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portada-si-en-otro-granados.jpg Si en otro mundo todavía. Antología personal
Jorge Fernández Granados
Almadía-Conaculta
México, 2012.

 
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No. 54 / Noviembre 2012


 


Los dispersos

y en una equivocada edad donde caminan
los dispersos los que no han abierto
su verdad al mundo aún al resuello como la quitanza
de lo que todos saben pero no
han pronunciado

perduran o perseveran en lo limpio los dispersos
en la desigualdad del orden donde guardan
como la sed como la musitante sed su avinagrado día
en ese digno
afán con una cifra
en la orilla de los números del mundo

miserables los dispersos reiteradamente juntan
cuatro cosas y el alegre respirón de un aire viejo
se saludan
se sospechan
desde la mutante memoria del amor
o la palabra (cualquier gesto) los agrupa
y los retiene
convidados de piedra confundidos en todo

casi se pierden casi se dan
por omitidos unos a veces
y apagan con los dedos una llama
escriben en la arena dicen que son niños
soplan en el polen transparente
y se ríen
pasan con su piedra ardiente rotan como púlsares
se impacientan se distraen se despiden
los dispersos

unas veces no
los hallaremos más nadie diría petrificados
sus jardines su reloj sus herramientas
su triste manera de mirar algo tan lejos
muy algo tan lejos

qué raros son
los dispersos
a nadie le gusta tenerlos demasiado tiempo cerca
parecen ácido o luz
queman sorprenden incomodan no sabe uno qué hacer
abre la puerta
deja que salgan
toma gracias adiós
y que dios
te cuide
pero no vuelvas

ruido
ruido en el corazón
de los dispersos
eso
debe pasar porque enmudecen
gritan cantan
sufren se despiertan
porque se van a pie distancias
que nadie quiere caminar
y no se cansan
sólo se mueren a veces
porque en su respiración hay un murmullo que parece canto
una razón
que no los deja vivir que no los deja quedarse
y cómo hacer cómo decirles
que ya no
hay casi lugar
en esta cárcel para ellos




Los agonistas

Esta noche cualquiera de martes
sólo los jóvenes de menos de veinticinco
tienen aún algo inesperado que ganar o perder en su vida
casi todos los demás nos hemos acostumbrado
a las pequeñas domésticas mediocres dosis en las que viene la vida

sólo los jóvenes de menos de veinticinco esta noche cualquiera de martes
perforan con fosforescentes proyectiles de música
adentro de sus oídos las murallas indiferentes de la noche
y arriesgan su identidad por un increado don que los acecha
arrastran hasta el peligro el privilegio de la juventud
mientras su corazón todavía sin blindaje
podría recibir precisamente hoy precisamente esta noche cualquiera de martes la perdurable herida
que los hará fuertes o espectrales para siempre
la bala abisal que les obligará si sobreviven a construir la dura cicatriz de su coraza

hay que admitir que casi todos los demás estamos algo muertos
o sometidos o demasiado cansados a estas horas ya del trabajo y dormimos o vemos tv o merendamos
salvo ellos y sus todavía salvajes almas
los demás somos un precavido cálculo de aquí hasta mañana
de la pérdida a pedazos
de aquella ilusión que hoy a ellos los desvela



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