No. 60 / Junio-julio 2013




Artes marciales y poesía
Por Iván García


artes-marciales-01.jpg Hablar de una relación entre la poesía y las artes marciales, suele tomarse como un chiste, una ocurrencia. Pero después de todo, ¿por qué habría de ser tan improbable o insustancial esa relación?

Para Pavese y Viel Temperley, no había duda de que la natación y lo poético nacen de un mismo juego del espíritu. Valéry y Céline advirtieron algo similar en la danza. Por sugerencia de Braque, Cartier Bresson leyó Zen en el arte del tiro con arco, y este libro acabó siendo fundamental para el fotógrafo francés. Maiakovski, que decía desconocerlo todo de yambos o coreos, basaba su conocimiento del ritmo poético en el caminar. Para William Carlos Williams, el movimiento de un poema es ondulante, físico e intrínseco, más que literario. En un poema, Hugo Gola hace una breve alusión a la gimnasia, lo cual nos remite a los gimnosofistas y las gimnopedias de Erik Satie. Abdeslam Michel Raji (influido en parte por el aikido) ha desarrollado una “coreosofía” en la que intervienen el aliento (souffle), la danza, los tambores y una especie de “decir”. Serge Pey, que a veces trabaja con Raji, martilla el ritmo de sus poemas con bastones, con sus puños o con la planta de sus pies, motivado por la tradición campesina de su pueblo, el flamenco y “la manera ancestral de decir” (tanto en Pey como en Raji, como puede verse, la ejercitación no sólo establece afinidades con la poesía, sino que aparece ya completamente incorporada al rito de lo poético). Y por supuesto, abundan los casos de poetas y escritores que han reflexionado sobre su trabajo a la luz del box, el futbol o el yoga. ¿Por qué, entonces, las artes marciales habrían de quedar marginadas de esta posibilidad? ¿Por qué, si en su más pura expresión son una caligrafía del cuerpo y del espíritu? Tanto en la kata (o forma) como en el poema, se revela un escenario milagroso en el que no es momento de asertividades o titubeos, sino de emanar movimientos vivos. Tanto en las artes marciales como en la poesía, el (o camino) es el arte marcial y la poesía mismos, no una escuela, ni un sistema, ni los pensamientos cristalizados de un maestro. Es la indagación de la forma por la vía de la respiración, la ensoñación y los músculos.

artes-marciales-02.jpg Baste esta nota apresurada para introducir a los apuntes del brasileño Paulo Leminski (poeta, cinta negra de judo, novicio benedictino, grafitero y “anarquitecto”, entre otras cosas) y del conocido actor y artemarcialista Bruce Lee. En sus notas, Leminski explora la forma poética como una manifestación del interior, y a menudo lo hace a la luz de oriente y las artes marciales. Lo de Lee, en cambio, es la reflexión del arte marcial en una dimensión propiamente poética. Quizá la lectura conjunta de estos dos escritos ayude a mostrar que el vínculo entre ambas artes es completamente genuino.

Leer Forma y Kata
Leer El Vacío y la forma: Bruce Lee