejemplo, el primer capítulo se llama “Ne’ẽ”, cuyo significado en el glosario es: “palabra, vocablo, lengua, idioma, voz, comunicación, comunicarse, hablar, conversar”. La intención metalingüística y poética es evidente. Aparecen otras palabras más conocidas como “cuñá” (mujer), “mboi” (serpiente) o “iguasu” (mar) y “porã” (bello, hermoso) que se asoman en el folklore brasileño o en la toponimia.

Así como tampoco existe mar en Paraguay, la marafona habla un portuñol que es una ficción, un concepto, una idea estética, pero que podemos comprender por la vía del bilingüismo y emparentar con las hablas fronterizas. Puede quizás entenderse como el desarrollo de esos registros populares, espontáneos, frutos de las necesidades de comunicación oral, que en lingüística también reciben el nombre de pidgins, o como la materialización de la experiencia de contaminación de lenguas que se vive cuando se habla portugués y español de una manera cotidiana. ¿Sueña la marafona en su portuñol?

Habría mucho más que comentar de ambos ejemplos y, desde luego, de ambos autores, pero es necesario continuar. Una última observación es indispensable: ninguno de los dos textos es traducible.

 

La retraducción

La retraducción es una muestra de la inestabilidad del proceso de traducción y de la afortunada falsedad de las equivalencias, es decir, una constatación de la riqueza de las lenguas. Siempre he tenido la fantasía de hacer circular un poema a través de una cadena de traductores de diversas lenguas para finalmente conducirlo de regreso a su lengua original y contemplar los cambios que ha sufrido. El experimento está ya en curso, en un circuito que incluye el francés, el inglés, el portugués, el alemán y el español. Sin embargo, ahora se presentó la oportunidad de llevarlo a cabo de una manera más breve, entre el portugués y el español solamente, para observar la relación de “falsos amigos” entre estas dos lenguas. La elección del poema estuvo condicionada por dos directrices: 1) el poema tendría que ser un poema con forma fija, de un autor reciente. 2) el poeta que interviniera no debería saber nada acerca del original. Así fue como Regina Crespo y yo elegimos el soneto “História natural” y el poema en alejandrinos “Biodiversidade”, de Paulo Henríques Britto, que habíamos traducido al español para nuestra antología Alguna poesía brasileña. Antología (1963-2007) (2009), e invitamos al poeta Paulo Ferraz a realizar la retraducción al portugués. Los resultados fueron los siguientes:


 

 

HISTÓRIA NATURAL

Primeira pessoa do singular:
a forma exata da sombra difusa.
Quem fala sou sempre eu a falar.
A máscara é sempre de quem a usa.

No entanto, é preciso dizer-se –mesmo
que a moda agora mande (e a moda manda,
e muito) acreditar que o eu é o esmo,
o virtual, o quase extinto, o panda

desgracioso da história do Ocidente,
a devorar o alimento cru
que já não sabe como digerir.

Leitor amigo: pára. Pensa. Sente.
Conheces bem o gosto do bambu,
o ardor nas entranhas. Tenta não rir.

De Trovar claro (1997) de Paulo Henríques Britto

 

HISTORIA NATURAL

Primera persona del singular:
forma exacta de la sombra difusa.
Quien habla soy yo siempre con hablar.
La máscara es siempre de quien la usa.

Pero hay que hablar de sí –aunque es el caso
que la moda ahora manda (y manda,
mucho)‑ creer que el yo es el acaso,
lo virtual, lo casi extinto, el panda

sin gracia de la historia de Occidente,
por devorar su alimento crudo
que ya no sabe cómo digerir.

Lector amigo: espera. Piensa. Siente.
Conoces bien a qué sabe el bambú,
cómo arde dentro. Intenta no reír.

Traducción de Rodolfo Mata y Regina Crespo

 

HISTÓRIA NATURAL

Primeira pessoa do singular:
forma precisa da sombra difusa.
Quem fala sou eu sempre por falar.
A máscara é sempre de quem a usa.

Mas deve-se falar de si? embora
seja agora a moda quem manda (e manda
pra valer) crer que o eu está por fora,
é um acidente, o quase extinto, o panda

sem graça da história do Ocidente,
na ânsia de comer seu almoço cru
que não sabe mais como digerir

Caro leitor: pare. Pense e atente.
Você bem sabe o gosto do bambu,
como arde por dentro. Tente não rir.

Retraducción del español de Paulo Ferraz

 

BIODIVERSIDADE

Há maneiras mais fáceis de se expor ao ridículo,
que não requerem prática, oficina, suor.
Maneiras mais simpáticas de pagar mico
e dizer olha eu aqui, sou único, me amem por favor.

Porém há quem se preste a esse papel esdrúxulo,
como há quem não se vexe de ler e decifrar
essas palavras bestas estrebuchando inúteis,
cágados com as quatro patas viradas pro ar.

Então essa fala esquisita, aparentemente anárquica,
de repente é mais que isso, é uma voz, talvez,
do outro lado da linha formigando de estática,
dizendo algo mais que testando, testando, um dois três,

câmbio? Quem sabe esses cascos invertidos,
incapazes de reassumir a posição natural,
não são na verdade uma outra forma de vida,
tipo um ramo alternativo do reino animal?

De Macau (2003) de Paulo Henríques Britto

BIODIVERSIDAD

Hay maneras más fáciles de exponerse al bochorno,
que no requieren práctica, talleres, sudor.
Maneras más simpáticas de hacer el oso
y decir mírame aquí, soy único, ámenme por favor.

No obstante hay quien se presta a ese papel esdrújulo,
como hay quien no se irrita por leer y descifrar
esas palabras bobas agitándose inútiles,
tortugas boca arriba en un ansioso patalear.

Entonces esa voz rara, aparentemente anárquica,
de repente es más que eso, es una voz, tal vez,
al otro lado en la línea hormigueando de estática,
diciendo algo más que probando, probando, un dos tres,

¿cambio? ¿Quién sabe si esos cascos volteados,
incapaces de reasumir su posición natural,
no son otra forma de vida en realidad,
una rama alternativa del reino animal?

Traducción de Rodolfo Mata y Regina Crespo

 

BIODIVERSIDADE

Há formas menos vis de estar no lusco-fusco,
que não requerem prática, oficinas, suor.
Formas bem mais simpáticas de bancar o urso
dizendo ei, aqui, sou eu, me ame por favor.

Contudo, há quem se presta a esse papel esdrúxulo
como há quem não se irrita em ler e decifrar
essas palavras bobas e seus gestos ridículos,
tartarugas aflitas pedalando no ar.

Então essa voz rara, de algum modo anárquica,
de repente é algo a mais, voz que se põe, talvez,
do outro lado do fio formigando de estática,
e o dito é mais que teste, teste, um dois três,

câmbio? Não seriam esses cascos para cima,
que não retomam nunca o estado natural,
na verdade outra manifestação de vida,
um ramo alternativo do reino animal?

Retraducción del español de Paulo Ferraz


Son muchos los detalles que se pueden observar. Hay versos que pasaron del portugués al español y regresaron al portugués como traducciones literales. Por ejemplo, “História natural” (v. 1 y 4) y “Biodiversidad” (v. 2, ligeramente modificado por la cuenta silábica). Otros versos pasaron del portugués al español con cambios, y luego lo hicieron del español al portugués sin ellos. Por ejemplo, “História natural” (v. 9) cambió la palabra “desgracioso” por “sin gracia” (“desgracioso” no existe en español), y no la recuperó en la versión al portugués. ¿Ese tipo de palabras se perderán para siempre? ¿No se le ocurriría a otro traductor del español al portugués la palabra “desgracioso”, tal vez porque se aparta del español? Lo mismo sucedió con la palabra “esquisita”, que se transformó en “rara” y no regresó, en “Biodiversidade” (v. 9), o con la palabra “vexe”, que pasó como “irrita” y no reapareció, en el mismo poema (v. 6). Hubo también versos que pasaron igual del portugués al español y luego, inexplicablemente, cambiaron. Por ejemplo, “Leitor amigo” se mantuvo, del portugués al español, pero luego se transformó en “Caro leitor”, o sea, “Querido lector”, en “História natural” (v. 12). ¿Por qué? ¿Qué diferencias de tono llevaron a este cambio que estrictamente no era necesario? ¿Es el fenómeno que llamé anteriormente “ultratraducción”? Un cambio similar se percibe en el v. 10 del mismo poema: “o virtual” pasó a ser “Lo virtual” y de ahí se transformó en la frase “é um acidente”. La razón viene del verso inmediatamente anterior. El encadenamiento “o eu é o esmo, / o virtual” fue cambiado por “o eu está por fora, / é um acidente”. ¿Sonaría raro que este último encadenamiento fuera “o eu está por fora, é o virtual”? Tal vez sea asunto de la eufonía personal del traductor.

Una observación general sobre “História natural” es que las rimas cambiaron en el primer cuarteto. Pasaron de “mesmo / esmo” a “caso / acaso” y regresaron al portugués como “embora / fora”. Las rimas del primer terceto fueron recuperadas naturalmente, pues en español las abandonamos: no encontramos una solución para la no consonancia “cru” / “crudo”. El tercer verso fue quizás uno de los que más dudas levantaron en mí y en Regina. Lo que nos decía nos sonaba raro y quizás el uso de la preposición “con” nos hacía sentir que garantizaba el extrañamiento. Paulo Ferraz cambió el “con” por un “por”. ¿Habrá sido un proceso simiar al que atravesamos nosotros? El último terceto de “História natural” es un ejemplo de cambios derivados de la estructura pronominal del portugués, algo que ya veía venir- Los verbos que usa Paulo Henriques Britto corresponden a la segunda persona del imperativo (“tu”): “pára”, “Pensa”, “Sente”, etc. Nosotros lo tradujimos justamente en esa persona. Sin embargo, Paulo Ferraz los conjugó en tercera persona de imperativo, “ele”, que es la que se usa para acompañar el “você”: “pare”, “Pense e atente”, etc. Lo que sucedió fue que se perdió el uso noble y exaltado del “tu” que se presenta en poesía, como lo ejemplifiqué anteriormente al hablar del poema de Olavo Bilac y de la estructura pronominal del portugués. Ya que Paulo Ferraz no conocía el original, nunca imaginaría que existe ese tono. Quizás la intención de Paulo Henriques Britto era parodiar esa dicción. No podríamos hacerlo más que en plural: “Lectores amigos: esperad. Pensad. Sentid”. Pero así, toda la estructura del poema se vendría abajo.

Quisiera hacer finalmente algunas observaciones generales sobre “Biodiversidade” que complementan las anteriores. El tercer verso es un ejemplo feliz de la traslación de frases hechas. “Pagar mico” significa “pasar vergüenza”, “hacer el oso” es también “hacer el ridículo”. Sin embargo, no tengo noticia de que “bancar o urso” sea una frase hecha. No está en el Dicionário Houaiss, como sí sucede con “pagar mico”. Creo que es una invención feliz de Paulo Ferraz, que surge de la expresión mexicana y se encuentra con el animal emblemático. Una de las acepciones de “urso” en el Dicionário Houaiss es: “indivíduo que é alvo de zombaria”. Otro hallazgo que me pareció notable está en la imagen del octavo verso. Los “cágados” con las patas vueltas al aire pasaron a ser en español tortugas boca arriba en un ansioso patalear y de ahí la acción cambió de patalear a pedalear. Se puede hilar más fino y algunas otras cosas y detalles surgirían, pero ha llegado la hora de detenerse.

El propósito inicial de este ensayo fue mostrar cómo la reflexión teórica en torno a ciertas peculiaridades del portugués, en contraste con el español, podría tener efectos positivos en la formulación de estrategias prácticas de traducción. La práctica lleva a la tentación por la teoría y la teoría conduce a una explicación racional de la práctica y, ciertamente, a más teoría. La escritura de este ensayo me trajo nuevos insights sobre mi práctica de la traducción con Regina Crespo y sobre el bilingüismo y mi particular vivencia del portuñol. También me llevó a incursionar en terrenos que conozco pero no domino, como la gramática histórica, la lingüística y la sociolingüística. Aunque no formulé explícitamente estrategias de traducción, creo que quedaron sugeridas. En mí, algunos procesos se hicieron más concientes, menos intuitivos.

Una versión simplificada de este ensayo fue leída en el “Encuentro Internacional de Traductores Literarios: Traductores e investigadores: ¿vecinos distantes?” el 6 de octubre de 2010.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

Bueno, Wilson, Mar paraguayo, prefacio de Sergio Ernesto Ríos y prólogos de Eduardo Milán y Néstor Perlongher, Bonobos Editores - CNCA, México, 2006, 82 pp.

Cardeira, Esperança, História do português, Caminho, Lisboa, 2006, 106 pp.

Echevarren, Roberto, José Kozer y Jacobo Sefamí (selección y notas), Medusario: muestra de poesía latinoamericana, Fondo de Cultura Económica, México, 1996, 496 pp.

Fernández García, María Jesús, “Portuñol y literatura” en Revista de Estudios Extremeños, año 2006, tomo LXII, número II mayo-agosto, consultado en http://www.dip-badajoz.es/publicaciones/reex/index.php?cont=2_2006

Ibargoyen, Saúl, Toda la tierra, Ediciones Eón, México, 2000, 214 pp.

Leal, Coloma, La formación de las lenguas romances peninsulares, Barcanova, Barcelona, 1990, 383 pp.

Paschoal Cegalla, Domingos, Novíssma gramática da língua portuguesa, 10ª. ed., Companhia Editora nacional, São Paulo, 484 pp.

Posner, Rebecca, La lenguas romances, trad. de Silvia Iglesias, Editorial Cátedra, 1998, 423 pp.

Real Academia Española, Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, 18ª reimp., Espasa Calpe, Madrid, 1999, 589 pp.

Viegas de Valenzuela, Laís, Verbos portugueses. Una guía para su conjugación, Ediciones Castillo, Monterrey, 2001, 287 pp.

 

 


1LÍNGUA PORTUGUESA

Última flor do Lácio, inculta e bela,
És, a um tempo, esplendor e sepultura:
Ouro nativo, que na ganga impura
A bruta mina entre os cascalhos vela...

Amo-te assim, desconhecida e obscura,
Tuba de alto clangor, lira singela,
Que tens o trom e o silvo da procela
E o arroio da saudade e da ternura!

Amo o teu viço agreste e o teu aroma
De virgens selvas e de oceano largo!
Amo-te, ó rude e doloroso idioma,

Em que da voz materna ouvi: “meu filho!”
E em que Camões chorou, no exílio amargo,
O gênio sem ventura e o amor sem brilho!

2Cf.  Edward Lopes, Fundamentos de lingüística contemporânea, Editorial Cultrix, São Paulo, 2003, p. 113. Consultada en http://books.google.com.mx/ 4 octubre 2010. La última oposición sería más clara de la siguiente manera uh / um, considerando que “uh” sería la interjección. y “um” el artículo indefinido.

3El modo imperativo plantea la excepción más común (“Tráelo inmediatamente”), aunque el enclítico puede presentarse en formas de infinitivo y gerundio: “Quiero llevarlo” o “Están destruyéndolo”.

4El poema completo de Oswald de Andrade dice así:

PRONOMINAIS

Dê-me um cigarro
Diz a gramática
Do professor e do aluno
E do mulato sabido
Mas o bom negro e o bom branco
Da Nação Brasileira
Dizem todos os dias
Deixa disso camarada
Me dá um cigarro

5Curiosamente, “Ao saberem isto, ficarão tristes” equivale a otra oración que usa el gerundio: “Sabendo isto, ficarão tristes”. La idea es la misma y se podría traducir también así: “Cuando sepan esto, se pondrán tristes”.

6A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul, vocales,
diré algún día vuestros latentes nacimientos.
Negra A, jubón velludo de moscones hambrientos
que zumban en las crueles hediondeces letales.

E, candor de neblinas, de tiendas, de reales
lanzas de glaciar fiero y de estremecimientos
de umbelas; I, las púrpuras, los esputos sangrientos,
las risas de los labios furiosos y sensuales.

U, temblores divinos del mar inmenso y verde.
Paz de las heces. Paz con que la alquimia muerde
la sabia frente y deja más arrugas que enojos.

O, supremo Clarín de estridores profundos,
silencios perturbados por ángeles y mundos.
¡Oh, la Omega, reflejo violeta de Sus Ojos!

Trad. Mauricio Barcarisse

7Las primeras dos estrofas, en portugués, ya producen el extrañamiento de una construcción hecha a base de puras vocales, peculiaridad que tiene un efecto gráfico también: puede verse como un conjunto amorfo de vocales, una “mancha” tipográfica de vocales.

8Cf. María de Jesús Fernández García, “Portuñol y literatura”, p. 558.

9Ibid., pp. 558-560.

10Wilson Bueno, Mar paraguayo, p. 37.

 


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