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portada-rodrigo-bitacora-del-arbol-nomada-ed-jus.jpgBitácora del árbol nómada
Balam Rodrigo
Jus
México, 2011

 
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No. 49 / Mayo 2012


 

Abrilésima nostalgia
[fragmento]


El marimbar de la lluvia
es abrilésima nostalgia.

Un olor de mangos
resucita los bemoles que la tarde hiere
al percutir su música de zinc
tras goterones y aguaceros.

De la trópica lluvia los tenues hilillos
escurriendo en paredones y arboladuras
cual aves en los postes de petrificada luz
y canto
que fluyen hacia el mar
en una lunación de sextantes muertos.

Quejosa es su tonada, su piar de ninfas
que habitan en oscura sal y tesituras.

Ya canta la batracia tarde su creación
madura, su bichosa faz
que de un salto inunda todo
con sus anclas de agua.

Lenguación tras lenguación, los líquidos
insectos muertan las ciudades:

Efímero es su lluviar entre los brevísimos
nosotros.





Habitación del aire [fragmentos]

Tu corazón reyecito del hipocondríaco amor,
hijastro de los celos y la huida.
Máscaras te adornan una o mil las veces,
las mentiras.

Agazapado y con el reptil entre las piernas,
tu paraíso perdido erectece
y retumba en amoreos,
en turbios afanes e impasibles derrotas.

Conquistas el aire y cual paloma te despides
harto ausente, titiloso.

Tu corazón no es más la quebración
del horizonte, ni aquel albo y niño herido
que aullaba en noches lobas por la luna.

*

Alcanzar la altura del hombre
entre los muslos de Eva.

Incapaz de descifrar la sombra
que proyecta tu sexo en la arena,
eres náufrago del cielo, Adán impostor.

Te levantas de entre sábanas
con la certeza de un dios hipócrita que,
ajeno a su rostro,
corre hacia el espejo a fustigarse.

*

Ángeles ebrios beben de tu rostro,
de tu cintura en rotación de soles,
de tu lengua petirroja de sed y lunedad.

La tarde y el mundo inician su cópula
con dioses derrocados,
con héroes expatriados,
con mitos destetados de la vida.

Tu ombligo es coliseo magnífico
donde mis manos golondrinas
destazan la edad de los que aman.




Tatuajes en la nieve


Para Mariana Cicerchia


Voy a dormir un poco.
Tu cabello debajo de mis párpados.
La noche.

Soñaré con felinos.
Con un gato que mira en el ojo infinito
del samsara.

Soñaré con un tigre enllamarado
que besa el espejo de tu espalda.

Un sol nocturno —heliconia de ámbar—
hundirá su lengua en la esquina constelada
de tus hombros.

El tigre (solar, agazapado)
salta y camina —como un dragón insomne
que viaja por tu dorso—
dejando un puñado de estrellas tatuadas
en la nieve.

Un gato negro nos guiña
la sed y la memoria.


Tu lengua —tan zurda como tu nombre—
tatúa silencio debajo de mis párpados.

Tu cabello.
                      La noche.


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