No. 57 / Febrero 2013

 

Rubén Bonifaz Nuño, la belleza de tender puentes

Jocelyn Martínez Elizalde

homenajes-ruben-bonifaz-nuno.jpgRubén Bonifaz Nuño (Córdoba, Veracruz, 1923 – Ciudad de México, 2013) atravesó por las áreas más importantes de la Universidad Nacional Autónoma de México: enseñanza, investigación y difusión del conocimiento, actividades que él conjugó con la difícil labor de poeta y traductor.

  En vida, maestros, investigadores y lectores de su poesía organizaron múltiples homenajes a la trayectoria académica de Bonifaz Nuño y, ahora, meses después de su muerte es necesario honrar la memoria del humanista que brindó los cimientos para crear diversas instituciones universitarias y que  –al mismo tiempo– incorporó a las letras mexicanas una poética de corte clásico y social; compleja, diversa, fraterna y entrañablemente amorosa.

Debido a la combinación de diversas áreas del conocimiento en las que Bonifaz Nuño se interesó, su obra poética refleja, tanto en su contenido como en sus estructuras literarias, la erudición del autor en temas que van de las culturas clásicas griega y latina (As de oros, 1981) a las culturas prehispánicas (El ala del tigre, 1969); de la tradición alquímica (Los demonios y los días, 1956) a la canción ranchera (Albur de amor, 1987); de la Cábala mística (Del templo de su cuerpo, 1992) al refrán popular (Fuego de pobres, 1961); de la glosa de un poema renacentista (Madrigal del adolorido, década de 1950) a la poetización de una actriz de telenovelas (Pulsera para Lucía Méndez, 1989). En todos estos libros, Bonifaz Nuño coloca al mismo nivel al héroe mítico, al caballero, al poeta, al asceta, al oficinista, al obrero, al indígena, al albañil, a la profesora, a la atleta y a la esposa; todos ocupan ese sitio en el que lidiar con la lluvia, el tedio, los precios altos, el abandono, el fracaso, la soledad, la conciencia de la muerte y el desamor es la batalla de todos los días.

A pesar de la heterogeneidad temática de su poesía, existen algunos hilos conductores que podemos encontrar a lo largo de su obra, de los cuales yo quisiera destacar uno: el de tender puentes.

homenajes-los-demonios-y-los-dias.jpgRubén Bonifaz Nuño, hijo de un telegrafista, sabía que también para él estaría en el lenguaje la manera de desplegar sus propios hilos comunicantes. De tal forma que en su obra poética es posible encontrar diversas alusiones a la comunicación, a la carta que ansiosamente se espera, al mensaje descifrado, a los puentes, a los caminos, a la navegación, a los viajes que reúnen a dos seres que se aman.

La lírica bonifaciana es una poética del orden, de la unión de los hombres y de las cosas, sus palabras aluden siempre a la fraternidad y al amor en sus acepciones si no más puras, al menos sí las más honestas. Los demonios y los días es quizás el poemario en el que puede verse claramente esta idea, principalmente en el poema 22 de dicho libro:

¿Para qué nos sirven las palabras
si no son capaces de nombrar, si no pueden
jamás ser oídas? ¿De qué nos valen
la memoria, el sueño, la alegría,
cuando no conducen a estar con alguien,
y arden, y se queman, y nos consumen
hasta los rescoldos, las cenizas, el viento?

La mejor belleza que encuentro
en todas las cosas que hacen los hombres
es la que se guarda en los puentes.
No quiero explicarlo, pero es muy simple:
encima de todo lo que transcurre,
sobre incontenibles aguas que arrastran
cadáveres, techos, ramas, espuma,
es posible, es fácil que se encuentren
manos que por siempre se creyeron
separadas, ojos que no miraban
y que ya se miran con otros,
pasos que se cruzan con otros pasos,
y voces y lágrimas y canciones
que se reconocen, que se juntan
y que se saludan como parientes.

Tanto en la poesía como en la labor académica de Rubén Bonifaz Nuño destaca la bella tarea de tender puentes y de construir esas edificaciones propicias para la concordia y la productividad, o ¿qué otra cosa hizo de nuestra Universidad si no el espacio capaz de unir palabras, objetos, obras, cifras, piedras, hombres y mujeres, que de otra manera jamás hubieran estado unidos?