Goeffrey Hill

Para Lucien Richard: Sobre el sufrimiento
Geoffrey Hill

Versiones de Jorge Salvetti y Darío Rojo

 



La ruta ondulante hace que la remota marea
suba y baje. Después de las casas de los comerciantes
las chozas de pesca y los lugares que venden carnada;
tras la sombra de los árboles las desnudas extensiones de arena.
Abundan los róbalos. Aunque a los más pequeños
los vuelven a arrojar – tal la ley –la mayoría muere,
flotan un poco, y en sus escamas se refleja el sol.

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Bloques de granito en barrancas de arena.
Los pequeños faros semejan pabellones o glorietas
para pintores de dameros. Las gaviotas parecen
perezosas, aunque impecablemente equipadas.
La fina maquinaria de las naturalezas instintivas
está bien adaptada al medioambiente,
conecta las llegadas a la torre termal.

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Enfrento a Séneca, podría haber cantado
como Jonás a tu antojo. Por eso me alegré cuando
la pesada línea que arrojaste se cortó de la caña
con carnada y todo, y aleteando desapareció,
el timing perfecto, perfecta tu resignación
cargada de fracaso, la mirada muda y expresiva:
ninguna chance de practicar la custodia de los ojos.


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Entonces, medio encandilado, les dije ¿cuál
de ustedes es el ángel? ¿Y que ángel?
No creía que existiesen los ángeles. La luz
del mar fue visionaria, como lo es a veces
para la gente susceptible. Vivos o muertos
moramos en el refugio y matadero del mundo.
Que lástima la línea. Podría haber llorado.

Without Title. Penguin Group, Nueva York, 2006



Ex Propertio

Alentado a practicar la adivinación
por un arúspice locuaz - ¿Qué pasa aquí?
Los adivinos mantienen inviolado su arte.
Incitado por un mago renegado
destripé mis lealtades a la ley y al amor,
en parte retóricas. El amor se reinfiltra en los muertos
como un nigromante mientras la ley se transgrede
a sí misma: dos antiguos matices de gravedad,
la autoridad mero poder, poder en la autoridad.
El acto del amor superando la elocuencia –
una sombra allí de Amor que deja a su paso.
No recuperaré la magia de la adivinación
con estos pernos y argollas, ni con el anillo de himeneo
de hierro derruido, ni con la marca que cauteriza.



Luxe, Calme et Volupté


La pérdida no se ha esfumado; ni ha llegado a su fin;
es más el merodear desde un embrujado futuro
que no fue nuestro y que ahora no puede ser invocado
a la existencia por un consentimiento demasiado tardío.
Los movimientos hacia la vida solo están vivos
de un modo abstracto, me atrevería a decir.
Nosotros dos aquí reunidos en epitafio
aguardando la piedra.


De Without Title. Penguin Group, Nueva York, 2006.


Geoffrey Hill (Bromsgrove, Worcestershire, Inglaterra, 1932).


 

 

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