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portada-elpaisnoalcanza.jpg Porque el país no alcanza
Poesía emigrante de la América Latina
Selección y presentación Timo Berger
Ediciones El Billar de Lucrecia,
México, 2010.

Por Kalu Tachisavi
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No. 44 / Noviembre 2011

 
Tras señalar lo fugaz del espacio físico del poeta contemporáneo, el escribir desde la transfrontera, la utilización de la tecnología que privilegia lo virtual, y el sitio de la escritura desde las metrópolis, el antologador Timo Berger presenta el trabajo de 19 poetas que radican en México, EUA, Paraguay, Argentina, España, Francia, Alemania, Finlandia, Irlanda y Nueva Zelanda, y que nacieron en varias ciudades de Latinoamérica.

Si bien trata de ser una antología conectada por la emigración física y poética en aras de mostrar el nomadismo contemporáneo, también los une su fecha de nacimiento, misma que va de 1960 a principios de los 80.

En la actualidad, el poeta emigrante se refugia en las ciudades, sin más remedio que habitar en las estridentes y conflictivas megalópolis de las cuales huían los simbolistas franceses. Hoy a los poetas parece no incomodarles este espacio como refugio, de publicaciones, de experiencias y amistades. Así pueden escribir desde el avión o en la sala de espera de cualquier transporte; la inspiración y el trabajo aparecen y se realizan a cualquier hora; ya no requieren de la noche y el silencio cómplice.

Imposible hablar de todos los poetas incluidos en esta antología. Habrá entonces que seleccionar temas o corroborar con algunos ejemplos si el vagabundeo forzado o necesario y lo hiperperceptivo están presentes en los poemas. Así podemos mencionar algunos temas:

En primer lugar, la pauperización de la frontera norte de México con el país más poderoso del planeta, el subdesarrollo y la pluriculturalidad que se muestra a través de una familia en Tijuana, en los versos de Omar Pimienta: “ahí estoy/ y me veo/ entre rey y bufón/ en un reino amurallado al que se llega de paso.”

Otro tema es el balbuceo del poeta y su trabajo, la incertidumbre física y de la obra, en los versos de Alejandro Zamba: “Sabemos tan poco incluso ahora que/ Sabemos tan poco y entendemos/ Para siempre todo tanto.”

Un tercero es el cuestionamiento del papel del ser humano en estos tiempos, ya sea como líder o como mesías evangélico y terrenal, y aun, la búsqueda o la necesidad de un guía o profeta que explique el presente e intuya el futuro, esto se muestra en el poema Cruz y ficción de Miguel Ildefonso: “Cristo usaba barba/ era flaco como John Lennon/ Y jamás entraba a las iglesias/ no sé si porque tenía vergüenza de su pobreza de su/ mugre o porque no lo dejaban entrar/ o simplemente porque la calle era su casa/ un día lo vi comiendo de la basura/ Y nunca más lo vi.”

Un cuarto asunto es la imposibilidad de comprender algo, la necesidad de decir, aunque sea en fragmentos, el andante sobre el naufragio del asfalto como dice Julio Espinosa: “Volver a soñar lo soñado/ y escribir con un lenguaje/ de muertos/ lo vivo.” En el mismo tenor se encuentra el poema de Cristina Bogado: “… Casi cayó en el vicio la inocencia en el mercado negro la especulación la generación Casi mau Casi mutante Casi pato Casi fu Casi gracioso Casi inglés Casi un bufón Casi poético.”

Uno más es la remembranza al lugar de nacimiento, el ritmo que se oye a la distancia, la soledad y la nostalgia, en los versos de Roxana Crisólogo: “hace falta algo/ que le ponga orden/ a esta pesadilla de bailar sola.”

Cierran el libro la ironía y el humor de Héctor Villarreal, quien muestra quizás el defecto más común de la mayoría de los poetas que se preocupan más por el currículum y por las metáforas bien afinadas. Villarreal, en su (anti)prólogo, nos da la receta para construir y construirse en su Easy poem: “Easy poem incluye Easy poet, porque un poeta es su currículum y un poema vale por el currículum del poeta.” Ante esto nos preguntamos si la construcción de poema actual no es una especie de eterno retorno o una receta dadaísta.  

Si algo puede tener en común Latinoamérica en su poesía es la búsqueda, desde modernismo hasta estos días, de un fluir incierto, aunque limitado por muy pocos idiomas, y esto lo manifiesta una antología donde prepondera el español, y solo se incluye a dos poetas que escriben en lenguas diferentes, uno en portugués y otro en inglés. Y precisamente esta antología es sólo una muestra de este universo de indagación, aunque al incluir un poeta nacido en Sao Paulo habría de señalar que más que Latinoamérica se trata de Iberoamérica.

Se ha dicho muchas veces y de diversas maneras que el exilio es la condición del poeta actual, pero cuando lo funde en el poema, se hace una obra irreverente y propositiva, crítica del tiempo y de la lengua. Entonces, lo maldito no solo se vuelve autocalificativo, sino muestra escritural. La cual no se consuma a cabalidad en esta pequeña antología, que como mencionan los editores al señalar que El Billar de Lucrecia cumple cinco años y éste es su último número, y que además, no les importa que se les señale de “[…] fascistas, servidores públicos, mamones […]”. O que les tengan envidia. Y parece excesivo que digan: “De poesía sabemos poco, pero sabemos que los campeones están en nuestro catálogo.”


 



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