Tlatlatok tetl “Piedra incendiada”, el libro de poemas de Juan Hernández Ramírez, contiene 38 poemas escritos originalmente en su lengua nahua. Aquí ofrezco una interpretación de sólo tres poemas en su traducción a la lengua castellana, seguramente un análisis desde la lengua podrá ofrecer otro sentido. El libro está dividido en cuatro partes, cuatro coordenadas: norte, sur, oriente y poniente que confluyen en el centro del poema. Desde el título de cada una de las partes se observa unidad, la primera de éstas da nombre al libro: Piedra incendiada a la última: Deidades de piedra. Abre y cierra con la piedra como fuerza y tiempo como madurez y presencia. En este libro, una definición de poema puede ser: trabajo, condensación, sentimiento sublimado, palabras que se juntan en el extremo de la cuerda rota. Así como la imposibilidad y riesgo, la escritura hacia sí misma, pero dirigida al otro. Voy por partes. La primera es la más lírica, más interna. el yo del poeta. Por ejemplo en el poema Mirada de Luna: “Mujer de piedra, / tus labios encarnan la rosa/ con tu mirada de sol/, la tierra donde muere el colibrí.” Haciendo un somero análisis: la mujer es de piedra es la dadora de vida, representa la longevidad y el origen, la fuerza y permanencia. En el verso posterior, los labios de la mujer son la rosa misma, encarnan la sugerencia, lo erótico. Luego, su mirada de sol es la fuerza de la luz, la presencia que abre el día, los ojos abiertos que abarcan. En el último verso, la tierra es la madre porque es el lugar donde descansa el colibrí; cede lo aéreo a la fuerza gravitacional. La segunda parte del libro denominada De cedros y encinos es la más elaborada en cuanto a un trabajo retórico y formal. Por ejemplo en el poema Lunas de Arena: “Cuando mis pasos se encaminen por tierras lejanas/ habré dejado mi sombra atada al camino/ para que dentro de ella los árboles echen raíces.” Aquí, los pasos se alejan como el caminante o el migrante. La arena que guía el paso, la constancia del pie posibilita el camino para que sea retomada por alguien, hay una muestra de agradecimiento a la vida, a los Anteriores, a las Abuelas. Por eso, cuando uno se aleja deja la tierra, la patria, la memoria, todo esto, temporalmente. En este caso se queda la sombra atada a un camino. Por último, la esperanza de que el árbol-lengua pueda echar raíces, crecer y hacer germinar más árboles. La tercera parte es la más reflexiva y filosófica, creo que la más paciente y observadora, por ello se titula: ¿Quiénes somos?: pregunta muy difícil de contestar porque el ser humano se lo ha planteado siempre. Tomo algunos versos del poema Cuando las palabras se acaben: “Esto decía mi padre:/ ‘cuando se acaben las palabras,/ se habrá secado el río de la vida’/ no habrá símbolos cual pájaros al viento/ y sólo quedará la jaula/ donde esté encerrada la libertad.” Aquí se rememora una tradición por la cual heredamos la palabra, la vida y nuestros padres como apoyo. Pero esta palabra no existe por sí misma sino como comunicación con el otro, por más que caminemos en el desierto necesitamos decir, aunque sea al viento, al animal, al árbol, a nosotros mismos. Porque, podríamos ser pájaros sin alas en el viento, que solamente nos dejamos llevar, pero llega el momento de reflexión y descanso para que luego vengan otros momentos en los que deseamos salir de la jaula para poder gritar. En estos versos aparece una gran palabra que en sí misma no significa nada, pero cuando la perdemos nos damos cuenta de su necesidad y cuando se conjuga con otras palabras se hace libertad. La cual implica creación y movimiento, deseo, repetición de la palabra para que quede dentro de la cabeza y pueda ser: libertad. La cuarta y última parte es la exploración desde la posibilidad y fuerza de la lengua. Me parece un poco dispareja como cierre del libro, porque considero que aquí debe demostrar el poeta el conflicto histórico, la glotofagia actual de su lengua por la castellana, el proyecto de nación y lengua única en México, la ciudad y la globalización apabullantes. La lengua y la poesía nahua tienen una tradición intermitente desde Mesoamérica hasta nuestros días, ¡hasta tal punto que fue considerada lengua imperial! Aquí nos topamos con la irremediable historia y su sesgo como ciencia humana. Sin duda, lo que vino después de ese periodo que se denominó Colonia y lo que existe es un proceso complejo, contradictorio, que debe reescribirse y si es por los propios hablantes y desde sus lenguas, pues qué mejor. La realidad es profunda, imposible de conocerse a simple vista, así debe ser el deseo de toda poesía, por eso, sin duda, Juan Hernández es el poeta nahua contemporáneo.
Mestli itlachialis San se tepitsin; kej se tlauili tlikuasejlotl tlen xochitl kichiua mauistik mauisoli kemaj xochioua. Oneli san se tlachialis Tlen tetl tijmatis luan atl itesso tlen payankaxochitl kitlamakaj. In xochikali Iuan mestli xochipetlatl Ika ikiauitl tostli sensototol tostli Siuatetl Kichichiloua motenxipal payankaxochitl Ika tonatij motlachialis, kampa miki uitsitsilin tlali. Kuayokamitl tlen motokaj atenoj imakuayo kuika iuan tlen auatl atl ajuechnejnemij. Siuamestli tlatsotsontototl mits kuikilia iuan ipan motlachialis son youali mijtotia. Mirada de luna Es sólo un instante; así como el chispazo de luz que produce la flor en su prodigio de florecer. La mirada solo es una para saber de la piedra y de las raíces del agua que alimentan a la rosa. La casa de las flores y los pétalos de luna con su voz de lluvia, son la voz del cenzontle. Mujer de piedra, tus labios encarnan la rosa con tu mirada de sol, la tierra donde muere el colibrí. Tu nombre de selva canta los esteros y los encinos de agua caminan el rocío. Mujer de luna, te canta el pájaro-música y al son de tu mirada baila la noche.
Xali mestli Kemaj ipan uajka tlajlmej noikxi nejnemis ilpitok ojtipak nijkajtos no tonal inik iijtiko, moneljuayotisej kuanitij. Tlaj kipi nias, ipampa ixitl itlailpika nimokuapas Inik miauatotomej nikin tlatsotsonkakis Tlen sinxiuimej xoxouik atl tlatlajkotipaj. No kuitlapantipaj se tonaji tetl no uaya yas; ipan yolojtli se payankaxochitl mestli ika ixoxoktik tlatsotsontli kuatitlamitl. Ika ueyatl achichitsij nijtemitis no xikijpili iuan tlen no atentli ueyatl se tlamajtsoli xali niun se ixayotl axkanaj ni chokas. Tlen ni tlali ni mouikilis yayauik ixtioli, ika tlen ikuitlapaj yayauik atepexitl iuan koyolij payankaxochitl yeuatsinko. Ikon kejnopa kampa tlakatki no tonal ika koyoltototl moneljuayotis. Teipaj, mikistli ni kuikas. Lunas de arena Cuando mis pasos se encaminen por tierras lejanas, habré dejado mi sombra atada en el camino para que dentro de ella los árboles echen raíces. Si he de irme, regresaré por los nudos del ombligo para oír la música de los pájaros-espiga en medio del agua verde de las hojas de maíz. Se irá conmigo un sol de piedras sobre la espalda; una rosa de luna en el corazón con su montaña de música verde. Llenaré mis alforjas con pedazos de mar y un puño de arena de mis litorales para no llorar ninguna ausencia. Me llevaré los ojos negros de esta tierra, la cascada oscura de su espalda y la rosa de cascabeles de la madrugada. Pero mi sombra en su lugar de origen Echará raíces con su voz de pájaro cascabel. Después, cantaré a la muerte.
Kemat tlamis tlajtoli Nekaualistli mosentilijtij tle ipan tonatij panotij. Yeka mikij tlajtolmej. Yani, kiijtouayaya no tata: “kemaj tlajtoli tlamis, yoliatemitl uaktosa.” Kej tototl ejekaixko axonkas machiotl, iuan san kuakuali mokauas tlen nelnemilistli kikalsajki. Ni ualaj iuan nikonpoua noxochitlajtol ipampa atlaltipaj yolistli youi, iuan namaj, totlajtol nojaj yoltok ipan tlen namaj xoxouik uexotl. Tlajtoli iuan tokajyotl kiajokui tlajlamikilis tlen totloka iuan tosiuaikniuaj ojtli kiijkuilojkej, iuan tlen nikin tokajtia Irlanda, Isidro, Nicolás… Tlen ni siuamej iuan tlakamej nikixmatki tlen tionelisej tlajtoli ipampa noaxka elkej innejnemilis… iuan iachka kampa ueuemej yajkej. axkan kejnopa, mokajki intonomalchio tlen kichiaj sekinok yanhuik tonatij. Tlen tonatitototl, yejyektsij tsajtsistli nijkaki noja ueueyak ojtli techyolmelaua iuan mokauas kiauitl ipan sesej tetl, ipampa ueuemej intlajtol ayojkanaj chikauak kakisti. Melauak tlauel axtlen tijmatij tlen yajtejtok ojtli, maskej, kipia tiisasej ijkatsak axnochi tiasitij. ¿iuan kanika tiouij? Ipan nochi kalxomulko tijmatij onkaj kaltlamachtili ipampa moneki kipiasej se chikaualistli nochi altepemej. Axmelauak tlajkuilolamatl onkaj. onkaj tlayekananij tlen axkikauaj tlajtoli mamomoyaua kitsakuaj mestli kaltsajkayotl. ¿Iuan, kanij tiouij? ¿Tlen ojtli tijkuiskiaj? ¿Tlen kinpantis toikniuaj? Tlen axkanaj kiilkajtok ajkia: to koliuaj intlajtol kiixmati. ¿Kanij eltokej maseualkaltlamachtili? ¿Kanij motlatijtok totomej intlajtol? ¿Kanij mokajtok montesoj iuan xochitlatsotsontli? ¿Kanij eltoj ojtli kampa nejnenkej neltlakamej? ¿Totoneuaj tlen tlatsotsontli sanilouaj? ¿Kanij mokajtok teotsintoktli? ¿Tlen ejekatl kiuikatok xochipitsauak? Uelis, polijtiyouia tonejnemilis ipan tlajtoli tlen seyok tlanauamilis, kejnopa to xayak kipias se kuaxayaktli tlen axkanaj pemuch niun tiokuauitl. Cuando las palabras se acaben Se van acumulando los silencios por cada día que pasa. Por eso mueren las palabras. Esto decía mi padre: “cuando se acaben las palabras. se habrá secado el río de la vida”. No habrá símbolos cual pájaros al viento y solo quedará la jaula donde está encerrada la libertad. Vengo y leo mi poema porque en el arroyo se va la vida, y hoy todavía vive la palabra nuestra en los sauces verdes del momento. La memoria junta palabras y nombres de hermanas y hermanos que escribieron el camino; entre ellos nombro a Irlanda a Isidro a Nicolás… De estos hombres y mujeres conocí la palabra destino porque sus pasos fueron míos… y se fueron cerca del lugar de los atabales, pero se quedó su historia acompañada de esperanzas de días nuevos. Oigo el dulce grito del pájaro sol anunciando que el trecho es todavía largo y que en cada piedra se quedará la lluvia, porque la palabra de los abuelos ya no se escucha tan fuerte. Es cierto que sabemos muy poco de los caminos que se han ido; sin embargo, tenemos que despertar aunque no lleguemos todos. ¿y hacia donde vamos? Sabemos que hay escuelas en cada rincón porque cada pueblo debe tener un destino. Pero, hay cartas falsas y líderes que no dejan esparcir la palabra cerrando las puertas de la luna. ¿Y hacia donde vamos? ¿Cuál es el camino que debe ser tomado? ¿Cuál es la suerte de nuestros hermanos? Quien no ha olvidado quien es: conoce la palabra de los ancestros. ¿Dónde están las escuelas indígenas? ¿Dónde está escondida la lengua de los pájaros? ¿Dónde ha quedado la música de las flores y el montesón? ¿Dónde están los senderos que caminaron los hombres verdaderos? ¿Qué música hablan nuestros hijos? ¿Dónde ha quedado la mata de maíz sagrada? ¿Qué viento se ha llevado el Xochipitsauak? Quizá, nuestros pasos se van perdiendo Por el carnaval de otras palabras, Y nuestro rostro tendrá una máscara Que no será ya de cedros ni colorines Pero, ahí estamos, ahí estaremos, en las lunas abiertas de par en par y dejaremos en las hojas del poema las letras de nuestra historia.
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