.....................................................................

portada-dimension.jpgLa dimensión de la frontera
Álex Chico
Ediciones Siltolá,
Sevilla, 2011


 
.....................................................................

No. 46 / Febrero 2012


 


Muerte en Campo di San Polo
(leyendo a Thomas Mann)


Ante mí
se alza, al final, aquella plaza.
Deshabitada, siquiera,
de gente.
Decido permanecer
en algún rincón
provisto de claridad,
y dejar en la distancia
los volúmenes de oscuridad
que invaden el tránsito
de un extremo a otro.

A lo lejos,
justo al margen,
me veo también sentado.
Le observo.
Soy yo mismo, me digo,
muchos años antes.
Es joven, como yo lo fui
o creí, al menos, serlo.
Sé que entre los papeles que maneja
elabora un nuevo plan de fuga.
Más allá de sus anotaciones,
aún no comprende que regresará
a este punto de partida.



Ellos


No sabremos si este momento
formará parte de la vida.
Menos aún de la Historia.
Si esta luz –minúscula, azulada –
podrá sobrevivir cuando no quede nadie.
Si permanecerá pasados los años,
y logre al final convertirse en nosotros.
Ser nosotros.
Definirnos.
Si este instante merecerá el recuerdo
o acabará disgregándose, como siempre
ocurre con los segundos
que no son, en apariencia, importantes.

Quién lo sabe.
Que quede, al menos, escrito.





Urquinaona, 1980


Qué quedará de mí
en este lugar,
cuando apenas se sujeten
los últimos bancos del parque.
Me miro ahora a lo lejos
y reconozco a un ser solitario,
rodeado de los pocos árboles
que delimitan esta plaza.
Qué quedará de mí
y qué quedará de estas formas inciertas
que acompañan al viajero -en su estancia siempre breve.
¿Seguirán aquí,
tiempo después?
Cuando la luz sea trasparente
y esta sombra de mayo
se convierta en la ruina que ahora soy.



Instante


Ciertos lugares conservan el paso
de los que se detienen, y deciden –al cabo –
observar lo que les rodea.
Sin más interés que el de permanecer allí
por algún tiempo.
Esos territorios en donde el instante
pretende ser perpetuo,
cercados por un bosque
con una explanada verdosa en su centro.
En esos lugares se aprende a decir: lo desconozco.
De ahí su condición inabarcable: siempre quedarán
sujetos a una duda.
Un espacio –un lugar – que acaba por no saberse
si existió, y logrará subsistir en la distancia.
Donde no ha ocurrido nada y sin embargo
se logra no haber sido nunca.

(de Dimensión de la frontera, ed. La Isla de Siltolá, Sevilla, 2011)


Leer reseña...




{moscomment}