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No. 48 / Abril 2012


Andrés Berger Kiss
(Szombathely, Hungría, 1927)




Los heridos


(En los muelles de la gran ciudad)
Vedlos pasar a través de los ensangrentados años:
¡Los héroes sin piernas y los nobles sin brazos!
Allí: ¡están pasando, desfilando los heridos!
¡Aaaaateeeeennnción!
Mirad a los jóvenes que se van. Miradlos:
Sonrientes, charlando, sin saber.
¿Hoy empieza la gran aventura de su vida?
Miradlos regresar, miradlos:
Cojeando, llorando... ¡Los heridos!
Austera la mirada, gimiendo, sabiendo.
Allí: ¡están pasando, desfilando los heridos!
Extraviados los ojos, crujiendo los dientes.
Contestadme: ¿Será posible tener paz en el mundo?
¿Enmudecéis?
¿Nadie sabe la respuesta?
¡Entonces preguntadles-
Preguntadles a los heridos!





Dedico este poema al amigo de toda una vida,
Hernán Mejía Peláez (q.e.p.d.)
explorador del mar, domador de olas,
capitán del Albatros

Marinerito, marinerito
el que jugaba en el recodo del río
con sus barquitos de cartón
Dime, marinerito:
¿De dónde vienes y para dónde vas?
Vengo de una tierra firme y hacia el mar incierto voy.
Joven marinero, marinero joven
el del brazo fuerte que vence al viento
Dime, joven marinero:
¿De dónde vienes y para dónde vas?
Vengo del lejano puerto y hacia más allá del horizonte voy.
Viejo marinero, marinero viejo
cuyos ojos ya se nublan de tanto mirar el sol
Dime, viejo marinero:
¿De dónde vienes y para dónde vas?
Vengo del mar abierto y a dormir en su lecho voy.



 



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