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No. 56 / Febrero 2013



Neftalí Coria

(Huaniqueo, Michoacán, 1959)



(parklife)


los años que se amontonan en la computadora
la apatía de ir al baño de lavarse los dientes
de los reality shows que repiten por la madrugada
promociones en los recibos del banco a doce meses sin intereses
ir al estadio a la cantina a los mejores puteros de la ciudad
en el auto prestado del vecino besar hombres con tetas
mujeres con pito salir al auto lavado para despertarse
en le filo de un puesto de tacos dos cervezas en el suelo
la cicatriz de un botellazo afuera del antro esa novia
escupe después del sexo oral los mejores amigos
esperan estrellarse en el muro de contención
la sangre las patrullas los paramédicos lo atropellaron en la avenida
solo repetía las placas el coche se dio a la fuga nota roja antes del desayuno
niños recortan a bob esponja de la caja de choco krispis
porque nadie quiere ir a la escuela sólo los curas los futbolistas
trabajan los domingos también son para una parrillada
para una película de batman con toda la familia
un refresco una orden de papas fritas donde poco a poco
aparece el ticket del hospital el feliz parto de otro niño saludable




(traficante)
 

despertarse a media noche con el furor de los disparos
borracho en la maciza y húmeda oscuridad veraniega
con los sicarios heridos en la nueva plaza comercial
y para decir tu nombre bajarme el ziper despacio como
      oprimiendo una jeringa
y ver en la pantalla de plasma la oscuridad de tus
     pezones
la noche sólo una gota de adrenalina para mis labios
para el calor de tu cuerpo esta descarga eléctrica qué muslos
qué respiración qué sexo agrio y mórbido ahogas




(el acto mecánico de mirar)


el acto mecánico de mirar
la cuadratura que cercena los puntos rojos del láser
es el reflejo que te predispone
sobre el camino del entendimiento
ese charco de aceite enterrado en la córnea
o es la opacidad el mutismo
clave de sombra en mancha corpórea
que al detener la vista
argumenta en morosa dialéctica
la estafeta de humo en los ojos del creyente

si supieras cómo es el rojo
la nave que al encallar esconde su desastre
simetría de la luz entre la sombra
forma concéntrica el malestar la barbarie
azul verdinegro enredándose en las membranas
espera a que venga el estallido la indiferencia
esa otra carne del pensamiento
a restituir el acto pecaminoso de compararte


el acto mecánico de mirar
consiste en desviar los puntos que ves
en la parte superior de los cuerpos
mientras el vértice fija chasquidos de sangre
coágulo porque lleva su nombre de piedra
lugar seco fértil
agua de rocas
manantial de la ventisca
en todas partes / omnipresente / hacia ninguna parte
observa la desesperación ese gran puño de niebla
cómo hierven los tuyos a la intemperie
esa negra comitiva de ceguera en ojos abiertos