No. 46 / Febrero 2011

 
“...a las subidas cauernas de las piedras nos yremos”

Mística y poesía
Por María Auxiliadora Álvarez
 

mistica-46-cantar.jpgEl Cantar de los Cantares (atribuido a Salomón) es un dulcísimo poema de amor que ha sido adoptado comúnmente en Occidente como una representación del amor erótico. Sin embargo, las imágenes y símbolos de este inciso bíblico fueron entendidos por San Juan de la Cruz como parte de un entramado metafórico mayor, que relaciona la interioridad humana con la interioridad de Dios. El desnivel entre la perfección y la imperfección exige, de manera natural, un acondicionamiento previo de esta última, y el complejo proceso fue descrito, ampliado y detallado por San Juan en su poema Cántico espiritual (de doce páginas -en sus dos versiones- y una explicación teológica agregada de seiscientas).

La misma alegoría del arduo camino por recorrer que aparece en el primer verso de la estrofa 36 del Cántico espiritual: “Y luego a las subidas cauernas de la piedra nos yremos” parece sentar las bases deun poema mucho más corto y atado por tema y por fecha (según los especialistas) a Noche oscura del alma. En Subida al Monte Carmelo San Juan recrea la imagen-idea de la subida en relación al esfuerzo del avance espiritual.

Particularmente, una extensa y casi literal paráfrasis de este poemase encuentra en la Sección Tercera del East Coker en los Cuatro Cuartetos de T. S. Eliot, pero el importante “empréstimo” viene sin identificación.

He aquí el poema original de San Juan de la Cruz

SUBIDA AL MONTE CARMELO

LOS SIGUIENTES VERSILLOS DECLARAN EL MODO DE SUBIR
POR LA SENDA AL MONTE DE PERFECCION, Y DAN AVISO PARA NO IR
POR LOS CAMINOS TORCIDO

                               Para venir a gustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada
Para venir a poseerlo todo
no quieras poseer algo en nada.
Para venir a  serlo todo
no quieras ser algo en nada.
Para venir a saberlo todo
no quieras saber algo en nada.
Para venir a gustarlo todo
no quieras tener gusto en nada.
Para llegar a lo que no conoces
has de ir por el camino que no conoces.
Para venir a lo que no posees,
has de ir por donde no posees.
Para venir a lo que no eres,
has de ir por donde no eres
(Vida y obras de San Juan)

El sentido pedagógico de la Subida al Monte Carmelo sintetiza una especie de guía en la “lenta y difícil subida por los diferentes peldaños, etapas o grados de la vida espiritual” (Álvarez Rojas), y al igual que los más antiguos preceptos de la espiritualidad oriental, supone el abandono de toda idea personal, gusto, deseo, posesión, criterio, conocimiento e identidad; el desarrollo de la capacidad de sobrellevar el malestar; la aceptación de lo desconocido (y conocido), y de todo aquello que no se pueda ver, comprender o soportar.

 


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