No. 52 / Septiembre 2012


  

El ambar

Tua Forsstöm
(Finlandia)

Tengo un anillo de ámbar que
brilla a través del agua del lago

Me zambullo, revuelvo el lodo, partículas
de minerales sueltas flotan a lo largo

del fondo, brotes de flores de roble como
cabello estelar flotaron y se envolvieron en la piedra

entonces, en la era de los caballos pequeños
y del tigre de diente de sable

en los bosques subtropicales con
saúco y alcanforero, donde ahora vivimos en casas

Uno ve más claro en el agua
Uno ve más claro cuando está enfermo

Me zambullo en el agua tibia, remuevo
el lodo, partículas flotan lentamente, minerales,
brotes de flores de roble flotan como el cabello estelar
el ámbar a través de treinta millones de años, brilla

en el agua del lago cuando me zambullo
todo se revuelve, se enturbia, brilla




Matrimonio
Pia Tafdrup
(Copenhague)

La gota se casa con el lago,
que se casa con el río
donde nos bañamos o esparcimos las cenizas
de nuestros muertos.
Cada palabra es un adiós
y las palabras se reproducen cuando el árbol
despliega sus hojas.
Cada día una pérdida, un adiós
a una tierra, un adiós
al vórtice de una voz.
Mi centro no es diferente
al de la lluvia, es el lugar
donde pones tus besos,
sobre todo mi cuerpo.
El río se casa con el mar,
que se casa con la lluvia,
que se casa con el infinito,
un hilo deslumbrante, un cordón umbilical
por donde la sangre corre, roja
como semilla de granada
urdida desde el cuerpo, a partir de nosotros
que constantemente debemos preguntarnos:
¿por qué?
A partir de nosotros, donde viven preguntas
de todos los colores del arcoíris.




Caballo, de cara al cielo,
sale disparado de sí mismo
como una realidad sin mundo
Inger Elisabeth Hansen
(Oslo)

Los caballos tienen que estar enteros
Los caballos tienen que estar enteros en el bosque
Los caballos tienen que estar enteros allá en el bosque y
esperar
Con los amplios belfos colgados los caballos tienen que
estar allá
Los caballos deben esperar ahí donde los árboles estén
Donde la fuente se llene sola deben los caballos estar enteros
Los caballos han tenido la cordura de venirse acá
Para los caballos que están enteros hay árboles grandes
Hay cobijo para los caballos que han llevado todo consigo
Caballos que han llevado consigo belfos amplios que colgar
Caballos que han llevado consigo la mirada allá donde
tienen una fuente
Hay cobijo para caballos que se han mantenido en la piel
Para caballos que tienen una piel que está llena de caballo
Allá pueden esperar los caballos henchidos de caballo
De cara a la tierra, con los cascos bajos, con la cabeza
inclinada totalmente
Con la cabeza inclinada hacia la tierra pueden comer,
pueden beber




Marie Lundquist
(Jököping)

Dispongo la mesa con cuchillo
y cucharada de miel

para prevenir las catástrofes
como el reconocimiento

que siempre me llega
indirectamente

los hombres se parten en dos
como el pan

y las cartas que escribo

llenas de migas
antes de ser sacadas

hacia mujeres
cuyos pezones

se vuelven hacia dentro
como los míos propios

sobre sus espaldas
corre la vía láctea

recorridas de golpes
y caricias

lo último que se quitan
frente a la noche es la ternura:
la antena para el mundo subterráneo.


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