Carta de despedida de un enamorado
Nada hay Amor. Nada. Ni brazos emergiendo de los bosques con dedos inclinados. Nada Amor mío. Ya nadie recuesta el Alma sobre aquel árbol que se curva sobre Agua pura y abundante. Nada hay Amor. Los cuerpos buscan un espacio donde correr de una punta a otra sin acabar como hormigas nerviosas dentro de un vaso. Unos sonidos de tijeras anuncian la levedad. ¿Quiénes se aman? ¿Podemos sentir el roce de sus labios como el Ala de una avispa? ¿Cómo Amar sin sentirse frente a un espejo construyendo un rostro? Nada Amor. Ni el ademán de leer las huellas de los rostros grabados en la almohada. Las manos pueden cerrarse y conservar un eco para luego liberarlo en un cuarto de baño. Todos somos ojos de una misma cabeza. Nada hay Amor. Puede verse con claridad cuando intentas en mitad de la Noche rehacer nuestros fantasmas famélicos y heridos. Suavemente el Cielo cambia sobre nuestras cabezas y nos hace danzar frenéticos sobre nuestros pies de toros y decir: nada hay Amor, sólo sea nuestro desvalido apego por matar y devorar la presa.
Palabras de adiós del guerrero
Te recuerdo cuando todo es No.
Cuando mi Alma cierra con humo la imagen de la batalla.
El hábito de los amantes separados es comer pez rasgado y rama helada.
El único riesgo de regresar de la muerte es retomar la Vida con los mismos amores.
Mejor es cambiar las líneas de las manos con una daga y partir.
Existen horrendos combates entre los recuerdos del Alma y los recuerdos del Cuerpo.
En tus ojos la liebre se enreda en un pañuelo verde.
Lograr acariciar la cabeza de una mosca y esperar que acabe la tarde.
La melancolía llega como una unción ante el fracaso desmedido.
Nombrar es perder. Decir es ya fue.
Este veneno es un manojo de harina arrojada sobre los ojos de un perro.
Después de todo, tendrán razón los poetas: el miedo es
ese desfile de minutos horrendos en busca de todo aquello que el hastío no tocó.
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¿Qué nadie está en la vida que se le conoce? Dionisíacos o Apolíneos. Roza o pisa, no importa, haz tu Poema. Con las ninfas y los malos poetas es necesario cautela. El día se abrirá tanto que cegará al vidente. La soledad es un cazador de cabezas. Hay formas que se ocultan. Los detalles pierden sus prendas en los muelles. La verdad y el Amor como Mano que se abre dispuesta a aplastar la luna. Los sueños no trabajan para uno. Si existe una tarea es reponerle la inocencia a la Palabra. Estar atentos y observar nuestro encuentro con lo incompatible. Mundo natural hermético y mundano. El metafísico pierde su risa en un vaso de Agua. Necesito lo que llega, por ello me cuido de perderlo. Cuando el tiempo no pueda extenderse bajo los párpados, nada será azar en el instante.
Hasta la derrota exhibe su vanidad.
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