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No. 58 / Abril 2012

 

Jimena Antoniello
(Montevideo, Uruguay, 1978; vive en  Madrid)

 

1.    Esquina

Había pensado en un rincón:
expectante, acurrucada, piadosa
y fuerte; en un rincón.
Un rincón que me supiera
a esquina para ver el mundo.
Desde
donde veo el mundo: atenta,
triste y voraz. Y se me antoja
el mundo como manifestación
sincolor de tu silueta convexa:
dulce virilidad que inquieta mi
cóncava esquinidad de mujer.




2.- Modo indicativo

Si pudiera,
si pudiese
tener la opción otra vez,
de que me invites
me invitaras
a cruzar palabras y un café.
Y sentarnos
en aquel bar de 18;
allá, en el lejano Montevideo.
No recuerdo si te dije
-te digo que
te quise,
te quiero;
te querré. Tal vez.
Pero lo pensé.
Creí entonces, aún lo creo,
jamás llegamos a entenderlo; entendernos.
Yo no lo hice
no lo hago.
Me pregunté mil veces,
lo cuestioné al destino.
Si alguna vez mientras dormías
vivía yo.
¿vivo?, te pregunto.
Un día me fui,
o me llevaron -es igual-.
No nos volvimos a ver.
Te quise un tiempo,
no te quiero.
O sí. O no.
Hay veces que pensaba,
pienso
que ya crecí
y vos envejeciste.
Entonces lo nuestro -si lo hubo-
 terminó

(Premio Feliz Francisco Casanova)




Estoy aquí

Aquí estoy,
mirando los años, contando penas,
y arañando los números del almanaque
que me ven adormecida, nauseabunda,
varias veces derrotada.
Aquí estoy,
tejiendo los recuerdos con hilos invisibles
en este universo de rostros sin historia,
de presente cambalache,
de no llego a fin de mes.
Ya no intento arrancarte o acercarte
en la hora del descanso, ni
escribo poesías sobre el pupitre de trabajo.
Tampoco respiro el aire vacío y
olvidado de tu almohada.
No recuesto la cabeza en los
besos que me diste.
Y no me enojo, ni resoplo,
cuando cada tarde
a eso de las seis, la soledad
-increíble compañera fielme
hace masajes en el hombro.
Aunque se le escapa, y se disculpa,
alguna anécdota tuya; de tus
gustos, de tu risa renovadora,
de tu halagadora madurez.
Aquí estoy
mirando penas, arañando años,
y contando los números del almanaque;
para no seguir adormecida y con náusea.
Varias veces derrotada.
Aquí estoy,
sobreviviéndote.