traducciones-auden.jpg

W.H. Auden

No. 53 / Octubre 2013


 

W.H. Auden

Traducción de Julieta Flores Jurado



For Friends Only

 

For John and Teckla Clark


Ours yet not ours, being set apart
As a shrine to friendship,
Empty and silent most of the year,
This room awaits from you
What you alone, as visitor, can bring,
A weekend of personal life.

In a house backed by orderly woods,
Facing a tractored sugar-beet country,
Your working hosts engaged to their stint,
You are unlike to encounter
Dragons or romance: were drama a craving,
You would not have come.

Books we do have for almost any
Literate mood, and notepaper, envelopes,
For a writing one (to "borrow" stamps
Is the mark of ill-breeding):
Between lunch and tea, perhaps a drive;
After dinner, music or gossip.

Should you have troubles (pets will die
Lovers are always behaving badly)
And confession helps, we will hear it,
Examine and give our counsel:
If to mention them hurts too much,
We shall not be nosey.

Easy at first, the language of friendship
Is, as we soon discover,
Very difficult to speak well, a tongue
With no cognates, no resemblance
To the galimatias of nursery and bedroom,
Court rhyme or shepherd's prose,

And, unless spoken often, soon goes rusty.
Distance and duties divide us,
But absence will not seem an evil
If it make our re-meeting
A real occasion. Come when you can:

Your room will be ready.
In Tum-Tum's reign a tin of biscuits
On the bedside table provided
For nocturnal munching. Now weapons have changed,
And the fashion of appetites:
There, for sunbathers who count their calories,
A bottle of mineral water.

Felicissima notte! May you fall at once
Into a cordial dream, assured
That whoever slept in this bed before
Was also someone we like,
That within the circle of our affection
Also you have no double.




Sólo para amigos

 

Para John y Teckla Clark (Para Oscar Salmerón. J. F. J.)


Nuestra y no, aislada
como un santuario a la amistad,
vacía y silenciosa durante casi todo el año,
esta habitación espera
lo que sólo tú, el visitante, puedes traer:
un fin de semana de vida personal.

En una casa resguardada por un bosque ordenado
que mira hacia un campo de remolacha surcado por tractores
tus laboriosos anfitriones se ocupan de sus asuntos;
es improbable que encuentres
dragones o romance, si tuvieras ganas de drama,
no habrías venido.

Tenemos libros para casi
todos los gustos literarios, papel para apuntes y sobres
para los que escriben (“tomar prestadas” estampillas
es la señal de la mala educación);
entre el almuerzo y el té, quizá un paseo,
después de la cena, música o chismorreo.

Si tienes problemas (las mascotas mueren,
los amantes siempre se portan mal)
y confesarlos ayuda, los escucharemos,
los estudiaremos y te daremos nuestro consejo.
Si hablar de ellos es muy doloroso,
no seremos entrometidos.

Fácil al principio, el idioma de la amistad es,
como pronto lo descubriremos,
muy difícil de hablar bien, una lengua
sin cognados, sin parecido alguno
con el habla del jardín de niños o de la alcoba,
las rimas cortesanas o la prosa de un pastor.

Y, si no se habla con frecuencia, pronto se oxida.
La distancia y los deberes nos separan,
pero la ausencia no parecerá un mal
si hace que nuestra reunión
sea todo un acontecimiento. Ven cuando puedas,
tu habitación estará lista.

En el reino de Tum-Tum una lata de galletas
en la mesita de noche satisfacía
los antojos nocturnos. Ahora las armas han cambiado,
y la moda del apetito:
allí está, para los bañistas que cuentan calorías,
una botella de agua mineral.

Felicissima notte! Que pronto te rinda
un cordial sueño, confiado
en que todo aquel que durmió en esta cama antes de ti,
también nos caía bien,
en que en el círculo de nuestros afectos,
eres inigualable.