Árbol


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Árbol
Silvia Guerra, Montevideo, febrero, 2012.

Att.
Intendenta de Montevideo, Sra. Ana Olivera
Alcalde, Director Centro Comunal. sr. Fernando García

Dada las circunstancias y la impotencia que siento es que me veo obligada a dirigirme a Ud. para expresarle mi más viva indignación por un hecho ocurrido hoy (jueves 16 de febrero de 2012) en la vía publica frente a mi hogar, en el que talaron el árbol que tenía en la puerta de mi casa y que constituía una fuente fundamental en nuestra vida cotidiana.

No. 48 / Abril 2012


 

Árbol

Por Silvia Guerra


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Árbol
Silvia Guerra, Montevideo, febrero, 2012.

Att.
Intendenta de Montevideo, Sra. Ana Olivera
Alcalde, Director Centro Comunal. sr. Fernando García

Dada las circunstancias y la impotencia que siento es que me veo obligada a dirigirme a Ud. para expresarle mi más viva indignación por un hecho ocurrido hoy (jueves 16 de febrero de 2012) en la vía publica frente a mi hogar, en el que talaron el árbol que tenía en la puerta de mi casa y que constituía una fuente fundamental en nuestra vida cotidiana.

Hace corto tiempo se mudó al lado una nueva familia. Apenas se instalaron empezaron las gestiones para sacar de la vereda el árbol que está en la puerta de mi vivienda y una mínima parte en el garaje de su casa alegando que no pueden entrar su vehículo al mismo. En las gestiones formales que inicié se me informó en el Centro Comunal Zonal Nº5 que el árbol no sería cortado por lo menos en un mínimo de 3 años. Además se me informó que había una irregularidad en la firma de la agrónoma ya que no se pueden talar árboles sanos –como en este caso, un árbol perfectamente sano y frondoso- salvo que una reforma arquitectónica lo ameritara. En la casa no se efectuó ninguna reforma estructural por lo tanto me dijeron que el documento firmado por la agrónoma comunal tenía carácter irregular.

Me resulta indignante –además del perjuicio personal, que es grande ya que me quita completamente la sombra que recibía mi casa y me priva de la belleza del árbol– que un vehículo merezca más consideración que un árbol que lleva más de 70 años creciendo. Ante los hechos recientes en que un árbol añoso se cayó y le quitó la vida a una persona es probable que la Intendencia quiera congraciarse con los ciudadanos cortando árboles de forma indiscriminada. Me resulta importante destacar que tanto en este hecho como en otros es fundamental discernir las circunstancias y no tomar la parte por el todo. Precipitarse a sacar todos los árboles añosos de Montevideo sin previa revisación de cada caso sumirá a la ciudad en otra instancia más del desconocimiento de las personas y de sus necesidades básicas, haciendo primar el peso de la prepotencia frente al discernimiento. Tanto el árbol como la casa que tiene más de 50 años de construida formaban parte de un paisaje urbano identitario. Al comprar mi casa hace 7 años observé el árbol con simpatía y afecto y fue una de las razones para tomar la decisión de comprarla: las ventanas de los dormitorios de mis hijos daban directamente a esa copa sonora llena de vida, sombra y pájaros. Resulta curioso constatar cómo se busca la naturaleza en tiempo de recreo y cómo se la cercena sin pudor ninguno ante un bien material como es una camioneta 4x4. Los árboles en una ciudad son presencias vivas, a veces devenidas monumentos, que hacen a la vida diaria de las personas, y forman parte de un mundo afectivo. No creo que se puedan considerar figuras planas, cosas que se pueden cambiar, sacar o poner sin ninguna conciencia de lo que generan, de lo que dan, de que lo fundan. En los años 30 y 40 en nuestro país si instaba a los niños en las escuelas a que plantaran un árbol, se instauró el día del árbol con ese fin.

También pienso que hay un momento en el derecho de las personas, en el que es la ley lo que dirime los excesos de una parte sobre otra. Y me pregunto dónde se dirime el punto entre los que quieren cortar un árbol para entrar un auto a un garaje, y los que no quieren cortarlo, porque les encanta el árbol, las hojas del árbol, los pájaros que hay allí, el rumor de las hojas, la enorme y benefactora sombra. En este caso, siento que las irregularidades han sido múltiples, porque me informaron mal, y no atendieron en absoluto mi reclamo.

Hoy los bienes materiales cobran más importancia que la naturaleza misma de la que todos somos parte, no cabe otra cosa que decir que es tiempo de reflexionar sobre la prepotencia en la que estamos absolutamente inmersos.

  
Adhesiones

Querida Silvia,
Hago mío el reclamo tuyo aunque vivo en Asamblea y Candelaria. En Malvín Nuevo. A dos barrios de distancia. Comparto absolutamente la protesta contra la tala indiscriminada y la mutilación sistemática del arbolado público. En Malvín desde hace unos años, quizá 6 o 7 (quien inició una campaña sostenida fue Estela Magnone a favor del respeto por los ejemplares del arbolado público, en prensa escrita y radio), se viene arrasando con la flora en veredas. Nada ha detenido que yo sepa la labor siempre a destiempo de las cuadrillas. Lo que se serrucha (sistemáticamente las podas arrasan en setiembre, octubre y hasta noviembre, cuando los árboles retoñan y los rayos UV son más agresivos que en enero) jamás se repone. En el último año, coincidiendo con el ingreso alarmante de los vehículos 4x4 cuya importación y circulación no se regula por lo cual también eso implica la primacía de la ley del más fuerte en calles, cruces y hasta, ¡en estacionamientos de supermercados!, la mutación de barrio jardín en barrio todoterreno se ha hecho alarmante, despiadada. Caminar por Asamblea desde Atlántico (donde en octubre desaparecieron al menos 15 ejemplares de raíz desde AV Italia a Av Rivera –dos cuadras–) hasta Amazonas, revela que hay decenas de canteros –trazados por la Intendencia y de preservación antes legislada: obligatoria–, que han sido cubiertos de hormigón o embaldosados. Se suceden los tramos donde las veredas, de propiedad ciudadana, se han convertido en parques de estacionamiento privado en desmedro de la vida vegetal y del beneficio a la vida humana: primero, porque en este mundo habemos peatones que vamos perdiendo aceleradamente el beneficio de la sombra natural y, segundo, porque en este mundo afectado por el cambio climático lo menos que se puede hacer es estimular la reforestación de cada palmo de tierra, en lugar de permitir que quien tiene más (0 kilómetros) haga con el medio ambiente lo que le venga en gana. Se predica con el ejemplo. Por eso, suscribo tu Carta Abierta. Podría seguir acumulando datos. Son incontables. La feria vecinal que se despliega en la calle Atlántico desde Av. Italia a Asamblea es caja de resonancia de las más airadas quejas jueves a jueves. Este verano no se recuperó la sombra. Algunos vecinos plantaron su arbolito. Pero otros, unos cuantos, aprovecharon para acumular leña y luego hormigonar, borrando las huellas de vida que desde hace aproximadamente 100 años hicieron de la zona un polo verde. Decenas de nidos cayeron en esta primavera. ¿Cuántos pájaros menos? En la cuadra donde se halla la entrada de mi casa, donde vivo hace 30 años, hay al menos 12 ejemplares menos. Y en mi esquina, porque mi casa da a dos calles, tan solo en la esquina, cuento 5 ejemplares menos además de tres mutilados, sin copa. En 1992 fue la Cumbre de Río. Desde entonces a ahora, ¿qué grano de arena o brizna de hierba se ha puesto aquí contra el poder devastador que niega apoyo al equilibrio global? En 2011-2012, tan solo en este corto período, la impunidad para atentar contra los árboles en las aceras ha adoptado una nueva "estética": acollarar los troncos con un pavimento de hormigón que ahoga las raíces. En casos en que todavía son visibles, puede observarse cómo han sido cercenadas para alisar el hormigón con que los propietarios de inmuebles y vehículos –por cierto que no del espacio público que degradan–, invaden y hacen desaparecer los cuadros del césped urbano. ¿Quién nos defiende de los excesos del capitalismo salvaje a escala local/barrial?

Espero sinceramente que la Intendente Ana Olivera y su equipo no desoigan la justa demanda.

Tatiana Oroño 19 febrero 2012

No es porque sí que la poesía brota/e aquí, al pie del árbol y su savia decapitada.
T.O.



Querida Silvia,

el que suscribe, como alguien que vive en el mismo barrio que tú, a escasos cincuenta metros de tu casa, siento como un vandalismo el hecho de que la IMM esté cortando el árbol que da sombra a la cuadra y que realza la vida y la belleza de nuestro habitat. Es una tipa frondosa, robusta, y perfectamente sana.

Ya no alcanza con que las gigantescas camionetas 4x4 obstruyan el tráfico automotor, ni que secuestren, cada vez que estacionan, tres lugares en vez de uno, sino que ahora imponen su ley con desparpajo y exigen la tala de árboles frondosos y sanos. Ni siquiera creo que las enormes dimensiones de ese vehículo le permitan entrar al garage de tamaño normal de tu vecina. El árbol está en un 90% dentro de la porción de vereda que corresponde a tu casa. De cualquier modo, podar una pequeña lasca lateral del árbol sería suficiente para que esa camioneta de tu vecina trepe a la vereda con holgura. Y de todas maneras puede hacerlo ahora perfectamente, si se modificase en un mínimo el cordón de la vereda frente a su garage.

Vi con dolor cómo, justo antes de Carnaval, cortaron todas las ramas de ese árbol, dejando sólo el tronco, para sacarlo de raíz presumiblemente en muy pocos días. ¡El árbol todavía se puede salvar, si prima un poco de conciencia cívica y de respeto hacia la vida de las plantas que nos dan vida, salud, sombra y recreo!

Debería detenerse instantáneamente este procedimiento horroroso.

Ojalá los políticos, que son nuestros representantes, tomen responsabilidad, oigan nuestro reclamo e impidan, con una medida rápida y eficaz, este despojo. Aparentemente, el trámite que solicitó la tala del árbol no ha seguido los procedimientos y plazos legales requeridos para estos casos, sino que es de carácter irregular, por no decir ilegal. Las autoridades deberían tomar nota de estas circunstancias.

Saludos
Roberto Echavarren



Querida Silvia

Ante tu valiente, imprescindible carta, te voy a copiar algunas partes de un texto de César Moro, escrito en 1948 en Lima.

Creo que con la carta produjiste un documento histórico porque es un alegato que va más allá de lo personal.

Con todo el dolor y la irritación del caso –irritación que duele en la molestia de esa forzada convivencia con la mutilación cotidiana: así como nos cortan el árbol de la puerta así nos cortan de pronto la cabeza o peor aún lo que hubiera dentro– me parece que tiene un valor más allá de lo personal o lo afectivo. Está escrito con una precisión que merece difundirse.

Otra: acá en casa estamos en situación extraña también con el árbol de la puerta. No son coincidencias casuales, estoy seguro. Hay corrientes mortíferas dando vueltas. Se puede sentir, sin paranoias. Pero justo para eso está la palabra, también, qué joder. El árbol se estaba secando, desgarradamente. Vinieron un día a romper la vereda; una empresa rompe la vereda, otra detecta la pérdida de gas, otra sella la pérdida, luego vuelve la empresa que te arregla la vereda. Lleva una semana o algo así y nadie te avisa. Un día te despertás y están taladrando a cachos la vereda. En nuestro caso, como no es de baldosas, quedaron las cicatrices. Yo aproveché esa semana para informar al "órgano municipal correspondiente" que por qué no venían a sacar el árbol con raíces ya que había que romper la vereda (estaba rota de hecho) me respondieron que estaban en el asunto porque había diversas denuncias de vecinos por distintos árboles en el barrio y me dieron un número de seguimiento del "trámite".

A los meses (ya con el emparchado de la vereda) el árbol comenzó a reverdecer: tal vez era cierto lo que decían los del gas, a quienes les preguntamos por el árbol: que la pérdida de gas afectaba las raíces y eso lo estaría matando. De hecho sí reverdeció. De a poquito, podamos todas las ramas podridas (justo antes de una tormenta de viento que hubiese hecho volar un par de esas ramas que atravesaban toda la calle, imagínate, sobre un auto o sobre personas). Lo hicimos nosotros pagando nosotros claro. Cuando entro al código de seguimiento, me informa la página que es inexistente.

Un año más o menos después, hace un par de semanas, salimos a la calle y el árbol está pintado de rojo (¡¡¡con aerosol!!!) y encintando: "peligro - árbol a ser quitado"... la cinta se voló en unos días... vimos varios árboles en la misma situación por el barrio... quizá en un año (cuando esté con las ramas verdes de nuevo) lo corten, no sabemos ni siquiera si van a avisarnos y quiénes, si lo van a sacar de raíz para lo cual tienen que romper otra vez la vereda (es una capa de cemento con piedras que se tiene que hacer de una sola largada, sino queda toda emparchada, se afea tontamente). Incertidumbre...
Y repito, ¡¡¡el árbol está vivo!!!!

Ahora César el Moro:

ARBORICIDIO, ARQUITECTURA Y MÚSICA se llama el texto y te copio la parte del "arboricidio" (primero se refiere al ruido y a la invasión de edificios comerciales que implica derrumbar joyas de la arquitectura urbana anterior) (¿te suena? es, repito, de ¡¡¡¡1948!!!!):

¿Y los árboles? Día tras día asistimos al estúpido vandalismo, a la tala implacable de los árboles. Hoy son los cedros de la Plaza de Armas que sustituyeron a las sacrificadas y bellísimas palmeras; ayer fueron los  jacarandas centenarios de Barranco; mañana serán los árboles de la Avenida Arequipa y, diariamente, los árboles todos de la ciudad entera y del País entero.

¿Quién organiza las pandillas punitivas –de podadores borrachos de Dios sabe qué furias vegetales, de qué reivindicaciones oscuras? ¿Quién autoriza, quién puede responder de estos atentados a la más simple de las enseñanzas que a todos nos inculcaron o debieron inculcarnos: el amor, el respeto a los árboles, a las plantas?

Bien quisiéramos tener el prestigio necesario para que nuestra voz, portavoz de centenares de personas que como nosotros sufren el atropello, supiera hacerse escuchar y fuera el comienzo de una campaña desencadenada contra quienes sin razón y con todas las razones de la inconciencia, de la insensibilidad, de la audacia, me atrevería a decir, cooperan en estos verdaderos atentados de lesa cultura.

Exigir respeto por sus semejantes y por los amigos del hombre, por los árboles, es deber imperioso, urgencia suma, en toda agrupación ligeramente antropomorfa.

Desde estas columnas hago un llamado a todo ser humano de corazón bien puesto; a los artistas, a los poetas, para que, aunando sus esfuerzos provoquen una verdadera cruzadea en defensa de los fueros del silencio, del respeto a la Ciudad y a los árboles constantemente mutilados o brutalmente abatidos.

El artículo se suponía que era para algún diario, que nunca –of course– lo publicó... Salió dentro de un libro, Los anteojos de azufre, póstumo. Publicado por sus amigos…
Un abrazo, Silvia
Reynaldo Jiménez



Querida Silvia: esto de la prepotencia está instalado en cualquiera que tenga un gorrito, un bastón de mando, una reglita de quince centimetros... parece cierto el vaticinio de los libertarios del S. XIX de que cualquiera que se instala en el poder confunde autoridad con autoritarismo.   

Comparto tu indignación y suscribo los fundamentos emocionales y culturales para La Defensa del Árbol y cómo lo expresaste es muy representativo del sentir de muchos montevideanos y de muchos orientales, estén donde estén.   

Vengo a sumar otros atropellos: desde 1985 vivo en Ciudad de la Costa y cada vez que alguien compra un terreno lo primero que hace es tomar la motosierra y cerrar la vida de los árboles, raspando la tierra con la afeita-bic, dejando el terreno pelado y pronto para el aftershave.   

Ahora llegó la inversión faraónica e imparable para el saneamiento, así que están dando vuelta de cuajo las calles caiga quien caiga.

Conjuntamente se están haciendo las obras de canalización de aguas pluviales porque el volumen de las aguas de lluvia desborda los cañitos y canutos del saneamiento.

Para eso están haciendo cunetas de tres metros setenta a cada lado + calle de cinco metros de asfalto de ancho, lo que en el setenta por ciento de las calles no hay lugar para veredas, así que el Consorcio Canario (privados más Comuna Canaria), ¡¡¡¡manda arrasar todos los árboles de las veredas!!!! En esta primera etapa tienen previsto cortar ¡¡¡¡dos mil árboles!!!! Calles asfaltadas sin veredas y sin árboles. Carritos el pibe del cuatriciclo, el veterano, los escolares, las bicis, el delibery, la veterana, el señor de traje, la señorita bonita, autos, camionetas, camiones y nosotros con el contenedor de la basura ¡¡¡¡¡TODOS POR UNA CALLE SIN VEREDAS Y SIN ÁRBOLES!!!! DICEN QUE CONSULTARON A LA COMUNIDAD, ¡¡¡PERO ESTO NO FUE LO QUE PROMETIERON!!!
¡¡HASTA CUÁNDO!! ¡¡HASTA DÓNDE!!!

¿¿¿¿Dejaremos así no más las canas de Artigas en el mate???? Para que la autoridad de ellos cese tenemos que tomar nuestra soberanía, ¡¡porque ellos no la van a soltar!!
Te mando un fuerte abrazo con ramas y hojas
y un beso de pájaro a todos   

Agamenón Castrillón



La pérdida de su esplendor es lo que endurece nuestra felicidad. Las nubes, el arcoiris –que en su naciente guarda un tesoro– los zorzales, las ramas doradas, las calandrias que vienen de paso, el hornero, el viento que barre, la savia, son los referentes con que Dios nos mira.

Clarisa Pérez Villalobo.



Algunas firmas:

Tatiana Oroño (Uruguay)
Luis Bravo (Uruguay)
Álvaro Ojeda (Uruguay)
Roberto Echavarren (Uruguay)
Laura Haiek (Uruguay)
Facundo Fernández, 4743613-5
Amparo Fernández, 38471390
Candela Fernández, 46838817
Nicolás Morales, 3836621-0
María Juana Quinteros, 16894100
J. Silveyra, 1899006-7
Chorna Panera, 1661857-8
Luis Aranda, 404407-9
Emilio Lagomarsino, 799105-6
Fabian Cardozo, 4371363-8
Alvaro Mattos, 1969333-7
Pedro Meds ,1611396-0
Edward Larrosee, 1550166-5
Sandra López Desivo, 1591332-9
Elbio Chitaro
Reynaldo Jiménez (Argentina)
Agamenón
Pedro Serrano (México)
María Rosa Olivera Williams (Estados Unidos)
Margarita Schutz (Argentina- Chile)
Minerva Villareal (Monterrey, Mexico)
Eugenia Brito (Chile)
Martín Barea Mattos
Silvana Requiterena
Selene Devitta
Luis Barrios
Veronica D´auria
Eduardo Elinger
Clarisa Perez Villalobo
Lucía Landinelli
Antonio Romano
Andrea Blanqué
Yolanda Pantin (Venezuela)
Marcos Ibarra
Lupe Cajías (Bolivia)
Jorge Arbeleche
Luis Blanqué Llobet (España - Uruguay)
Inés Olmedo
Aitana Alberti León (Cuba)
Fernando Butazzoni
Javier Otegui Devitta - C.I. 3.321.940-8
José Kozer
Guadalupe Kozer
Verónica Zondek (Chile)
Menashe Katz (Chile)
Concha García (España)
Sara María Cassarino (1.247.391-0)
Carmen García Pose-  1.105.775-1  (Uruguay)
Marisa Silva Schultze-   1.105.774-1 (Uruguay)
Hugo Bervejillo, Escritor (Uruguay)
Fermín Hontou (Ombú) CI 1 385 656-7
Fernando Aldao. (Argentina)
Cristina Meneghetti
 Gladys Brum 2.789.325-2
Gladys Rodriguez 2.792.051-8
Helena Sanson
Domingo Lado
Amir Hamed
Rosana Malaneschi
Eduardo Loureiro





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