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portada-purificados.jpgPurificados
Luckasz Czarnecki
Praxis,
México, 2012.

 
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No. 51 / Agosto 2012


 

Era

La puesta de sol cambia con rápidez,
se funde en el horizonte.
Lo que era ya pasó,
duró una fracción de segundo;
amor o muerte,
el sol está al otro lado
nunca ya se repetirá.

Tristes letras, primeras verticales:
Ego,
Rata,
Agave.





Centauro

Soy un centauro:
en medio del animal,
en medio del hombre.
Tengo miedo del hombre como un animal,
tengo miedo del animal como un hombre,
tengo miedo de mí mismo.
Soy un centauro,
dos entes en uno,
asfixiado en mí mismo,
encarcelado a la mitad.

Referencia

Muy peligrosa sin ninguna piedad
la historia de Hans Castorp.
En silencio pronunciaba el nombre
Clawdia Chauchat.
Experimentando la emoción
fonética,
imaginaba la terraza,
camastro,
crema solar,
sol,
baño con el sol de otoño
después de las 4 p.m.
Tomaba una manta
por el frío,
una más para cubrir el rostro.
Me ahogaba en fibras artificiales en el seno
de la naturaleza.
Desde la terraza la vista
still life
de abetos verdes.
Suspiraba aire en el pecho insensible.
Me escondía debajo de la manta.

Con la Montaña mágica bajo el brazo
fui a la psiquiatra.
La mujer me miraba firmemente.
Pedí referencia
del sanatorio donde podría estar en cama solar,
bañar con el sol de otoño
y leer mi libro favorito.




Ceremonia de la luz

Estoy tomando el café
que podría tomar en mi departamento,
decidí ir a la cafetería.
Así no me siento solo.
La gente pasa al lado de mi mesa vacía.
Bostezo.
Me gustan las caras,
los distraídos y divertidos niños,
los ruidos y los colores,
desde hace poco.
Desde hace poco no creo en Dios.
Lento me llega con dificultad
domesticar el ateísmo,
purificar la madera de ébano negro
del confesionario
con la clara de huevo de gallina,
la que la maldad, fantasma de Él,
neutraliza.
Pongo en la mesa
un florero con flores blancas.
Espero 24 horas.
Prendo velas para la ceremonia de la luz.
Respiro profundamente.
El olor atrae los invitados:
multiplicados al infinito,
invisibles faunos,
la entrada silenciosa a la cena de resurrección
con Aya Urun Toyon,
los bayanaykis del bosque,
los chamanes en Yakutia.
Acabo el café,
en un momento saldré.

  

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