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portada-gato-baranda.jpg Digo de noche un gato y otros poemas
María Baranda
Ediciones El Naranjo,
México, 2006.

 Yamil Narchi Sadek
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No. 51 / Agosto 2012


 

Parece a veces que la poesía infantil mexicana no existiera. La imaginamos como algo menor, tal vez ñoño, casi ocioso, que no tendría por qué ocuparnos. Cuando un poeta o una poetisa mayor, como María Baranda, publica algo así, asumimos que es una suerte de capricho y nos lo saltamos al enumerar su bibliografía. Olvidamos que existen también los grandes poetas de este género como Robert Louis Stevenson y Dr, Seuss. Con Digo de noche un gato, Baranda prueba lo exquisito que puede ser un poemario elaborado para niños y su intuición del mundo, así como para adultos abiertos a la experiencia.

Baranda es autora de Los memoriosos, Premio "Efraín Huerta" 1995; Moradas imposibles, Premio Iberoamericano "Villa de Madrid" 1998; y Dylan y las Ballenas, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2002; entre otros. En literatura infantil se ha hecho acreedora a premios como el “Castillo de Lectura”, “El Barco de Vapor”, y el Premio de Literatura Infantil de la FILIJ.

El ilustrador de Digo de noche un gato, Julián Cícero Olivares, se ha hecho de renombre en el mundo de la literatura infantil. Su trabajo muestra una afortunada libertad y comprensión de la poesía que acompaña. Es contundente, apoya al texto, pero bien puede sostenerse por sí solo. Recomiendo su página web www.juliancicero.com.mx.

Publicado en la reputada editorial El naranjo, Digo de noche un gato es un libro ideal para aquellos niños que hayan entrado ya en el ámbito de lo abstracto y estén descubriendo o por descubrir, las posibilidades poéticas y lúdicas del lenguaje. Baranda aplica a temas infantiles figuras y formas discursivas de la poesía contemporánea, logrando desplazar de su comodidad a lectores de todas edades, mas provocando a la vez, su deleite. Es un libro juguetón y ágil que funciona a distintos niveles: con los pequeños y adultos. Con los primeros, es sobre todo sorprendente en sus imágenes y recursos sonoros. Para los adultos, resalta cómo establece un juego de recuerdos y reflexiones nostálgicas.

Digo de noche un gato, el poema de apertura, es tal vez de los mejores. Es muy sugerente a la imaginación, al partir de la misteriosa personalidad de dichos animales. Reflexiona sobre cómo se crea la poesía porque aquello que no habla viene, dice cosas, y a raíz de este suceso, el poeta tendrá mucho más que decir.

Vete, lobo, vete es una suerte de poema exorcismo de las pesadillas y los miedos. En ese sentido es posible sentirse tocado con él al comprender la alegoría, y elegir el propio lobo.

A pesar de que Mi corazón palpita raya en el exceso emocional, comunica este simple mensaje de vida por medio de una imaginería compleja y atinada. Sus comparaciones son inusitadas. Es musical y eficiente.

La calle y Mis amigos parecen poemas hermanos. El primero se arma desde la nostalgia de lo vivido, pero también de lo perdido, y habla así al adulto en cada niño. El segundo, en cambio, es un bello poema que parte de lo casi anecdótico para terminar por aludir a lo universal de la risa infantil. Es un poema que habla al niño en cada adulto.

Los poemas de su última sección, los Sueños de la cigarra, son, no obstante su buena calidad, poemas mucho más cerrados, cuya economía me parece podría constituir un franco impedimento para la lectura, sobre todo la infantil. No tienen ni el poder evocativo ni la relevancia reflexiva o musical del resto del libro y constituyen una especie de caída que no permite cerrar el libro con plena satisfacción. Confieso que fue un placer regresar a leer poemas favoritos que aparecen previamente y, que sólo aprecié dicha sección en una segunda lectura, más tranquila, más distanciada del resto del libro.

Como habrán podido adivinar, pienso en Digo de noche un gato con entusiasmo, tanto para los interesados en la literatura infantil como para cualquier interesado en la poesía. Su elocuencia logra conectar a las generaciones en un mismo sentimiento y una positiva experiencia estética. Es a la vez un caramelo exquisito y un garbanzo de a libra.  





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