No. 62 / Septiembre 2013


El 25 de agosto celebramos los 90 años de uno de los más grandes escritores en español: Álvaro Mutis

Por Mario Rey
 


Álvaro Mutis es sin lugar a dudas uno de los poetas más importantes en español, autor de una de las más significativas y singulares obras escritas en el pasado siglo XX y de uno de los más célebres personajes y voces, Maqroll el Gaviero. Desde 1948, cuando publicó su primer libro, La Balanza, que ardió en las llamas de nuestro triste “Bogotazo”, el escritor y su criaturano han dejado de navegar entre la realidad, la ficción, la poesía, la narrativa, el diálogo y la reflexión.

La crítica lo ha considerado como una de las mayores figuras de la literatura colombiana, iberoamericana y universal, y un numeroso grupo de reconocidos poetas, narradores y críticos de diferentes países, épocas y posturas ideológicas y estéticas se ha ocupado de su producción y ha señalado con entusiasmo sus virtudes durante más de sesenta años. Se lo asume, por ejemplo, como “un verdadero poeta” (Octavio Paz);  “uno de los grandes poetas de América (José Miguel Oviedo); un gran escritor (Carlos Fuentes); “un clásico recién nacido” (John Updike); un poeta maduro desde su primer libro (David Jiménez); un poeta de culto (Christopher Domínguez); un “extraordinario narrador” (Juan Vicente Melo); un escritor capaz de trascender sus modelos (Juan Gustavo Cobo Borda), en igualdad de condiciones con “los grandes poetas europeos contemporáneos” (Adolfo Castañón); un narrador popular (Domínguez y otros), aunque poco estudiado (varios); un maestro (Jaime Jaramillo, Eugenio Montejo, Guillermo Sheridan y Eduardo García Aguilar, entre muchos); un autor de culto (Alfredo Laverde), cosmopolita (Jaime García Terrés), leído y admirado por los jóvenes de ayer y de hoy (Darío Jaramillo); un autor reconocido por los más destacados protagonistas del mundo artístico y literario (Fabio Rodríguez), y “más de un crítico [lo] considera el mayor poeta vivo en lengua castellana”, según refiere Mario Benedetti.

Su producción poética y narrativa ha sido valorada como alta poesía; canto propiciatorio, inquietante y misterioso; aventura espiritual, enseñanza, rezo y conjuro; obra monumental, de “perfección intachable” y disciplinada hermosura; de gran destreza literaria, fuerza vital y poder transfigurador; de “inimitable belleza y como tal, completamente inútil”; obra que vibra con el mundo, capaz de trascender lo personal y representar al lector; y como una creación de un mundo, un personaje vivo, un mito y un lector propios.

La crítica coincide en señalar el origen poético de sus relatos; su espléndida manera de contar y su aura poética; los “imprevisibles virajes” de su intriga; su teatralidad y facilidad para crear personajes y situaciones verosímiles a partir de rápidos bocetos y brochazos; su gusto por contar historias y la épica; su renovación del placer infantil de la lectura; su enriquecimiento del género, al elaborar relatos con estructuras semejantes a las del arte pictórico (novela mosaico, fresco laberíntico o  tríptico bizantino); su trascendencia del costumbrismo, el realismo, el folklor, el exotismo y la violencia comunes en la narrativa latinoamericana; su manera burlona de refractar la posmodernidad, así como la variedad de puntos de vista, narradores y formas narrativas empleadas.